El Arzobispo Viganò será excomulgado por el Papa por oponerse a la «religión de Davos», la agenda del WEF (World Economic Forum)
El arzobispo Carlo Maria Viganò
“El Dicasterio para la Doctrina de la Fe me ha informado, con un simple correo electrónico, del inicio de un proceso penal extrajudicial contra mí, con la acusación de haber cometido el delito de cisma y de haber negado la legitimidad del ‘Papa Francisco’”.
El autor de estas líneas es el polémico arzobispo Carlo Maria Viganò quien, en marzo de 2021 denunció por escrito los intereses ocultos de la pandemia del Covid-19 (a la que él denomina pseudopandemia). En su opinión fue una “conspiración criminal urdida por mentes extraviadas.”
Ahora se enfrenta a la excomunión por criticar al Papa Francisco por lo que califica de acciones destructivas contra la Iglesia. La Santa Sede le acusa de haber roto la comunión con el Santo Padre y de haber rechazado el Concilio Vaticano II, algo que Viganò considera un honor.
“Creo que el propio tenor de los cargos confirma las tesis que he defendido repetidamente en mis distintos discursos” -asegura. Y añade: “No es casualidad que la acusación contra mí se refiera al cuestionamiento de la legitimidad de Jorge Mario Bergoglio y al rechazo del Vaticano II: el Concilio representa el cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico del que la ‘Iglesia sinodal’ bergogliana es el necesario metástasis.”
El arzobispo cree que no es coherente con la fe católica presenciar pasivamente la destrucción sistemática de la Iglesia por parte de sus dirigentes y la destrucción de la sociedad civil por parte de otros subversivos. “El globalismo -dice- exige sustitución étnica: Bergoglio promueve la inmigración incontrolada y pide la integración de culturas y religiones. El globalismo apoya la ideología LGBTQ+: Bergoglio autoriza la bendición de parejas del mismo sexo e impone a los fieles la aceptación del homosexualismo, al tiempo que encubre los escándalos de sus protegidos y los promueve a los más altos cargos de responsabilidad.”
No es la primera vez que Viganò clama contra el “globalismo” y la agenda verde pero ahora acusa al Papa de venerar al ídolo de la Pachamama, de escribir encíclicas delirantes sobre el medio ambiente y de apoyar la Agenda 2030.
Se diría que Viganò está en línea con el sedevacantismo, una posición teológica minoritaria que considera que el actual ocupante del solio pontificio no es un Papa válido por lo que se encontraría en estado de «sede vacante».
Viganò acusa al Papa Francisco de estar en total alineación con la religión de Davos
Los sedevacantistas no otorgan validez a los pontificados que siguieron al papa Pío XII y no dan valor al Concilio Vaticano II, convocado por Juan XXIII, un “Papa rojo” para ellos.
El todavía nuncio asegura en un duro escrito colgado en su página web que “ningún católico digno puede estar en comunión con esta ‘Iglesia bergogliana’, porque actúa en clara discontinuidad y ruptura con todos los Papas de la historia y con la Iglesia de Cristo.”
Acusa al Papa Francisco de estar en total alineación con la religión de Davos. “Allí donde los gobiernos al servicio del Foro Económico Mundial han introducido o ampliado el aborto, promovido el vicio, legitimado las uniones homosexuales o la transición de género, alentado la eutanasia y tolerado la persecución de los católicos” -asegura.
Con todo, no son las palabras más fuertes que le ha dedicado al Papa, a quien previamente había tachado de “tirano”, “herético” o incluso de “siervo de Satanás”.
Harto de las soflamas, el Papa ha abierto una causa contra Viganó por cisma, delito que es castigado con la excomunión. El día 20 de junio tenía que presentarse a declarar pero no se presentó.
El arzobispo aseguró que el Papa Francisco conocía los abusos sexuales de McCarrick y los encubrió
Carlo Maria Viganò, de 83 años, es conocido por sus posiciones ultraconservadoras. Juan Pablo II le nombró arzobispo en 1992 y, después de ocupar otros cargos, fue nombrado nuncio apostólico (embajador) en Nigeria hasta 1998 y en Estados Unidos entre el 2011 y el 2016. Desde allí acusó a la Santa Sede de encubrir los abusos sexuales del excardenal Theodore McCarrick.
En los últimos años ha concitado la admiración de los antivacunas y los conspiracionistas que consideran que «la Masonería está utilizando a la OMS y a la `Iglesia Bergogliana´ para avanzar en su Golpe Global». Declarado admirador de Donald Trump calificó de fraude electoral las últimas elecciones presidenciales y ahora pretende abrir en Viterbo, un localidad situada al norte de Roma, un seminario para ultratradicionalistas que defienden las misas en latín.
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