El CEO de OpenAI comparó el futuro poder de la inteligencia artificial general con una «magia del cielo».
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En una entrevista con el Financial Times, Altman afirmó que la asociación de su empresa con el director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, estaba «funcionando realmente bien» y que esperaba «recaudar mucho más con el tiempo» de parte del gigante tecnológico, entre otros inversores, para hacer frente a los costos desafiantes de desarrollar modelos de IA cada vez más sofisticados.
¿Pero qué tan lejos podría llegar dicha sofisticación? Según el CEO, tal vez hasta el plano de lo divino.
«En este momento, la gente dice: “Tienen este laboratorio de investigación, tienen esta API [software], tienen la asociación con Microsoft, tienen este ChatGPT, ahora hay una tienda de GPT”. Pero esos no son realmente nuestros productos. Esos son canales hacia nuestro único producto, que es la inteligencia, la inteligencia mágica en el cielo. Creo que eso es a lo que nos dedicamos», sostuvo.
Al parecer, lejos de atenerse a la definición pragmática y aceptada para la IA general —es decir, «un sistema que supera a los humanos en la mayoría de los trabajos económicamente valiosos»—, Altman va más allá, implicando con su declaración que esta «superinteligencia» de las máquinas podría alcanzar cierta omnipotencia.
El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, mencionó que la asociación con Microsoft garantizaría que ambos ganen dinero con el éxito del otro, y todos estén contentos». Crédito: Vedaon/Revista Mercado.
Pero Altman no es el único que evoca una IA tipo Dios en el cielo.
«Estamos creando a Dios», reconoció un ingeniero de IA que trabaja en modelos grandes de lenguaje a Vanity Fair en septiembre pasado. «Estamos creando máquinas conscientes».
Sin embargo, y más allá de los vaticinado por los expertos en la materia, probablemente aún falte bastante para que seamos testigos de una «ascensión divina» de esta tecnología.
«Queda un largo camino por recorrer y mucha capacidad de procesamiento por desarrollar antes de alcanzar la IA general», afirmó Altman al Financial Times, argumentando que «los gastos de entrenamiento son enormes».
Además, según el sitio web de la compañía, OpenAI está convenientemente permitiendo que su propio consejo decida cuándo hemos alcanzado la IA general, lo que sugiere que claramente hay bastante margen de maniobra en un tema que ya es difícil de precisar.
Fuente: Financial Times/Futurism. Edición: MP.