El 22 de noviembre, a las 10:04 de la mañana, hora venezolana (14:04 hora universal), entra el Sol a Sagitario. La entrada del Sol a este signo, trae consigo la llegada del ambiente previo a la Navidad, caracterizado por un espíritu festivo y optimista, muy en sintonía con lo que es la esencia sagitariana.
En esta ocasión, la activación de Sagitario va a estar cargada de mucho más vigor y empuje, por cuanto el Sol viene avanzando en conjunción con el guerrero Marte, quien también entrará a Sagitario, dos días después, el 24 de noviembre a las 06:16 de la mañana, hora de Venezuela (10:06 hora universal).
Marte avivará aún más el fuego sagitariano, le dará más ímpetu. Marte en Sagitario marca una tendencia a querer hacer muchas cosas a la vez, a veces a abarcar más de lo que se puede, pero en todo caso, con esta energía, estaremos dispuestos a afrontar cualquier reto y cualquier riesgo.
Sagitario es el signo más alegre del zodíaco, su naturaleza es idealista, jovial, aventurera, de amplia visión y grandes metas. Los sagitarianos son expansivos y por ende tienden a exagerar, les gusta abarcar mucho, son buenos conversadores, tienen mucho sentido del humor, son un tanto dispersos e impuntuales, disfrutan creando conceptos, ideas, y suelen tener poco sentido práctico para concretar lo que conciben.
Sagitario se puede asociar con aquellos ideólogos que discuten largas horas en un cafetín sobre cómo cambiar el mundo, aunque también son aquellos grandes viajeros que tienen sed de conocer todos los rincones del planeta. Cultivan su mundo interno y espiritual, pero no descuidan el aspecto físico, ya que disfrutan de la actividad deportiva.
Son inquietos, la rutina les molesta, necesitan vivir la vida como una gran aventura y esto incluye un fuerte gusto por las experiencias amorosas variadas.
Sagitario es un signo de fuego y por lo tanto es impulsivo, pero es de naturaleza mutable, es decir, flexible, variable, hace las cosas porque le nacen, con entusiasmo, pero a la vez necesita ser motivado por otros y sus intereses o entusiasmos pueden variar de un día a otro.
Cada vez que se menciona al signo de Sagitario, emerge la mitológica figura del Centauro disparando sus flechas; la primitiva psicología astral elaborada por los griegos consideró a este signo el más genuino representante de la lucha entre el instinto (parte animal) y el ideal (parte humana), posteriormente otras consideraciones y culturas fueron agregando características diversas, identificando a Sagitario con los ritos, la religiosidad, la filosofía y la moralidad.
Sagitario, constantemente, se debate entre lo que íntimamente es y lo que anhela ser frente al prójimo. Enmascara su “yo”, y en muchos casos vive una dualidad (por algo es el signo complementario de Géminis). El humor al que apela, es la cualidad que más ejercita para concentrar la atención de los demás sobre ciertos matices de su “yo” y evitar así que se ahonde en otros. Sagitario teatraliza su propia vida; tal vez un profundo temor a la muerte le hace actuar desde planos superficiales de la conciencia.
La época de Sagitario representa la última etapa del otoño, tiempo de cambios, de muerte para luego volver a renacer, y con el espíritu sagitariano, este cierre de ciclo está cargado de optimismo, la alegría de este signo nos prepara para recibir de buen ánimo la Navidad, festividad que desde el punto de vista astrológico se inicia con la entrada del Sol en Capricornio, es decir, en el solsticio de invierno.
Sagitario es también espiritualidad, amplia visión; está representado por el arquero que lanza una flecha hacia el infinito, hacia lo desconocido, hacia el universo; Sagitario busca trascender, quiere conocer lo que hay más allá, tiene una mente amplia, universalista, filosófica.
Júpiter, el planeta regente de Sagitario, desde el punto de vista esotérico, es considerado sagrado e inspira amor y sabiduría. Es el astro más grande del sistema solar, por eso los sagitarianos son expansivos, es un planeta que se asocia al don de mando, a la alegría, al buen humor, a la prosperidad; en una carta astral es una especie de ángel guardián que nos ayuda a seguir adelante y vencer cualquier dificultad.
La mitología considera a Júpiter como el originador de todo cambio sucedido en los cielos: la lluvia y el granizo, el relámpago y el trueno.
En la antigua astrología, Júpiter fue la estrella de la suprema fortuna, el planeta de la benevolencia, de las buenas intenciones, es el símbolo de la generosa voluntad, la veneración, la espiritualidad, la nobleza y la esperanza.
Cuando el Sol entre a Sagitario, se encontrará a Mercurio, quien ya lleva semanas en este signo. Mercurio es el astro de la mente y la comunicación. Su energía en este signo, lo descuadra un tanto en lo que se refiere a la concentración para los asuntos cotidianos, por lo que puede haber un ciclo de despistes, de dispersión, donde la comunicación se torna menos directa, se tiende más a divagar, tendemos a ser poco prácticos, y más idealistas.
Y es que Mercurio en Sagitario está en una posición astrológica que denominamos “exilio”, pues en esta franja zodiacal impera la “mente abstracta”, y las cualidades del planeta están alineadas a la “mente concreta”.
La mente abstracta es la creadora, la filosófica, mientras que la concreta es la que retiene información y la expresa tal cual la recogió, por tanto, Mercurio en Sagitario está en un área distinta al de su cualidad básica, y por eso tiende a generar dispersión en las personas y en los procesos de comunicación.
Sin embargo, Mercurio en Sagitario genera excelentes cualidades para desarrollar nuestros grandes ideales de vida, para concebir proyectos, para fijarnos un gran foco de acción hacia metas trascendentales para nosotros, para nuestra realización personal, y que estén en armonía con nuestra propia filosofía de vida.
Es un tiempo favorable para conectarnos con nuestros verdaderos propósitos de vida, para reflexionar sobre nuestros ideales, y evaluar qué tanto estamos haciendo para cumplir nuestras grandes metas de vida, lo que de verdad nos llena; es un tiempo para darle dirección a nuestras vidas, hacia el camino de la auténtica realización personal.
Mercurio en Sagitario nos lleva al umbral de lo desconocido, y es allí, con una nueva forma de ver las cosas, y en proceso de liberarnos de cargas pasadas y expandir nuestra conciencia, donde podemos dar el gran salto, hacer un acto de fe y confiar en la divinidad, y dar ese salto que nos lleve hacia un ideal superior que conecte con nuestra esencia.
Mercurio en Sagitario favorece para concebir ideas que serán el germen de lo que luego se materializará cuando este astro llegue a Capricornio el primero de diciembre.
Ilustración: Pedro González Rondón