¿Si una persona es transgénero significa que es homosexual? La respuesta es «no siempre». Y no lo es porque hay claras diferencias entre orientación sexual e identidad de género. Sin embargo, en nuestro ideario colectivo solemos fusionar ambas esferas, confundiendo con ello conceptos y llevando a cabo, sin querer, algún ejercicio de discriminación.
Mientras la identidad de género define la forma en que se siente una persona y vivencia su propio género, la orientación sexual se vincula con quién te atrae y a quién amas. Comprender estas dimensiones e integrar, a su vez, un vocabulario común en este ámbito, facilita la inclusión y permite hablar, divulgar y expresarnos de forma adecuada. Veamos, a continuación, más detalles.
En la actualidad, las aplicaciones de citas ya tienen en cuenta todas las identidades de género y orientaciones sexuales.
Definiendo conceptos: orientación sexual e identidad de género
Nuestra sociedad avanza en materia de diversidad y esto es algo valioso. No obstante, esa apertura a todo el conjunto de formas de amar y de sentir requiere de una buena comprensión del tema. Un trabajo compartido en Frontiers in Psychology repasa las controversias sucedidas a lo largo de la historia con este tema.
Si bien el peso del estigma sigue acompañando al colectivo LGTBI+, los progresos son evidentes. Tal y como indica la misma publicación, el concepto de la identidad de género se acuñó en los años 60, para definir el sentimiento interno persistente de pertenecer a la categoría de género masculino o femenino. Décadas después, este espectro se amplió.
En la actualidad, ya definimos con claridad las fronteras entre las dos esferas. Así, la identidad hace referencia a cómo nos identificamos con nuestro género, más allá del sexo biológico con el que venimos a mundo. Por su parte, la orientación sexual expresa por quién nos sentimos atraídos, sin que esta tenga que coincidir con nuestra identidad de género
¿Cómo se diferencian la orientación sexual y la identidad de género?
Una investigación divulgada por la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon, resalta que hay claras diferencias entre orientación sexual e identidad de género. Son componentes independientes; aunque, a menudo, demos por sentado que existe una correspondencia directa entre el sexo genital y la identidad de género de la persona, esto no siempre sucede.
Es importante precisar esos matices que trazan distancias entre una dimensión y la otra. Profundicemos en esto.
La identidad de género define quién eres
La identidad de género es una percepción muy íntima que integra aspectos emocionales, psicológicos y sociales. En ellos, se edifica el modo en que una persona se percibe y se expresa. Asimismo, es decisivo saber que esta esfera puede manifestarse a través de cuatro categorías:
- Personas no binarias: en esta característica, la persona no se identifica de forma clara con ninguno de los dos géneros.
- Cisgénero: en este caso, la identidad de género coincide con el sexo biológico con el que la persona nació y que, la propia sociedad y su familia, le asignan por ello.
- Transexual: la persona transexual es aquella que, al no coincidir su identidad de género con su sexo biológico, decide iniciar una transición hormonal y quirúrgica.
- Transgénero: son hombres y mujeres que no se identifican con esas características biológicas con las que llegaron al mundo. Esto les obliga a tener que dar el paso en muchos ámbitos, como el familiar y el social, para vivir y expresarse de acuerdo con su género sentido.
La orientación sexual, a quién amas y quién te atrae
Para comprender las diferencias entre orientación sexual e identidad de género es interesante tener en cuenta cómo nos relacionamos sexoafectivamente con los demás. Porque, como bien sabemos, el ser humano ama, se vincula y se relaciona de múltiples maneras y todas son igual de válidas y significativas. Analicemos, enseguida, las orientaciones sexuales que podemos sentir:
- Heterosexualidad: atracción por el sexo diferente al nuestro.
- Homosexualidad: atracción por quienes tienen nuestro mismo sexo.
- Bisexualidad: este caso define la atracción sentida por ambos sexos.
- Asexualidad: abarca a las personas que no experimentan atracción sexual.
- Pansexualidad: en este tipo de orientación uno siente atracción por cualquier identidad de género.
La identidad de género suele desarrollarse en la infancia y, a veces, no está en sintonía con el sexo biológico y asignado socialmente.
Desarrollo de la identidad de género y la orientación sexual
¿De qué manera se desarrolla en nosotros nuestra identidad de género y orientación sexual? ¿Hay un componente biológico o son «construcciones sociales»? Responder a esta cuestión es algo complejo, en especial, si buscamos un respaldo empírico y científico.
Necesitamos más investigación longitudinal y a mayor escala, para tener resultados claros al respecto. A pesar de ello, hay hechos que observamos con frecuencia y que pasamos a listarte:
- Los niños suelen expresar su identidad de género y orientación sexual antes de la adolescencia.
- Cuando la identidad de género no se corresponde con su sexo biológico, aparecen, en ciertos casos, la contradicción y el sufrimiento.
- Por lo general, se necesita de un tiempo para integrar estas realidades y, ante todo, de un buen apoyo familiar y social.
- Surgen las dudas y las emociones difíciles; sobre todo, en el momento en que un joven debe expresar a su familia y amigos esta realidad interna.
- Los años escolares tienden a ser los más complejos para las personas del colectivo LGTBI, porque aparecen, en ocasiones, fenómenos de acoso escolar.
¿Cómo afrontar los problemas asociados a las diferencias entre orientación sexual e identidad de género?
La información ayuda y disuade inquietudes en cuanto a la sexualidad. Saber que hay diferencias entre orientación sexual e identidad de género fortalece el autoconocimiento y permite ser compasivos con nosotros mismos. De hecho, una indagación de la Universidad de Columbia Británica refiere la necesidad de atender a los adolescentes atrapados en situaciones dominadas por el estigma y el rechazo.
En este escenario, sería enriquecedor fomentar en todas las escuelas una adecuada educación sobre identidad de género y orientación sexual, integrar en estas instituciones psicólogos especializados en LGTB+, facilitar el acceso a organizaciones y entidades habilitadas en este ámbito y promover en las familias una mayor sensibilización en esta materia.
Si bien estamos derribando muchos estigmas en esta esfera, nos queda camino que recorrer. Solo desde la empatía, el conocimiento y la sensibilidad lograremos crear una sociedad más respetuosa; esa donde entender que hay muchas maneras de quererse, de sentir, de identificarse. Y todas caben; todas son válidas.
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