El Islam tiene muchas divisiones internas que muestran las diferentes formas de entender y vivir la religión, algunas de manera muy radical, y que surgieron a los pocos años de la muerte del profeta Mahoma. Estamos acostumbrados a escuchar suníes, chiíes, jariyíes, salafistas, wahabíes, etc. que son algunas de estas divisiones y vamos a ver en qué momento surgieron las más importantes y sus causas.
La muerte de Mahoma
El gran problema apareció tras la muerte de Mahoma en el año 632, sin heredero y sin indicar quién debía sucederle. En aquel tiempo el Islam era una religión muy reducida, apenas alrededor de Medina y La Meca, aunque ya había iniciado el desarrollo de una conciencia colectiva que formaría una unificación cultural y étnica.
Sin sucesor pronto llegaron los problemas para la transferencia de autoridad y comenzaron a formarse grupos en torno a los que acompañaron a Mahoma en sus principales acciones, como en la Hégira del año 622 hacia Yatrib (luego conocida como Medina) o en la peregrinación seis años después hacia La Meca.
Uno de estos grupos tradicionales se organizaron en torno a la tribu del profeta, los Quraysíes (dentro de esta, Mahoma pertenecía al clan de los Banu Hasim). Este grupo estaba bajo el mandato de Abu Syfyan, que primero se había enfrentado a Mahoma en Medina pero después se convirtió y le acompañó hasta sus últimos días. De esta corriente ortodoxa surgieron los suníes o sunitas.
El otro grupo tradicional se orquestó en torno a los partidarios de Alí. Era primo de Mahoma y se casó con su hija Fátima (único de sus hijos o hijas que sobrevivió a Mahoma). Fue uno de los primeros en seguirlo y padre de los dos únicos descendientes carnales de Mahoma, que son los hijos que tuvo con Fátima.
Mahoma tuvo numerosas esposas y concubinas, hasta trece, aunque no hay unanimidad en el número total. Su primera esposa fue Jadiya, una rica viuda con la que estuvo casado veinticinco años (durante este tiempo fue su única esposa) y que le dio seis hijos, aunque sólo su hija Fátima sobrevivió al profeta. Tras quedar viudo comenzó a acumular esposas, muchas de ellas viudas de compañeros y seguidores fallecidos. De todas ellas destacó su tercera esposa, Aisha, la más joven (era una niña) y su preferida. Además era la hija de Abu Bakr, el primero de sus sucesores.
Tras el fallecimiento de Mahoma, y ante el desconcierto de la sucesión, comenzó un periodo llamado de los Califas Rasidum o Rashidun (“los correctamente guiados”) que iba a terminar de forma muy violenta.
LA MUERTE DE MAHOMA SIN DEJAR SUCESOR LLEVÓ AL ENFRENTAMIENTO Y LA DIVISIÓN EN EL ISLAM
Todo se orquestó en torno a Abu Bakr (632-634), el padre de la preferida de Mahoma, Aisha. En estos primeros tiempos el Islam se configuró como ideología religiosa y política, y comenzó su expansión más allá de la zona de La Meca y Medina.
Nace el Califato
Con Abu Bakr se estableció el Califato, “el sucesor del enviado de Dios”, como nueva institución aunque aún tardaría en definirse sus funciones, poderes o elección.
Tras el fallecimiento del primer califa, apenas dos años después de ser aclamado, llegaron dos califas que fueron muy importantes a nivel teológico como Umar (634-644), que puso las bases para el futuro estado árabe basado en el militarismo y Utman (644-656), yerno de Mahoma, que ordenó redactar por vez primera el Corán (hasta entonces se transmitía de forma oral).
EL SALAFISMO ES UN MOVIMIENTO RADICAL SUNITA DEL QUE FORMAN PARTE ORGANIZACIONES TERRORISTAS COMO LOS TALIBANES, AL QAEDA O EL DAESH
Sin embargo, bajo el mandato de este cuarto califa llegaron deseos de independencia de algunas regiones e importantes rebeliones. Acusado de nepotismo, soldados árabes de Egipto se amotinaron y le dieron muerte en su propia casa. Sus asesinos aclamaron a Alí como legítimo heredero de Mahoma, que sería el quinto y último Califa Rashidun.
Sin embargo Alí (656-661), familia del profeta y padre de los dos únicos descendientes que sobrevivieron a Mahoma, no tenía las cualidades exigidas para mandar ni el perfil de un hombre de estado. Con él llegó la Primera Fitna o guerra civil del mundo musulmán, donde se tuvo que enfrentar a los Quraysíes (tribu del profeta) apoyados por su viuda Aisha y al gobernador de Siria, Muawiya, que a la postre fue el gran vencedor del conflicto civil.
En una de las contiendas más importantes, la batalla de Siffín (657), los sirios situaron hojas del Corán en la punta de sus lanzas, apelando al juicio de Alá. La respuesta de gran parte de las fuerzas del califa fue retirarse del combate. En aquel momento la umma o comunidad de creyentes se separaba en tres grandes grupos: suníes, chiíes y jariyíes.
Suníes o sunitas
Se desarrollaron en torno al gobernador de Siria Muawiya, que formará la primera gran dinastía hereditaria del Islam, los Omeya. Para este grupo ortodoxo, el califa debe ser árabe y miembro de la tribu del profeta (Quarays o Quraish). El nombre proviene de la Sunna (la tradición) que son los hechos y dichos del profeta. Hoy en día forman la mayoría islámica con cerca de un 80% de los creyentes musulmanes.
Salafismo
El salafismo es un movimiento radical sunita del que forman parte organizaciones terroristas como los talibanes, Al Qaeda o el Daesh, también llamado Estado Islámico o ISIS. Estas organizaciones comparten una corriente salafista yihadista. Aunque la palabra yihad se suele traducir como «guerra santa», en realidad es un término más complejo. En árabe significa «esfuerzo» por lo que la interpretación a menudo es muy amplia y podemos encontrar desde los que defienden que se debe a una «guerra» con un sentido espiritual hasta los grupos que promueven el terrorismo hasta sus últimas consecuencias.
Chiíes o chiitas
Forman el grupo de los se quedaron con Alí en Siffín y defendían que el califa solo podía ser un miembro de la familia de Alí, que era la de Mahoma. Actualmente se estima que son menos del 20% del mundo musulmán siendo mayoría en países como Irán.
Jariyíes
Este tercer gran grupo lo formaban los que abandonaron a Alí en la batalla de Siffín. Los jariyíes, que significa “los que salen”. Eran los más piadosos y defendían que cualquiera podía ser nombrado califa, y que ese rol debía emanar de la comunidad para el más devoto y que fuera independiente de su origen. Hoy en día son una minoría dentro del islam y encontramos a una de sus ramas, los Ibadíes, en Omán.
Las escuelas jurídicas
Además de estos grandes grupos, surgieron escuelas jurídicas que interpretaban de diferente forma tanto el Corán como las tradiciones en torno a Mahoma. Un 50% de los islamistas actuales forman parte de la escuela Hanafi, formada durante la dinastía de los abasíes, que se basan sobre todo en el ordenamiento jurídico y la legalidad por encima incluso de la tradición.
La escuela Malikí se formó a mediados del siglo VIII y compiló el derecho del Islam suní, extendiéndose sobre todo por el Magreb y llegando hasta Al Andalus. En Egipto y Bahréin se sigue la escuela Safi’i, que formaba un sistema intermedio entre la legalidad y la tradición. En otros lugares, como Arabia Saudí o Qatar, la mayoría son seguidores de la escuela Hanbalí, la más estricta de todas y centrada en la defensa a ultranza del Corán y de la tradición, siendo la más conservadora de todas ellas.
El Islam fragmentado: explorando las divisiones y su origen histórico