EE.UU. intenta obligar a México a consumir su maíz transgénico

Estados Unidos ha tomado medidas para intentar que México adquiera y consuma maíz transgénico producido en su territorio. Para lograr esto, han invocado la intervención de un panel de resolución de disputas del Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

En febrero pasado, México tomó la decisión de prohibir el uso de maíz transgénico en la producción de tortillas y alimentos para humanos y animales. En respuesta a esta medida, la Oficina de Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) ha determinado llevar el caso al panel para impugnar la medida.

Esta etapa representa la culminación de las presiones ejercidas por Washington, las cuales comenzaron a principios de año con solicitudes de explicaciones a México respecto a las medidas tomadas contra los organismos genéticamente modificados (OGM). En marzo, se presentó una solicitud formal para llevar a cabo reuniones técnicas. Posteriormente, en junio, se recibió una consulta sobre la resolución de controversias.

La USTR ha expresado su opinión de que la decisión de México no está respaldada por evidencia científica y está perjudicando a los agricultores estadounidenses que exportan maíz a ese país.

Si profundizamos en el análisis, podemos observar que existen intereses políticos, como las elecciones en Estados Unidos el próximo año. Además, también hay intereses económicos involucrados, ya que un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirma que si se implementa la prohibición propuesta por Washington perdería cerca de 73 890 millones de dólares en producción en 10 años.

¿De qué lado está el gobierno?

En ese sentido, un editorial del diario La Jornada indica que “la administración de Joe Biden actúa como personera de la poderosa agroindustria de su país e intenta imponer a otros la ingesta de productos cuyos efectos para la salud humana se encuentran sometidos a una intensa polémica”.

Agrega la nota que los OGM se producen bajo el régimen de monocultivo, por lo que destruyen la biodiversidad del planeta y representan la aniquilación de todo tipo de especies animales y vegetales porque las semillas transgénicas son inseparables de plaguicidas y herbicidas que multiplican los daños al ambiente y que plantean un peligro adicional a la vida humana. Uno de los herbicidas más conocidos es el RoundUp, el cual contiene glifosato como su ingrediente activo. Sin embargo, su uso irresponsable en Estados Unidos ha sido motivo de preocupación. A diferencia de este país, en más de 20 naciones se han establecido restricciones o incluso prohibiciones para su utilización.

¿La salud importa?

A lo largo de los años, diversos estudios científicos han demostrado los efectos negativos de ciertos productos genéticos que requieren el uso de herbicidas potencialmente peligrosos para la salud.

En el año 2014, se realizó un estudio por parte de investigadores de la Universidad de Caen en Francia, que reveló la aparición de tumores cancerígenos en ratas que fueron alimentadas con una variedad de maíz transgénico producido por la compañía norteamericana Monsanto. Hace tres años, se publicó un artículo académico en el Internacional Journal of Biological Sciences que señalaba los posibles efectos dañinos en los riñones, hígado y corazón de tres variedades de maíz genéticamente modificado producido por esta empresa transnacional.

La solicitud de Estados Unidos para la creación del panel argumenta que la postura de México no está respaldada por fundamentos científicos y que socava el acceso del maíz al mercado mexicano, tal como se acordó en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Es preocupante que al mencionar el panel de discusión, Washington haya evitado hablar sobre el uso del pesticida glifosato, el cual es altamente perjudicial y está prohibido en México.

El RoundUp, fabricado por Monsanto, es ampliamente reconocido como el herbicida más utilizado a nivel mundial. Su aplicación se realiza en diversos cultivos modificados genéticamente para resistir al glifosato. Sin embargo, hay afirmaciones de que los residuos de este producto pueden permanecer en los alimentos que luego se encuentran disponibles en supermercados. Según un estudio llevado a cabo por los oncólogos suecos Lennart Hardell y Mikael Eriksson, se ha establecido una relación directa entre este herbicida y el riesgo de desarrollar cáncer y linfoma No-Hodgkin.

Maíz transgénico, un negocio redondo

Además, las semillas Terminator, creadas por Monsanto, son granos estériles que no pueden germinar. Esto obliga a los agricultores a comprar nuevas semillas cada año en lugar de poder guardar y usar las semillas de sus propias cosechas, como solían hacerlo tradicionalmente.

Tanto las semillas como las flores, si no se han visto afectadas por el RoundUp y aún son fértiles, pueden llevar a cabo la polinización cruzada. Esto significa que los cultivos circundantes que no son estériles podrían verse contaminados. Esta situación pone en peligro la preservación de las semillas naturales.

Es posible que en el futuro, una empresa transnacional pueda tener un control considerable sobre el suministro mundial de alimentos. Esto podría tener implicaciones significativas para la seguridad alimentaria y los precios de los alimentos a nivel mundial.

AMLO es optimista

El presidente Andrés Manuel López Obrador comentó acerca de la situación creada y consideró positivo que se esté impugnando un decreto en México para evitar el uso de maíz transgénico en la alimentación humana. Esta acción nos permitirá presentar pruebas ante dicho panel y proponer que se forme un grupo conjunto de investigadores con el objetivo de conocer si causa daño o no a la salud.

Seguidamente puntualizó “nosotros creemos que sí es dañino y no estamos violando tratados porque está establecido que cuando existan diferencias se puede acudir a ellos por lo que es una buena oportunidad. No vamos a permitir que se utilice maíz transgénico para la alimentación de los mexicanos”.

El presidente López Obrador ha destacado que cuentan con pruebas de los daños que causa este alimento, y planean presentarlas públicamente.

Es importante que los gobiernos analicen detalladamente los Tratados de Libre Comercio que se negocien con Estados Unidos para evitar caer en posibles trampas y garantizar acuerdos justos y beneficiosos para ambas partes.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.

Con información de rebelion.org

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