Un grupo internacional de científicos climáticos afirma que los signos vitales de la Tierra han empeorado más allá de cualquier situación previamente observada por la humanidad, llegando al punto en el que la vida en el planeta está en peligro.

Serie de fotografías que muestran los impactos de desastres relacionados con el clima.

William Ripple y Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregon (OSU), son los autores principales del informe publicado esta semana en BioScience. Además, otros 10 científicos estadounidenses y globales son coautores.

«Sin acciones que aborden el problema fundamental de que la humanidad está tomando más de la Tierra de lo que puede dar de manera segura, nos dirigimos hacia el potencial colapso de los sistemas naturales y socioeconómicos y un mundo con un calor insoportable y escasez de alimentos y agua dulce», dijo Wolf.

Récords extremos

Intitulado Informe del estado del clima 2023: Adentrándonos en un territorio inexplorado, el artículo señala que 20 de los 35 signos vitales planetarios que los autores utilizan para rastrear el cambio climático, están en extremos récord.

Los investigadores comparten nuevos datos que ilustran que muchos récords relacionados con el clima se rompieron «por márgenes enormes» en 2023, especialmente aquellos relacionados con las temperaturas oceánicas y el hielo marino. También señalan una temporada extraordinaria de incendios forestales en Canadá que produjo emisiones sin precedentes de dióxido de carbono.

«La vida en nuestro planeta está claramente bajo asedio», dijo Ripple. «Las tendencias estadísticas muestran patrones alarmantes en variables y desastres relacionados con el clima. De igual manera, encontramos poco progreso que reportar en cuanto a la lucha de la humanidad contra el cambio climático».

Entre los puntos clave en el informe, se encuentran los siguientes:

Las subvenciones a los combustibles fósiles —acciones de los gobiernos que disminuyen artificialmente el costo de producción de energía— aumentaron aproximadamente al doble entre 2021 y 2022, de $531 mil millones a poco más de $1 billón.
Solo este año, los incendios forestales en Canadá han liberado más de 1 gigatonelada de dióxido de carbono a la atmósfera, más que las emisiones totales de gases de efecto invernadero de Canadá en 2021 de 0.67 gigatoneladas.
En 2023, ya ha habido 38 días con temperaturas promedio globales más de 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Hasta este año, esos días eran una rareza.
La temperatura promedio de la superficie terrestre más alta jamás registrada fue el pasado julio, y hay motivos para creer que fue la temperatura superficial más alta que el planeta ha visto en los últimos 100.000 años.
Antes de 2100

«Como científicos, estamos enormemente preocupados por los aumentos repentinos en la frecuencia y severidad de los desastres relacionados con el clima», dijo Wolf, quien ahora es científico de Terrestrial Ecosystems Research Associates con sede en Corvallis. «La frecuencia y severidad de esos desastres podrían superar el aumento de las temperaturas. Para finales del siglo XXI, muchas regiones podrían tener un calor severo, una disponibilidad limitada de alimentos y tasas de mortalidad elevadas».

Los autores señalan que se necesitan políticas que aborden el problema subyacente de «sobrepasar los límites ecológicos». Cuando la demanda humana de los recursos de la Tierra es demasiado grande, resulta en una serie de crisis ambientales, incluida la disminución de la biodiversidad. Mientras la humanidad continúe ejerciendo una presión extrema sobre el planeta, cualquier estrategia que se enfoque solo en el carbono o el clima simplemente redistribuirá la presión, señalan.

Anomalías climáticas inusuales en 2023 (la línea roja). La extensión del hielo marino (a, b), las temperaturas (c-e) y el área quemada en Canadá (f) se encuentran actualmente muy por fuera de sus rangos históricos. Crédito: W.J. Ripple et al., BioScience 2023.

«Nuestro objetivo es comunicar hechos sobre el clima y hacer recomendaciones de políticas», comentó Ripple. «Es un deber moral de los científicos y nuestras instituciones alertar a la humanidad sobre cualquier amenaza existencial potencial y mostrar liderazgo en la toma de acciones».

Los autores instan a hacer la transición a una economía global que priorice el bienestar humano y frene el consumo excesivo y las emisiones excesivas de los ricos. Las recomendaciones específicas incluyen eliminar gradualmente las subvenciones a los combustibles fósiles, avanzar hacia dietas a base de plantas, aumentar los esfuerzos de protección forestal y adoptar tratados internacionales de eliminación del carbón y no proliferación de combustibles fósiles.

Hacen hincapié en que todas las acciones relacionadas con el clima deben estar fundamentadas en la equidad y la justicia social, señalando que el clima extremo y otros impactos climáticos se sienten de manera desproporcionada en las personas más pobres, que han contribuido menos al cambio climático.

Fuente: OSU. Edición: MP.

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