El mundo encoge: algunas perlas lingüísticas

Ángela Loij (1900-1974)
Hay alrededor de 7.097 idiomas distintos en el mundo, según la revista ‘Ethnologue’.

“El mundo encoge”, advertía el escritor Eduardo Galeano. «Cada dos semanas, muere una lengua. El mundo disminuye cuando pierde sus humanos decires, como pierde la diversidad de sus plantas y sus bichos.»

«Hoy sabemos que hay una estrecha correlación entre la biodiversidad y la diversidad de lenguas.»
explica Juan Carlos Jimeno Martín, antropólogo. «Cada lenguaje hablado representa un modo único de comprender la experiencia humana, el universo natural y el mundo entero. Los idiomas resumen toda la pluralidad de la humanidad. Como un código de acción social, el lenguaje es usado por los seres humanos para establecer un diálogo negociado con el mundo social y el mundo natural.»
Y es por eso que las áreas del mundo con alta riqueza biológica y las áreas de alta diversidad de lenguas coinciden.

Pero lo que en realidad muere no es una lengua, sino todo un mundo, porque lo importante no es lo que se pueda hacer con una lengua en el mundo, sino todo un mundo que contiene una lengua. Una puerta o ventana más se cierra, un asomarse de modo distinto al mundo. Espejos rotos que reflejaban otros mundos, otras voces acalladas.

 
Casi la mitad de los idiomas que se hablan en el mundo están en peligro de extinción y la tasa de desaparición del lenguaje acelera dramáticamente en los últimos años. Muchas lenguas en peligro de extinción tienen ricas culturas orales transmitidas a generaciones más jóvenes, pero sin formas escritas. Con la extinción de una lengua, toda una cultura se pierde. Las palabras que describen una práctica o abstracción cultural profunda y particular pueden no poder ser traducidas completamente a otro idioma.
Por eso, hablar en un idioma distinto del propio, limita el pensamiento crítico y emocional hacia un pensamiento más racional. O, como dicen los tukano (Amazonia): la lengua ajena “se imita”, la lengua propia “se habla”. Estas mujeres y hombres siguen una “exogamia lingüística”: un sistema de parentesco y de matrimonio basado en la diversidad lingüística. El parentesco lo marca la lengua paterna, así que al buscar pareja no puede ser alguien que hable tu lengua porque entonces te casarías con un pariente tuyo y sería incestuoso. Y es que ser barasana significa hablar en lengua barasana.

Así la ocupación territorial es menos importante que la lengua. Las mujeres van a

vivir a las otras tribus de otras lenguas de sus esposos. Por eso, en cada “maloca” o choza comunitaria, la conversación podrá ser barasana, tatuyo, bará, makuna… todas a la vez, como una maloca de Babel. Todos hablarán su propia lengua y ninguna será un obstáculo para la comunicación, porque todos son políglotas desde el nacimiento. Lo curioso es que en cada choza, aunque se escuchen hasta seis o siete idiomas diferentes, nunca se escucha a nadie practicando otro idioma. Y aunque los niños pasen la mayoría del tiempo con la madre y su lengua, ella debe conseguir que sólo hablen la del padre, así que simplemente lo escucharán hasta que un día lo empiecen a hablar.

Y con los idiomas que desaparecen, desaparecen también profundas percepciones sobre el cosmos, la tierra, las plantas, los animales y los ecosistemas locales que se han ido generando a través de una estrecha interacción con el mundo natural durante miles de años.

En 1866 la Sociedad de Lingüística de París había advertido en sus estatutos que no aceptaría ninguna comunicación referente al origen del lenguaje. Esta peculiar prohibición era resultado de la cantidad de especulaciones que se habían presentado, disfrazados como estudios científicos. No hay restos arqueológicos de la prehistoria, ni lo habrán, que atestigüen la existencia de la facultad del lenguaje.

Y bueno, pero «el papel lo soporta todo», como gustaba decir al antropólogo don José Miguel de Barandiarán. ¿Cuándo se adquirió esta facultad? Se cree que nació con el Homo Sapiens, que fue la necesidad de expresión de la representación mental, de expresar esos contenidos mentales. La necesidad de leer el pensamiento de los demás, de coordinarse, y de verbalizar el pensamiento… o no. Es la versatilidad cooperativa. Nos ayudó a sobrevivir.

Y hasta que no hubo cierto simbolismo, ritos funerarios, arte… quizás no se pudo alcanzar esa capacidad. Y es que cuando no se puede verbalizar el pensamiento, tiramos del arte, de la música, de las matemáticas, del dibujo…

«Cada lengua contiene en sí la trama de los conceptos y representaciones de una porción de la humanidad» (von Humboldt)

Vamos con algunas perlas:

Kyká. Un palabra del idioma muysk kubun, en Colombia Central. Significa: mundo; pueblo; historia (narración); región.
Todo eso.

Eloheh. Así llaman los Cherokee, una comunidad indígena norteamericana, a la Tierra. Pero también significa cultura y religión.

«En hopi, debes usar marcadores gramaticales que especifiquen si tú mismo presenciaste el evento, lo escuchaste de otra persona o si lo consideras una verdad inmutable. Los hablantes hopi se ven obligados por la gramática hopi a enmarcar habitualmente todas las descripciones de la realidad en términos de la fuente y confiabilidad de su información. El uso constante y automático de tales categorías genera hábitos en la percepción y el encuadre del mundo que probablemente difieren entre personas que usan gramáticas fundamentalmente diferentes».
David W. Anthony. (El caballo, la rueda y el lenguaje: cómo los jinetes de la edad de bronce de las estepas eurasiáticas formaron el mundo moderno.).

Son los evidenciales o testimoniales,​ un rasgo gramatical consistente en el uso obligado de ciertos morfemas o marcas que muestran el tipo de fuente o evidencia de la información dada en la oración, y así mismo qué grado de confianza debemos atribuir al hecho en cada uno de los casos.

Así es también en el quechua. Si utilizas el sufijo validador -m/mi (a veces -n dependiendo de la variante regional) indica que tu presenciaste el suceso o que estás muy seguro de que lo estás afirmando. Si no lo presenciaste tú mismo, entonces puedes añadir el sufijo reportativo -s/si.

La lengua tariana, de la familia arawak (Amazonia) utiliza incluso marcas para transmitir si lo asumió por algo que se vio o por algún conocimiento previo.

Juse irida di-manika-ka: ‘José jugó a fútbol [, lo vi yo y otros.]’

Juse irida di-manika-nihka: ‘José jugó a fútbol [, lo inferimos por algo que vimos]

Juse irida di-manika-sika: ‘José jugó a fútbol [, lo asumo en base algún conocimiento previo]

La clusividad, es cuando hay dos tipos de pronombres «nosotros». En el idioma innu, algonquina, hay dos tipos de «nosotros». Para hablar de un ‘nosotros’ que nos incluye a mí y a ti, entonces se usa «tshinanu». El prefijo ‘tshi-‘ corresponde al propio ser en todas sus formas. Es un ‘nosotros’ colectivo. El ‘nosotros’ excluyente es «ninan», y representa a la persona que está hablando de algo, pero sin el oyente o el grupo de oyentes. Por ejemplo, alguien que cuenta una anécdota con un animal. Si estaban solos el animal y esa persona, dirá «ninan» porque los oyentes no estaban presentes.

En idioma maya tojolabal, en Chiapas, hay una marca que se repite mucho «-tik». Significa «nosotros». Un ejemplo: Se dice en español, «yo te dije». La expresión correspondiente en tojolabal es «yo dije, tú escuchaste.» Es de dos sujetos (yo y tú), con sus verbos correspondientes. Y es que los tojolabales tienen dos palabras para lengua o palabra. Por un lado está la palabra/lengua hablada: k’umal, y, por otro, la escuchada: ‘ab’aU.

El ideograma chino para una persona sabia, «shèng», reagrupa una oreja, una boca y el carácter que evoca la idea de una persona noble en su justo lugar nobiliario. Es decir, una persona que está en su justo lugar por saber escuchar (oreja) y hablar (boca).

Las lenguas también son un reflejo de la diversidad humana, ya que representa un modo único de comprender la pluralidad de la humanidad. Y sus lenguas son, en su inmensa mayoría, lenguas orales, así que la pérdida de estos idiomas significa la pérdida de la memoria biocultural.

En araki, una lengua hablada por ocho personas en la isla de Vanuatu, “sorosoro” significa “aliento, palabra, lengua”.
El dios supremo de los indígenas onas de la Tierra del Fuego se llamaba Pemaulk.
“Pemaulk” significa palabra.


“Kolik jazyku znas, tolikrat jsi clovekem”
, cuanto más idiomas sabes, más humano eres,
dice un proverbio checo.

http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com/2023/10/el-mundo-encoge-algunas-perlas.html

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