En un momento dado de nuestra infancia, la Consciencia se identifica con los pensamientos que surgen en la mente. Con esa información que recibimos de «fuera», esas etiquetas, esos «quién soy, quién debería ser», creando así una identidad ilusoria y olvidándose de «quién es».
Esto nos pasa a todos. Forma parte de nuestro proceso humano, por llamarlo de alguna manera. Esa identificación está fuera de nuestro alcance. No la realizamos nosotros porque «nosotros» no existe. Es una identidad ilusoria. No hay un «alguien» dentro de nuestro organismo cuerpo-mente que esté decidiendo nada. Es la misma Vida viviéndose de esta manera humana. Igual que una rosa se desarrolla como se desarrolla. O una crisálida se transforma en mariposa sin su intervención. Es su proceso natural de vida.
Imagínate al Mar teniendo Consciencia de sí mismo. Y que cuando se forma una ola (que no es una ola, sino el mismo Mar con esa forma) se creyera que es una ola (con todas las características que tenga) que está separada del Mar y que no tiene nada que ver con el resto de olas.
No somos las olas, somos el Mar. No somos «la parte», somos el TODO. No somos una pieza del puzzle, somos el puzzle COMPLETO. No somos los pensamientos ni las emociones, somos la Consciencia que es consciente de las formas que adquiere.
¿Y qué formas son ésas? Pues TODO lo que nuestros sentidos pueden percibir. TODO lo que existe. Desde lo más denso a lo más sutil. TODO lo que podamos observar. TODO de lo que podamos ser Conscientes.
El observador, lo observado y la observación ES «la misma cosa». Tú y yo somos «la misma cosa». El sol, la luna, las estrellas, el fuego, la tierra, la ira, la soledad, el cactus, el perro, el virus, la bacteria, la saliva, la electricidad, la nevera…, somos «la misma cosa». Es la Vida, la Consciencia, la Existencia, Dios, la Fuente, el UNO, el Silencio, la Totalidad, el AMOR… Da igual el nombre que le demos (es sólo un nombre).
Es la Nada que cuando hace «viento» (y el viento proviene de la misma Nada) adquiere la forma de Todo. Igual que el Mar con las olas. Lo llamaron científicamente el Big Bang.
La no-existencia creó la existencia de sí misma. Y la existencia es cualquier objeto, materia, pensamiento, emoción, sutiliza que existe. Es decir, la existencia, el mundo de las formas, aquello que podemos percibir, es la no-existencia en movimiento. Ambas «son la misma cosa».
No puedo explicarlo de otra manera porque es algo absolutamente abstracto. Necesito utilizar metáforas. Por eso es tan difícil su Comprensión Real. O lo experimentas o es incomprensible. Es «de locos».
DIOS no está en todas partes. DIOS ES todas partes. No hay nada separado de DIOS, del UNO. Cualquier cosa que se te ocurra, tanto si lo juzgas como bien o como mal, como luz o como oscuridad es DIOS. Es LO QUE ES.
Pero no el Dios al que hacen referencia las religiones. No algo o alguien con un poder superior y ajeno a nosotros. Que tiene barba y que ha dictado una serie de mandamientos que cumplir. No el Dios que juzga, condena y castiga. Que dice si esto es un pecado o una virtud. Si entras al cielo o te vas al infierno.
Ese Dios no es más que una creación mental. Un pensamiento al que se le dio una identidad. ¿Y para qué se necesitan las identidades? Para sentir que hay control. Que hay seguridad ante la incertidumbre de la Vida. De la Existencia. Una falsa sensación de seguridad porque se basa en premisas falsas. Por eso, no funcionan. Por eso, nunca se puede encontrar la Paz Real a través de la mente ni de sus ideas-creencias.
El DIOS al que me refiero es la Existencia misma. Es AMOR INCONDICIONAL. No porque sea «alguien» que ame, sino porque ES AMOR. Porque todo lo que existe es ÉL. Porque todas sus formas son ÉL.
No existen olas buenas ni olas malas. Olas que sean más Mar que otras según su tamaño. TODAS son el Mar. Todas las formas en las que la Vida-Dios-Consciencia-Uno se ES a sí misma son PERFECTAS.
Por eso, el Ser Humano, piense lo que piense, sienta lo que sienta, haga lo que haga, es PERFECTO siempre. Porque tan sólo es una expresión de vida más. Una expresión en forma de mal o de bien (según la dualidad mental). Según la Consciencia, según Dios, no hay ni bien ni mal, pues TODO es UNO. No hay Separación entre Nada.
Nosotros somos DIOS. Nosotros somos el Mar. Las olas no son algo distinto al Mar. Las olas son el Mar.