Los ataques sufridos por la comunidad indígena Ikitu del Perú y que han atormentado a varios pueblos de la cuenca del río Nanay, ya tienen explicación oficial.»No eran extraterrestres» -según recoge RPP de fuentes del Ministerio Público.
Todo empezó la noche del 11 de julio cuando una adolescente de 15 años de la Comunidad de San Antonio, en el distrito rural de Alto Nanay, al noreste de Lima, fue asaltada por la espalda y, durante el forcejeo, fue herida en el cuello. La chica describió a los atacantes como «encapuchados», que vestían de color negro y superaban los dos metros de altura.
Pero no fue una agresión sexual, ni un robo, los habitantes de esta comunidad situada a diez horas de Iquitos, sólo accesible por el río, revivieron la leyenda del pishtaco, también conocido como el pelacaras. Es decir, degolladores que extraían la grasa de los cuerpos para beneficiar a la industria farmacéutica en el siglo XVII, aunque los medios –seguramente a causa de las revelaciones de Grusch en el Congreso estadounidense– se han referido a los agresores como “extraterrestres” y, de acuerdo a alguna descripción, hasta con el Duende Verde, de Spiderman.
Pero las denuncias no son ficción y las agresiones también son reales. Tanto, que las comunidades indígenas Ikitu de la provincia de Loreto salieron a “cazarlos” en patrullas nocturnas hasta que los militares se hicieron cargo de la situación. Los miembros de la comunidad indígena viven con miedo, sin poder dormir tranquilos debido a la amenaza constante.
En el vídeo puedes ver como los indígenas piden ayuda y realizan posteriormente una batida, en la que se escuchan algunos disparos que no lograron abatir al temible «pishtaco» que, según sus creencias, degolla a sus víctimas para extraer grasa humana, vísceras y órganos internos.
Según los indígenas Ikitu, estos seres tienen cabezas grandes y ojos amarillentos y según el líder comunitario Jairo Reátegui Ávila estos “seres anómalos” resultaron inmunes a sus armas de caza.
Un medio de comunicación peruano (Latina Noticias) citando a Jairo Reátegui Dávila, asegura que «su cara es apenas visible. He visto todo su cuerpo flotando a una altura de un metro” y que «usan una armadura protectora» y calzan «zapatos de forma redonda con una luz roja en el talón.”
Los pueblos indígenas de la región de Loreto viven asustados por la presencia de extraños seres
Reátegui ha tenido oportunidad de dispararle a un presunto pishtaco en dos ocasiones y no resultó herido; “se levantó y desapareció. Estamos muy asustados por lo que está pasando aquí en nuestra comunidad”.
Las autoridades visitaron el área y recorrieron el perímetro del pueblo, incluida la ubicación del presunto ataque a la adolescente. Sin embargo, no está claro si se encontraron pruebas que respalden las afirmaciones de los aldeanos o si el gobierno planea desplegar personal militar en la zona durante un período prolongado.
El 9 de agosto, el fiscal Carlos Castro Quintanilla descartó que los ataques a los integrantes de la tribu Ikitu tuviera nada que ver con seres de otro mundo o con el legendario pelacaras. Según detalla Infobae, detrás de las «apariciones» estarían miembros de mafias extranjeras dedicadas a la minera ilegal, que serían procedentes de Brasil y Colombia.
Estas estructuras criminales estarían arribando a este punto recóndito de la Amazonía peruana para extraer oro ilegalmente. No se descartó que estos sujetos estén empleando a propósito trajes con los que buscarían asustar a la tribu para que dejen sus tierras y puedan cometer su ilícito.
En el Perú viven actualmente 55 pueblos indígenas u Originarios de los Andes y la Amazonía, que se organizan principalmente en comunidades campesinas y nativas
La comunidad Ikitu, según un censo nacional de 2017, comprende aproximadamente 1.350 personas. La situación sigue siendo tensa mientras los aldeanos buscan protección y respuestas en medio de los inexplicables ataques de estos misteriosos y aparentemente impermeables alienígenas.
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