En Newham, Reino Unido, más de la mitad de los niños vive bajo el umbral de la pobreza y no siente ningún apoyo por parte del Gobierno. Para muchos, esta situación termina empujándolos a convertirse en miembros de las bandas callejeras. Una realidad que es bien reflejada en las películas de Hollywood. Pero para Gavin, que ingresó en una de estas bandas para escapar del desamparo y los insultos en el seno familiar, ha sido una historia real.
«Ver las cosas que veía cuando era niño, la violencia contra mi madre, mi padre con las pistolas y cuchillos apuñalando a la gente. Ese fue el comportamiento que aprendí y lo reconstruía en todo lo que conocía. Los niños normales sentirían rabia, pero yo intentaba estar a tope y empecé a hacerme un nombre, como si estuviera loco. La gente empezó a respetarme por eso», relata Gavin.
En ningún otro lugar de Londres el problema de las bandas es tan palpable como en Newham. Es aquí, cerca del parque que albergará los Juegos Olímpicos de 2012, donde el número de bandas es uno de los más altos en toda la capital. Como dice la gente joven, aquí empiezas yendo con tus amigos por las calles y terminas en una espiral de violencia y miedo.
La vida de Gavin dio un vuelco cuando encontró a Sheldon Thomas, quien al igual que él formó parte del mundo criminal. Ahora, trabajan juntos para evitar que la gente joven caiga en la delincuencia. Por su parte, el Gobierno declara que intenta realizar lo mismo proponiendo la táctica del ‘palo y la zanahoria’.
«Nuestra evaluación encontró algunas prácticas excelentes de la Policía para identificar y manejar a los miembros de bandas más peligrosos a través de la combinación de vigilancia focalizada, fortalecimiento y arresto por cada falta, aunque sea menor, y ofertas positivas de entrenamiento, empleo y tratamiento contra las drogas para aquellos que quieren cambiar sus vidas. Pero para aquellos que no están dispuestos a acabar con la violencia, enfrentarán castigos más rígidos», aseguró Theresa May, secretaria de Asuntos Internos.
Un método que no va a funcionar, según los que han logrado abandonar las filas del crimen. Afirman que el método de las autoridades no tendrá éxito porque no pueden entender bien la situación. Lo que hacen es solo mirar cómo aparecen las bandas, la violencia con pistolas, los homicidios, las drogas. Esto son solo indicios, no son las causas. Y las causas provienen de la desintegración de las familias ya que la moral se va por la ventana de la sociedad, dice Sheldon Thomas, un ex pandillero que hoy en día se dedica a ayudar a los jóvenes de Newham.
¿Cómo puedes ayudarme si no me comprendes? Hay que establecer relaciones. Incluso no creo que sepan cómo es todo aquí. Estamos ahora en el municipio con el nivel más alto de crímenes con armas blancas en Londres. Y el municipio vecino tiene el nivel más alto de crímenes con armas de fuego. Y otro municipio es el primero por el número de homicidios. Si el Gobierno realmente lo conociera y comprendiera, ¿podría ocurrir esto?
Y no es el único obstáculo para esta retórica del Gobierno. Los ajustes económicos disminuirán el número de oficiales que patrullan las calles en 16.000 y la financiación de los servicios que trabajan directamente con las bandas se acortará hasta un 90% en algunas regiones. Eso significa que la gente joven como Gavin, en el futuro, no tendrá ningún otro lugar para ir sino la calle.
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