La reciente publicación del “Comunicado de los líderes del G7 de Apulia” por parte de los jefes de estado de los países del G7 ha despertado intriga y preocupación por igual. Este documento, que abarca 36 páginas, comienza con un compromiso decidido de apoyar a Ucrania indefinidamente en su conflicto con Rusia. Sin embargo, más allá de este titular, se esconde una agenda más clandestina: la promesa de ejercer un mayor control sobre la opinión pública.
Incrustada en el texto hay una iniciativa estratégica denominada “FIMI” (Manipulación e Interferencia de Información Extranjera). Esta frase críptica sirve como código para sus planes de gestionar y moldear lo que la gente cree, particularmente en lo que respecta a contrarrestar las influencias externas. El Comunicado describe medidas destinadas a salvaguardar los procesos democráticos, pero los críticos se preguntan sobre las implicaciones más amplias. ¿Podría esta iniciativa extenderse a la configuración de los resultados electorales u otros ámbitos del discurso público?
Aquí está el texto relevante del Comunicado del G7 titulado “Salvaguardar los procesos democráticos”:
“En un año en el que millones de personas en todo el mundo eligen a sus líderes y representantes, reafirmamos nuestro compromiso de salvaguardar los valores democráticos y los derechos humanos. Con la rápida evolución de la tecnología emergente, estamos más preocupados que nunca por la manipulación e interferencia de la información extranjera (FIMI) en nuestras instituciones y procesos democráticos, y por cómo los intentos de campañas de interferencia, las actividades cibernéticas maliciosas y la represión transnacional socavan colectivamente la soberanía y los valores democráticos.
“Nos comprometemos a fortalecer nuestros esfuerzos coordinados para prevenir, detectar y responder mejor a las amenazas de FIMI a través de prácticas que respeten los derechos humanos y apoyando la libertad de expresión y los medios de comunicación libres, independientes y pluralistas. Pedimos a nuestros ministros pertinentes que refuercen el Mecanismo de Respuesta Rápida del G7 creando antes de fin de año un marco de respuesta colectiva para contrarrestar las amenazas extranjeras a las democracias, incluida la exposición pública de operaciones extranjeras de manipulación de información. También hacemos un llamado a las empresas de tecnología, en particular a las plataformas de redes sociales, para que intensifiquen sus esfuerzos para prevenir y contrarrestar las campañas de FIMI y el posible abuso de la IA para este propósito y trabajar para lograr estándares más altos de transparencia y rendición de cuentas en estos temas.
«Continuaremos nuestra cooperación con gobiernos y socios no gubernamentales para trabajar hacia la promoción de información basada en hechos, de calidad y confiable y apoyaremos iniciativas internacionales relevantes, en particular en las Naciones Unidas y la OCDE».
Mientras el mundo analiza las implicaciones de esta declaración, una cosa queda clara: detrás de la solidaridad hacia Ucrania se esconde un cambio sutil pero significativo hacia el control de la narrativa a escala global.