Hasta 20.000 pulpos se congregan en un ‘Octopus Garden’ de aguas profundas, esparcidos como perlas en el fondo marino frente a la costa de California. Los cefalópodos adultos son del tamaño de pomelos, y hay tantos que es el consorcio de pulpos más grande conocido en el planeta. No fue hasta hace unos años que alguien supo acerca de lo que se escondía a 80 millas al suroeste de Monterey.
Las madres pulpos están aquí para proteger sus huevos, colocándose boca abajo de modo que los científicos pensaron que parecían perlas iridiscentes a primera vista. Por eso los investigadores los apodaron pulpo perla (Muusoctopus robustus).
Un jardín de pulpos en aguas termales de aguas profundas
Descubierto por primera vez en 2018, equipos de científicos ahora han determinado que recolectar pulpos perla adultos puede incubar sus huevos mucho más rápido aquí. Los manantiales hidrotermales previamente desconocidos pueden alcanzar 51 grados Fahrenheit (11 grados Celsius) en bolsas entre las grietas de las rocas. En otros lugares, las aguas a las mismas profundidades están casi congeladas.
Al permanecer en agua más cálida, los huevos pueden incubarse completamente en menos de 2 años, en comparación con los típicos 5 a 8 años o más que tardarían en agua más fría. Al incubar los huevos mucho más rápido, las madres dan a sus bebés la mejor oportunidad de sobrevivir. Como ocurre con otros pulpos, mueren poco después de reproducirse. Sin embargo, las madres suelen vivir lo suficiente como para ver eclosionar sus huevos.
Por qué las madres pulpos tienden a morir después de que eclosionan los huevos
En 2022, los científicos aprendieron más sobre por qué las madres pulpos se torturan y se comen a sí mismas cuando sus huevos están a punto de eclosionar. Se producen múltiples cambios químicos y sus glándulas ópticas producen componentes de ácidos biliares, hormonas sexuales y precursores tóxicos del colesterol. (Que las personas también producen temporalmente) Aún no está claro por qué ocurren todos estos cambios. Pero, dado que los pulpos tienden a comerse entre sí, puede ser el sacrificio definitivo. Sus cuerpos presionan un «botón de autodestrucción» para garantizar que los adultos no puedan comerse a sus crías.
Cuando mueren, el jardín se convierte en un microcosmos de criaturas que dependen de la abundante fuente de alimento que queda.
Hoy en día, el Santuario Marino Nacional de la Bahía de Monterey protege el Octopus Garden, ubicado cerca de un volcán submarino extinto. Sospechan que muchos otros sitios como este aún no han sido descubiertos. Aunque nadie había visto este fenómeno hace unos años, los científicos ahora creen que puede estar muy extendido. Un descubrimiento tan sorprendente muestra lo poco que sabemos sobre las profundidades del mar y por qué es fundamental proteger los océanos.
World’s Largest ‘Octopus Garden’ Found off the California Coast