Yadā paññāya passati,
atha nibbindati dukkhe;
esa maggo visuddhiyā.
Escuche
Impermanentes son todas las cosas compuestas.
Cuando uno percibe esto con verdadera perspicacia,
entonces uno se desapega del sufrimiento;
este es el camino de la purificación.
La impermanencia en su concepción manifiesta, significa que todo cambia y nada permanece. Ante la constatación de esto, ¿merece la pena dedicar la vida a las cosas efímeras?
Las riquezas y las posesiones no nos acompañaran al final de nuestra vida actual. Si sólo pensamos en ellas, habremos perdido el tiempo y nuestro karma será negativo en la próxima vida, o incluso en esta misma.
Las riquezas y posesiones generan sufrimiento, preocupación , odio, envidia… todo esto nos conduce al sufrimiento en esta vida y en las demás.
Si sólo pensamos en lo mío, nuestra mente se aísla del resto, al que considera enemigos.
¿Qué es lo que permanece a lo largo de las vidas?
Nuestro continuo mental, nuestra mente que evoluciona según las experiencias que le propongamos.
Así pues dediquémonos a desarrollar una mente virtuosa que se aleje de las conductas que llevan al sufrimiento.
El camino del Dharma nos transformará y ese cambio será permanente y afectara a todas nuestras vidas, incluida la actual.
Trabajar para combatir nuestro sufrimiento debería ser el objetivo de nuestras vidas.
maestroviejo