- Algunas personas no quieren conseguir un puesto de gestión.
- Un millennial afirma que el puesto de manager al que podría optar en el futuro le parece un trabajo de demasiada presión.
- Otro millennial asegura que puede ejercer de líder sin dejar de ser un trabajador más.
Cuando Devika fue ascendida a un puesto de mayor responsabilidad en ventas en una empresa de asesoramiento universitario, sabía que el siguiente paso sería pasar a un puesto de gestión.
Es un trabajo que, según ella, conlleva gestionar a otras muchas personas, incluidas las que tendrían que rendirle cuentas. Por eso cree que ese puesto puede ser «incluso más estresante» que el de alta dirección. Además, también señala que te hace envejecer.
Devika, que habla con un pseudónimo para evitar repercusiones laborales y cuya identidad ha sido verificada por Business Insider, tiene claro que desempeñar un papel de gestión no es algo que le interese realmente. En parte porque parece un puesto de mucha presión.
Devika afirma que los jóvenes millennials como ella no consideran que merezca la pena ocupar un puesto de manager porque «supone renunciar a demasiado de tu vida personal y la vida es corta». Así que, prefieren «contribuir individualmente» mientras ganan «X cantidad de dinero».
Ser jefe te hace infeliz: el 40% de los directivos sufre un gran estrés laboral, según Deloitte
Pero Devika no es la única que piensa así. Una encuesta de Visier realizada en agosto a 1.000 trabajadores en Estados Unidos reveló que solo el 38% de los «empleados individuales están interesados en convertirse en gestores de personas en su organización actual», según el informe sobre los resultados.
Andrea Derler, directora de investigación y valor para el cliente de Visier, explica a Business Insider que podría haber una brecha de sucesión en las empresas si estas no invierten en formar jefes y les prestan apoyo.
Derler asegura que los encuestados «están preocupados por el aumento del estrés y las presiones». Además de la carga de trabajo y la responsabilidad, se le añade la presión adicional que puede suponer la alta dirección, señala Derler.
Los resultados de la encuesta también sugieren que algunos participantes creen que pasar a la dirección y adentrarse en el mundo de la gestión significará trabajar más horas, y muchos de ellos están contentos con sus puestos actuales.
Existen maneras para ser un líder en el trabajo sin tener que convertirse en un gestor
Justin Vallely es otro millennial que está contento con su papel de empleado individual y no está especialmente interesado en ascender. El joven es ingeniero de software en la empresa tecnológica Ibotta.
Vallely afirma que solía pensar que avanzar en su carrera significaba acabar trabajando en la gestión de personas y proyectos, pero descubrió que puede haber otras oportunidades para el liderazgo. Por ejemplo, los ingenieros de su empresa pueden orientar a los empleados sin tener que asumir funciones de gestión.
El joven asegura que esto se aplica para los ingenieros en general. La gente puede desempeñar labores de liderazgo como un trabajador más sin tener que asumir ningún puesto. Esta podría ser la fórmula para que las organizaciones no pierdan a sus «mejores, más brillantes y más experimentados ingenieros».
Una de las desventajas que Vallely ve en pasar a la gestión es la responsabilidad de resolver los problemas de la gente, que no se acaban cuando termina la jornada laboral, explica. «Me parece que esa responsabilidad es más difícil dejarla en el trabajo cuando se termina la jornada; muchas veces te lo acabas llevando a casa», comenta.
En su puesto actual, tiene tiempo de alejarse de sus tareas para adquirir una nueva perspectiva, pero no está seguro de tener el mismo lujo si fuera manager.
Las empresas deben abordar el problema del relevo antes de que sea demasiado tarde
Derler recomienda a las empresas preocupadas por el número de gestores potenciales que planeen un onboarding al puesto de los trabajadores que puedan mostrar potencial para ascender dentro de la empresa. Es lo que ella denomina «apoyo a la incorporación de managers».
«Incorporar a alguien significa ayudarle a aclimatarse a la nueva empresa y al nuevo equipo, establecer relaciones, comprender las expectativas, las oportunidades de aprendizaje, etc.», explica Derler.
Añade que los nuevos jefes no suelen tener esa oportunidad de aprendizaje y adquieren malos hábitos que luego son difíciles de erradicar.
Otra cosa que deben hacer las organizaciones es pensar en quién tienen en cuenta para convertirse en jefe.
Derler afirma que las empresas suelen buscar trabajadores con un alto rendimiento, pero estas personas no siempre son las más adecuadas para la gestión. En su lugar, los empleadores deberían centrarse en cualidades como la mentalidad empresarial o las situaciones en las que un empleado colaboró con otros y apoyó a sus compañeros de trabajo, añade.
La encuesta de Visier reveló que el 71% de los encuestados, incluidos los que no necesariamente quieren ser gestores de personas, afirmaron que una mejor remuneración sería el principal incentivo para convertirse en este tipo de gestor.
Derler asegura que se sorprendió al conocer este resultado, ya que los estudios muestran que tradicionalmente las personas querían asumir funciones de gestión para poder contribuir más a la estrategia de la empresa.
Aunque un aumento de sueldo estaría bien, comenta Vallely, cree que «es más importante hacer lo que te gusta».
https://www.businessinsider.es/millennials-ya-no-quieren-ser-jefes-creen-no-merece-pena-1346644