Palabras diarias del Buda

Sukhā matteyyatā loke,
atho petteyyatā sukhā,
sukhā sāmaññatā loke,
atho brahmaññatā sukhā.
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En este mundo, bueno es servir a la madre,
bueno es servir al padre,
bueno es servir a los monjes y monjas,
y bueno es servir a los santos.

Dhammapada 23.332

«En este mundo, bueno es servir a la madre,
bueno es servir al padre,»

En la india agrícola, cuando el niño se hace joven empieza a sustituir al padre, que se hace mayor, en los trabajos mas pesados, para beneficio de su familia. Luego cuando el padre se jubila el hijo ya adiestrado, ocupa el lugar del padre. Cuando el hijo se casa, se construye una casa al lado de los padres, son habitaciones, ya que la cocina es compartida. El hijo se encarga ahora de cuidar a sus padres hasta su muerte.

Hemos pasado de una cultura de respeto a nuestros padres, a una cultura del ahí te quedas, por que yo me lo merezco.

El mensaje de Buda no es sólo para nuestros padres. según la religión budista, en un tiempo sin principio, todos los seres sintientes han sido tus padres en algún momento. Por eso el mensaje de Buda es proteger a todos los seres sintientes.

«bueno es servir a los monjes y monjas,
y bueno es servir a los santos.»

Los monjes budistas salen todos los días pidiendo alimento para poder comer ese día. En la India la consciencia espiritual del día a día, pone en práctica los consejos de las religiones Sig, Hinduista o budista. Vivir según tu camino espiritual forma parte de ti.

En occidente la iglesia recibe del estado todo lo que necesita y más, a pesar de que los que pagamos impuestos estemos en contra. En nuestro día a día no vivimos nuestro camino espiritual, por que no lo tenemos, seguimos la nueva ideología del consumo, la publicidad, las redes… todo aquello que nos proporcione algo de esa felicidad prometida que nunca llega.

Servir a los monjes o a los santos es una invitación para abrazar el camino espiritual, por que sólo en él se podrá encontrar esa felicidad.

maestroviejo

3 comentarios en “Palabras diarias del Buda

  1. No veo diferencia entre esto y el clásico cristiano » Honrarás a tu padre y a tu madre «.

    Es una constante en todas las religiones y, más aún, en todas las formas de ordenación social clásicas.

    Hoy los aparcamos en residencias y a otra cosa. Aunque también es cierto que las sociedades urbanas son más exigentes con el trabajo propio y apenas permiten que hijos o nietos puedan tener tiempo para ocuparse de ancianos, sobre todo si están muy deteriorados o son dependientes. Supuestamente la gente trabaja toda su vida para poder pagarse, con la pensión de jubilación, una atención profesional adecuada. Teóricamente no es mala idea, otra cosa es la práctica.

    Que monjes salgan todos los días a pedir comida me parece una gandulería. Podrían igualmente salir a ofrecer su trabajo a cambio de comida. Con dos brazos y dos piernas, seguro que encuentras la manera de poder comer a cambio de trabajar.

    Tradicionalmente en los conventos católicos siempre hay huertos y pequeñas granjas o corrales para proveerse el sustento a través del trabajo diario. Lo de pedir es de ser muy vago.

    1. La diferencia está, en que en el Budismo se considera padres a todos los seres sintientes, y nos anima a considerar a cualquier ser como a nuestros padres en esta vida. Con el mismo sentimiento, ya que en un tiempo sin principio, todos han sido nuestros padres.

      Con respecto a los monjes, se dedicaban al cuidado del templo, mantenían pequeñas huertas, y salían normalmente en grupos de tres para recorrer la localidad. Ofrecían sus servicios, como expertos en hierbas medicinales, visitaban a los enfermos, oficiaban ceremonias por nacimiento, matrimonio o muerte, y enseñaban Dharma, las limosnas las recibían a cambio de sus servicios, según lo que las personas pudieran o no pudieran aportar. Las comunidades ayudaban a los monjes, como antes se ayudaba a los maestros en España. Cada familia llevaba a la escuela, patatas, alguna gallina, carbón para el brasero etc. todos sabían que el sueldo de un maestro no llegaba para vivir.

      1. Lo sé. Mis padres fueron maestros de escuelas rurales unitarias de la serranía de Córdoba, y recibían huevos, patatas, lechugas y carbón para el brasero.

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