El gobierno de España ratificó este miércoles su decisión sobre el cierre de las centrales nucleares del país para 2035, mientras que amplía los plazos para los proyectos renovables y el ajuste de las subastas de renovables.
El sistema de gestión de los residuos radiactivos contaminantes (confinamiento, aislamiento, eliminación, etc.) y el desmantelamiento de las plantas nucleares, dará inicio en 2027, impactando a la economía de España en unos 20.200 millones de euros (22.400 millones de dólares) que según el gobierno será costeado por un fondo apoyado por los operadores de las plantas.
Las centrales nucleares del país, generan aproximadamente una quinta parte de la electricidad española, lo que fue uno de los temas principales de la campaña electoral pasada.
Por su parte, el científico Víctor Resco, profesor de la Universidad de Lleida y doctor en la Universidad de Wyoming (EEUU), asegura que “la energía nuclear es de las más seguras desde el punto de vista de la salud, y asimismo de las más inocuas con el medio ambiente”.
“La nuclear requiere de una superficie de terreno muy pequeño para generar gran cantidad de energía, no emite gases con efecto invernadero y tampoco exige extracciones de minerales masivas, al contrario que la solar o la eólica que degradan grandes proporciones del paisaje”, expresó el profesor universitario de ingeniería forestal.
Y agregó: “Mientras que los metales pesados para la producción fotovoltaica son contaminantes de por vida, los residuos nucleares mantienen niveles peligrosos de radioactividad durante periodos más cortos”. “Pretender lograr la descarbonización de la economía cerrando las centrales nucleares es como pretender adelgazar dejando de beber agua: una locura”, finalizó.
En España actualmente ya hay dos plantas en proceso de desmantelamiento (Vandellós I y José Cabrera) y una más en proceso de pre-desmantelamiento (Santa María de Garoña) y se encuentran en funcionamiento actualmente cinco centrales nucleares, dos de las cuales disponen de varios reactores cada una (Almaraz y Ascó), con una potencia total instalada de unos 7.400 MWe. Según el calendario de plazos, las próximas centrales que se cerrarán serán Almaraz I (2027) y Almaraz II (2028); a continuación, de forma progresiva lo harán Ascó I (2030), Ascó II(2031), Cofrentes (2030), Vandellós (2030) y Trillo (2035).
La desnuclearización también llegó este año 2023 a Alemania, donde los operadores de Isar 2 en Baviera, Neckarwestheim 2 en Baden-Württemberg y Emsland en el noroeste del país dieron por terminada la actividad de generación de energía eléctrica.
Cabe considerar que a nivel geopolítico la capacidad de generar energía atómica de un país es también un paso en la posibilidad de desarrollar a futuro armas nucleares, el pasaje del uranio de bajo enriquecimiento (del 3 al 5% de isótopo 235) usado para generar energía eléctrica al uranio altamente enriquecido (más del 85% de concentración de isótopo 235). De allí que el club de potencias que ya disponen de las mismas impongan al resto el desmantelamiento de este tipo de tecnología, bajo excusas ecológicas, como las planteadas por la Agenda 2030.
Agenda 2030: España decide eliminar sus centrales nucleares y pone un plazo límite para su cierre
Vamos camino de llenar nuestra geografía de molinos eólicos y granjas fotovoltaicas cuya energía nos será comercializada a elevados precios, que nadie piense que ésto abaratará la electricidad, mientras compraremos los productos agrícolas a Marruecos y los ganaderos a los países del este que van sumándose a la UE.
¿ Resultado ? Pérdida del sector primario, despoblación rural, masificación urbana y costera, dependencia interna absoluta de las empresas eléctricas y externa de bienes básicos de consumo. Si le añadimos la pérdida de puestos de trabajo por el masivo cierre de fábricas de coches de combustión interna y el fin de las subvenciones anti crisis, nos encaminamos a una sociedad fraccionada en gente con alto nivel adquisitivo y pobres con pocos recursos.
La brecha económica social se va a agrandar, los que tienen mucho y los que apenas tienen. En vez de favorecer el crecimiento de la clase media, vamos hacia su muerte. Los de coches eléctricos de 100.000 euros y los de patinetes de 200 o transporte público subvencionado.
Los políticos españoles siempre han tenido un complejo de inferioridad. Quieren ser Noruega porque no saben desarrollar España. Los 80 y los 90 son el espejo donde mirarse, no fuera de las fronteras.
Pero es que ahora somos » globales «» europeos «» primermundistas «.