El existencialismo es un movimiento filosófico iniciado en 1930. Algunos de los filósofos más importantes de esta corriente fueron Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Albert Camus. Estos autores abordaron cuestiones fundamentales de la existencia humana.
El pensamiento de Sartre se caracteriza por desligar al ser humano de Dios, otorgándole al individuo una libertad ilimitada. Sin embargo, al huir de ella, puede incurrir en lo que el filósofo denomina como un acto de mala fe.
Con la intención de esclarecer mejor el tema, en este artículo exploraremos el concepto de mala fe (mauvaise foi) según el existencialismo. Para ello, abordaremos otros conceptos relacionados, tales como la autenticidad, inautenticidad, responsabilidad moral, libertad y consciencia.
La mala fe para el existencialismo
La mala fe es definida, por el existencialismo de Sartre, como un mecanismo de autoengaño, en el cual la consciencia se miente a sí misma. No obstante, un artículo de la Revista Otrosiglo sugiere la no identificación entre la mala fe y la mentira.
Según esto, no hay una diferencia entre aquel que engaña y el engañador, porque ambas ocurren en una misma consciencia. Es decir, el engañador y el que es engañado es uno mismo.
Este acto de autoengaño supone una consciencia o saber pleno del mismo. Sabemos que es una farsa, pero aun así lo disfrazamos y ocultamos. Así, vivimos una vida inauténtica, porque huimos de lo que en realidad somos.
Sartre considera que cada individuo es libre de hacerse como quiera. Es lo que se conoce como la concepción sartreana de libertad: el ser humano puede elegir y decidir su proyecto de vida, aquello que quiere ser. Eludir esta libertad implica un acto de mala fe.
Inautenticidad, autenticidad y mala fe
La inautenticidad corresponde a la definición negativa de la autenticidad. Sin embargo, un trabajo de maestría publicado por la Universidad Obrera de Catalunya expone un significado positivo.
La autenticidad implica tomar responsabilidad de lo que somos y podemos ser. De esta forma, se presenta como el concepto opuesto a la mala fe. Una vida auténtica es aquella en la que el ser humano crea, mediante la cultura, sus sentimientos y experiencias.
Por su parte, las acciones inauténticas y, en consecuencia, la mala fe, representan una amenaza a todo proyecto del ser humano. En esta perspectiva, el sujeto se percibe como un objeto del mundo y no como un ser con la libertad de elegir su propio camino y proyecto. Por eso, podemos decir que la mala fe niega a la libertad.
Ser seres inauténticos implica representarnos a nosotros mismos en un rol fijo y predeterminado. Esto nos quita la responsabilidad de buscar nuestra propia identidad.
Mala fe y responsabilidad moral
La moral de la filosofía existencialista está en la autenticidad. Esto significa que, como se divulga en la Revista Jurídica Mario Alario D´Filippo, nuestra responsabilidad radica en la libertad de elegir la vida que queremos. Huir de esta responsabilidad es convertirnos en un objeto del mundo.
Estamos a la espera de transformarnos en un proyecto en el que otros nos dicen cómo debemos seguir. Es decir, cuando una persona nos identifica con ciertas características y modos de vida, las tomamos como propias. Así, estamos ante un acto de mala fe.
Mecanismos de la mala fe
De acuerdo con una tesis de la Universidad Alberto Hurtado, podemos encontrar en la obra de Sartre tres mecanismos a través de los cuales se ejecuta la mala fe para el existencialismo. Te los exponemos a continuación.
Trascendencia y facticidad
La trascendencia significa ir más allá de lo concreto. Para Sartre, esta es la definición de decisión. Por otro lado, la facticidad implica aquellas cosas que no podemos cambiar. Entre algunas de ellas está la cultura, el momento histórico y la familia.
En este mecanismo, la mala fe opera en aquellos casos que consideramos que no podemos cambiar algo, cuando, en realidad, sí puede haber cambio, debido a que somos seres libres. Por otra parte, existen situaciones que no se pueden cambiar, como puede ser una enfermedad. No elegimos enfermarnos, pero ocurre a pesar de nuestro deseo.
Evasión del ser-para-sí hacia el ser-para-otro
El segundo mecanismo sostiene que la mala fe se produce cuando considero ser lo que otra persona cree que soy. En este aspecto, el concepto de ser-para-si significa que no poseemos una identidad completa. En cambio, el concepto de ser-para-otro sostiene que otras personas no nos ven como carentes de identidad.
Este mecanismo de la mala fe implica que somos seres completos e identificados según nuestra apariencia. Sartre pone el ejemplo de un mozo. Este se identifica con su trabajo; sin embargo, su identidad no es ser mozo, solo es un aspecto más de su existencia que no lo define por completo. Es más, puede elegir ser otra cosa.
Identificación con períodos acotados de tiempo
Este tercer mecanismo de la mala fe sostiene que nos autoengañamos cuando nos identificamos con un período acotado de nuestra vida. Esta identificación puede ser sobre nuestro pasado, presente o futuro. Quedarnos estancados en esos tiempos es un acto de mala fe, según Sartre. Somos mucho más que períodos cortos y pasajeros de tiempo.
Mala fe y psicoanálisis
Sartre, al igual que muchos filósofos existencialistas, fue muy crítico con la teoría del psicoanálisis. La Enciclopedia Stanford de Filosofía sostiene que dicha crítica está dirigida a la explicación mecanicista de la mala fe. Esta señala que el mentiroso y el mentir están dentro de una misma consciencia. Sin embargo, una parte es consciente y la otra es inconsciente.
Sartre niega el concepto de inconsciente, es decir, para él no existe. Solo podemos hablar de una consciencia pura y total. A pesar de ello, el filósofo advirtió que esta consciencia es limitada, porque no alcanza con una simple introspección o autoconocimiento.
¿Cómo podemos entonces ser conscientes de la mala fe? Sartre argumenta que nuestras conductas son vistas por nosotros mismos y por las demás personas. Por ende, la mala fe es una cuestión de perspectiva, en la cual la afirmación de uno mismo o la de otro la constituye y la determina.
Conclusión
Tras las reflexiones expuestas en este texto sobre lo que es la mala fe para el existencialismo, podemos concluir que la mala fe y la responsabilidad moral están intrínsecamente ligadas. Dada esta relación, evadimos nuestra responsabilidad a través de la mala fe. Más aún, vivimos una vida inauténtica a través de ella.
En resumen, nuestra única salida es tomar nuestra propia existencia en nuestras manos y crear un camino único. Solo nosotros tenemos la libertad de elegir quienes somos.
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