La curiosa pero comprobada relación entre tu salud mental e intestinal

Eje intestino - cerebro
Getty Images

  • Cada vez se pone más el foco en el intestino, ya que influye no solo en todo el organismo, sino en tu salud mental, con lo que tienes que cuidar tu microbiota.
  • Abundan las investigaciones que demuestran la relación íntima entre sistema digestivo y cerebro.
  • El intestino posee su propio sistema nervioso, con más de 100 millones de neuronas y terminaciones nerviosas

¿Psicología y trastornos digestivos? Te puede parecer extraño o fuera de lugar pero es más pertinente que nunca, a tenor de lo que va descubriendo la ciencia. Hay otra gran verdad médica: la salud mental tiene un impacto directo en el sistema digestivo y vas a ver cómo y por qué.

En realidad, la aparición de problemas intestinales a menudo actúa como el primer indicio de que podrías estar experimentando problemas de salud mental, como estrés o ansiedad. Si deseas comprender mejor esta relación, lee atentamente.

El intestino es tu segundo cerebro

Es una frase que habrás oído cada vez con mayor frecuencia. Hay un dato muy revelado: según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, se estima que 85 millones de personas en Europa padecen el síndrome de colon irritable, y en aproximadamente una de cada tres personas, este problema está relacionado con un trastorno mental.

Esta compleja relación entre el cerebro y el intestino ha llevado a que el último sea apodado el «segundo cerebro» debido a su alta sensibilidad a nuestras emociones y estados mentales. Cuando nuestro estado emocional se ve afectado, nuestro intestino también lo resiente. Esto puede dar lugar a trastornos digestivos, como el colon irritable mencionado.

Retroalimentación

El problema radica en que el inicio de trastornos digestivos relacionados con el estado mental puede, a su vez, empeorar el bienestar emocional debido a la molestia y la incomodidad que provocan estos trastornos.

Se trata de un ciclo vicioso que requiere un tratamiento específico por parte de profesionales en ambas áreas. En el desarrollo de enfermedades digestivas, pueden intervenir varios factores, pero es cada vez más común que el estrés o la ansiedad estén relacionados con el síndrome de colon irritable.

Un ejemplo muy común

El síndrome de colon irritable y el estrés de ansiedad están íntimamente relacionados y son un ejemplo de lo más habitual en la relación mente y aparato digestivo. En entornos hospitalarios se ha observado que la mayoría de las personas diagnosticadas con este síndrome experimentan empeoramientos durante períodos de alto estrés o ansiedad.

Aunque la comunidad médica concuerda en que el estado mental no es la causa principal de estos problemas digestivos, sí desempeña un papel fundamental en su desarrollo y en la agravación de sus síntomas.

Cómo se refleja el bienestar emocional en el sistema digestivo

El intestino posee su propio sistema nervioso, con más de 100 millones de neuronas y terminaciones nerviosas, y se comunica directamente con el cerebro a través del nervio vago. Si, el intestino también cuenta con neuronas y la respuesta física al estrés o la ansiedad involucra hormonas y neurotransmisores que transmiten «sus mensajes» al sistema digestivo.

Esta comunicación bidireccional, conocida como el eje intestino-cerebro, permite que el cerebro «ordene» al intestino, pero también que el intestino envíe mensajes al cerebro. Esto explica por qué a menudo sentimos la necesidad de ir al baño antes de hablar en público o por qué nuestro estómago se contrae después de recibir malas noticias.

La clave: una microbiota equilibrada

Tu intestino, o microbioma, alberga miles de millones de bacterias. Investigaciones recientes han demostrado que la diversidad de este ecosistema podría tener un impacto directo en indicadores clave de salud mental, como la ansiedad y la depresión. Por ello no olvides incluir en tu alimentación los probióticos.

Y es que otra área emocionante de investigación se centra en los probióticos y su efecto en la salud mental. Un estudio clínico reveló que aquellos que consumieron probióticos a diario mostraron una mejor capacidad para gestionar emociones negativas y experimentaron mejoras en su bienestar emocional, con lo que los nutricionistas han tomado buena nota en este campo.

La dieta mediterránea y la felicidad

¿Quizá por eso los niveles de felicidad de los países mediterráneos es tan alta? Los beneficios para la salud de la dieta mediterránea son ampliamente conocidos, pero investigaciones recientes sugieren que estos beneficios podrían ser aún más significativos de lo que se pensaba.

En 2017, un estudio reveló que las personas que padecían depresión aguda y seguían una dieta mediterránea experimentaban un aumento en sus niveles de felicidad. La dieta mediterránea promueve un alto consumo de frutas y verduras, y con una alta puntuación de idoneidad nutricional, incluidos los beneficios para el eje cerebro-sistema digestivo.

Lo que tienes que tomar para esos beneficios en el eje

Aunque la ciencia todavía está explorando estos conceptos, las investigaciones actuales sugieren que tomar estos alimentos te puede mejorar tanto tu salud intestinal como tu bienestar mental. Por ejemplo, con un batido de jengibre, zanahoria, kiwi y yogur kéfir.  Este delicioso batido está repleto de ingredientes que pueden beneficiar a tu microbiota, incluyendo probióticos.

Entre los probióticos naturales tienes el chucrut, el yogur natural, el miso o soja fermentada (tan habitual en la dieta japonesa) el kimchi (en este caso un plato coreano) y los encurtidos como pepinillos, cebolletas, rabanitos o zanahorias. Si quieres probióticos y prebióticos, toma pan de masa madre o quesos como la mozzarella, el cheddar y el Gouda.

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