Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India – Su Santidad el Dalái Lama abrió el segundo día de conversación sobre liderazgo con un grupo de becarios Dalái Lama diciéndoles: “Es un placer reunirme con ustedes hoy”.

Sona Dimidjian respondió: “Nos sentimos honrados de estar nuevamente en su presencia. Gracias por la conversación de ayer que provocó largas discusiones entre nosotros sobre la unidad de la humanidad, nuestros valores humanos compartidos, la dedicación a una vida de servicio, cómo trabajar con ira y cómo trabajar con aquellos que hacen daño. Fue una conversación significativa. Sentimos que la conversación de ayer abrió nuestros corazones”.

Los becarios rompieron a cantar una vez más, cantando «Abre mi corazón, deja que rebose de amor» como lo hicieron ayer.

Flavia Neves Maia de Brasil, Vuyo Henda de Sudáfrica y Stephen Ogwena de Kenia preguntaron a Su Santidad sobre el papel del amor y la compasión en la práctica del liderazgo.

“En el pasado, para convertirse en líder se necesitaba poder y astucia”, respondió Su Santidad, “pero esos días ya pasaron. Ahora el liderazgo depende de la calidez; teniendo en cuenta al público, en particular a los sectores más pobres de la comunidad. Hoy en día, perseguir sólo objetivos egoístas es una mentalidad muy estrecha.

“A medida que la democracia se extiende por todo el mundo, la gente está mejor informada sobre lo que sucede. Antes prestaban poca atención o no podían ver la imagen completa. Ahora el público está seriamente preocupado por el bienestar general de la sociedad.

“En los países democráticos vemos un gobierno del pueblo por el pueblo, no sólo un liderazgo estrecho y parcial. Esto es mucho más saludable. El poder ya no está en unas pocas manos”.

“Ayer, cuando habló de la unidad de la humanidad”, comentó Sona Dimidjian, “me acordé de su amistad con el arzobispo Desmond Tutu”.

“Cuando hablo de humanidad”, respondió Su Santidad, “pienso en las experiencias que tenemos en común. Todos nacemos de una madre. En el pasado, había quienes pensaban que algunas personas tenían poderes místicos o habilidades curativas. Ahora somos todos iguales. Había gente que pensaba que el Dalai Lama tenía poderes místicos, pero yo soy sólo un ser humano, no diferente de todos ustedes. Todos experimentamos emociones, algunas positivas, otras negativas.

“Lo que sí marca la diferencia es la educación, que puede ayudarnos a ampliar nuestra mente. Sin eso, cuanto más alta es la posición de una persona, más estrecha de miras se vuelve. Una de las características de la educación es que ayuda a las personas a obtener una perspectiva más amplia.

“En mi caso, fui reconocido como el Dalai Lama en el Tíbet y colocado en un trono alto, lo que creó una distancia entre otras personas y yo. Como refugiado he podido establecer contacto con todo tipo de personas de todos los ámbitos de la vida. Y esto me ha enseñado a reconocer la unidad de la humanidad, cómo todos los seres humanos son esencialmente iguales.

“Pensarse en uno mismo como algo especial y apartado de los demás es una vieja forma de pensar. En mi caso, siento que la vida como refugiado ha sido útil. Me ha hecho bajar a la tierra”.

Ruchi Varma, que trabaja en Delhi, y Addi Mavengere en Zimbabwe, ambos tratando de llevar la educación a los desfavorecidos, formularon la siguiente pregunta.

Su Santidad intervino diciendo que la educación es un área donde claramente existe una brecha que significa que los pobres tienen un acceso mucho más limitado. Lo importante, afirmó, es que todos tengan las mismas oportunidades.

Ruchi y Addi preguntaron si nosotros y otros podemos aprender desde niños pequeños a reconocer la unidad de la humanidad.

“En general, en la mayoría de las sociedades”, señaló Su Santidad, “la gente admira a los mayores, como si supieran más, y tienen poca consideración por lo que experimentan los niños. Sin embargo, creo que observar cómo piensan los niños y cómo se relacionan entre sí es algo de lo que podemos aprender. Es más, tratar a los niños con respeto aumentará su confianza”.

Shubham Sapkot, de EE. UU., que trabaja en Nepal, y Tim Huang, de Bután, querían saber cómo las escuelas pueden contribuir a desarrollar líderes con más compasión.

“Los budistas rezan por el bienestar de todos los seres sintientes”, les dijo Su Santidad. “Esto incluye a todos los seres humanos. Desde ese punto de vista, reconocer que todos los seres humanos somos iguales es una parte crucial de la educación. Una simple consideración que podría ayudar aquí es reconocer que todos los seres humanos son iguales en su deseo de ser felices. Todos nacemos del vientre de nuestra madre y somos nutridos de su leche. Por supuesto, esto también fue cierto para mí, aunque más tarde fui reconocido como el Dalai Lama.

“Si puedes tener en cuenta que todos los seres humanos son iguales, serás feliz. Una vez que empieces a pensar en ti mismo como algo excepcional, debes hacer esfuerzos para proteger esa imagen. Cuando conozco a otras personas pienso: “Aquí hay otro ser humano como yo”.

“Cuando estuve en el Tíbet, la formalidad me mantuvo apartado de los demás, pero de todos modos, esta idea de que alguien tiene el estatus elevado del Dalai Lama es una construcción puramente humana. Hoy en día soy mucho más feliz de estar en contacto con gente corriente.

“Tanto si estaba confinado en Potala, el Palacio de Invierno, como en Norbulingka, el Palacio de Verano, la formalidad implicaba mucha simulación. Desde ese punto de vista, exiliarme en la India me ha aportado tranquilidad. Como refugiado me he sentido más libre. El mensaje que me gustaría transmitir más ampliamente es que como seres humanos todos somos iguales y que es mucho más saludable relacionarnos con otras personas como iguales”.

Sona Dimidjian comentó que uno de los desafíos al intentar compartir valores humanos básicos con los niños es que hay muy poco apoyo para los maestros. Lo mismo ocurre a menudo con los padres que están agotados de ganarse la vida. “¿Cómo”, preguntó, “pueden estas personas mantener su motivación en circunstancias tan difíciles? ¿Cómo mantienes tu motivación ante tanto sufrimiento en el mundo?

“Un problema”, respondió Su Santidad, “es que muchas sociedades tienen una estructura jerárquica. Cuanto más internalizan las personas la idea de que son iguales a los demás, más confiadas y valientes se vuelven. En el Tíbet elevamos a los lamas y los tratamos como si fueran especiales, lo que sólo sirvió para aislarlos de los demás. Las estructuras jerárquicas rígidas están obsoletas.

“Es muy importante promover la idea de que todos los seres humanos somos esencialmente iguales. No sólo necesitamos cuidado y afecto, sino que también tenemos la capacidad de cuidar a los demás”.

Ian H Solomon, decano de la Escuela de Liderazgo Frank Batten, ofreció algunas palabras de clausura. Agradeció a Su Santidad sus palabras y su bendición, así como la forma en que su oficina había facilitado la reunión. Trajo saludos desde Charlottesville y la Universidad de Virginia donde, dijo, Su Santidad tiene muchos amigos. Señaló que las universidades de Virginia y Colorado, así como la Universidad de Stanford, se enorgullecen de albergar el Programa de Liderazgo de Becarios del Dalai Lama.

“En todo el mundo la gente necesita urgentemente liderazgo para superar la división que los separa. Necesitamos reforzar nuestra humanidad común a través de la cooperación. Gracias por ser el embajador mundial de la paz y la compasión. Eres un ejemplo a seguir para todos nosotros. El liderazgo puede mejorar la sociedad y cualquiera puede demostrar liderazgo. Individuos, grupos como los Dalai Lama Fellows, instituciones e incluso naciones pueden ejercer el liderazgo. La elección que enfrentamos es asumir la responsabilidad de nosotros mismos y de los demás para gestionar el cambio en el mundo y lograr la justicia.

“Usted ha sido un modelo de liderazgo para todos nosotros, ayudando de buen corazón a quienes necesitan ayuda. Los Dalai Lama Fellows también toman la decisión de ayudar a los demás. El programa en el que participan tiene que ver con la acción y el servicio, menos con la competencia y más con la compasión, menos con la estrechez de miras y más con la calidez del corazón. Lo hemos visto en los últimos días en sus preguntas y curiosidad.

“Aunque todos queremos ser felices y evitar el sufrimiento, nos vemos unos a otros en términos de ‘nosotros’ y ‘ellos’. Los Dalai Lama Fellows pueden ayudar a cerrar esta brecha basándose en la igualdad de todos los seres humanos. Me gustaría invitarlos a cantar nuevamente”.

Los becarios cerraron la reunión cantando suavemente y balanceándose juntos en armonía:

Más allá de las ideas
de hacer lo malo y lo bueno,
hay un campo
donde te encontraré.

https://www.dalailama.com/news/2024/compassion-in-action-a-conversation-about-leadership-second-day