A la vanguardia de la nueva ola de la medicina psicodélica se encuentran los estudios con psilocibina, el ingrediente activo de los hongos alucinógenos. Los beneficios de la psilocibina son múltiples, destacándose su potencial para tratar la depresión. Estos beneficios terapéuticos se manifiestan al reconfigurar estructuras cerebrales y fomentar la generación de nuevas células nerviosas, un proceso conocido como neurogénesis. Según el profesor de Stanford, Andrew Huberman, es esencial que el viaje psicodélico se realice en la oscuridad para maximizar estos efectos.
La psilocibina se convierte en el cuerpo en psilocina, que activa los receptores de serotonina 2A en el cerebro, lo que expande la conectividad funcional cerebral y altera la organización modular y jerárquica habitual. Esto permite una mayor comunicación entre diferentes áreas del cerebro, llevando a experiencias sensoriales y emocionales fusionadas, conocidas como sinestesia, donde los estados emocionales y perceptuales se entrelazan.
Mantener los ojos cerrados durante un viaje con psilocibina es crucial para maximizar los beneficios terapéuticos. Al limitar los estímulos visuales externos, se fomenta un estado introspectivo que permite a la persona concentrarse en sus pensamientos, emociones y sensaciones internas. En sesiones terapéuticas, el uso de una venda o máscara para los ojos ayuda a dirigir la atención hacia el interior, facilitando la conexión entre lo que se ve en la mente y los cambios emocionales.
El uso de psilocibina con los ojos abiertos puede ser entretenido, pero puede impedir que se consoliden muchos de los beneficios relacionados con la neurogénesis y la activación de nuevos circuitos neuronales. En la oscuridad, se facilita la sanación y la intervención medicinal del hongo, lo que confirma los protocolos tradicionales de las «veladas», donde los hongos se consumen en la oscuridad, como lo hacía María Sabina en la Sierra Mazateca de México.
La psilocibina incrementa la comunicación lateral entre las neuronas piramidales, lo que conduce a un flujo de información más amplio y menos jerárquico, permitiendo una mayor integración de datos sensoriales y emocionales. Bajo su influencia, el cerebro pasa de una función modular a una comunicación integrada, resultando en una experiencia más rica y compleja. También amplía el flujo de información sensorial, fusionando el sentido de interocepción con estímulos externos. La activación del receptor de serotonina 2A por la psilocibina permite una activación más amplia de los circuitos cerebrales.
Para producir cambios agudos y beneficios terapéuticos en el cerebro, particularmente en personas con depresión severa, se deben tomar dosis completas de psilocibina, entre 20 y 35 mg. Sin embargo, las microdosis de 1-3 mg también pueden inducir neurogénesis y neuroplasticidad, especialmente si durante estas sesiones se mantiene un tiempo con los ojos cerrados, meditando o escuchando música. Cabe mencionar que las dosis altas pueden causar estados psicóticos temporales y, en raras ocasiones, permanentes.
Los beneficios de la psilocibina pueden clasificarse en:
Mejora de la salud mental: La psilocibina ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de la depresión, la ansiedad y ciertos trastornos compulsivos, ofreciendo una nueva esperanza para quienes no han respondido a tratamientos convencionales.
Reconfiguración de patrones de pensamiento: La experiencia psicodélica puede permitir romper con patrones de pensamiento negativos o destructivos, abriendo caminos hacia nuevas formas de pensar y percibir el mundo.
Aumento de la creatividad y la apertura emocional: La psilocibina puede aumentar la creatividad y la capacidad de disfrutar experiencias como la música, enriqueciendo así la calidad de vida.
Imagen: Wikimedia
https://pijamasurf.com/2024/06/para_aumentar_beneficios_de_regeneracion_neural_debes_mantener_los_ojos_cerrados_cuando_tomas_psilocibina/