El litio, crucial para impulsar vehículos eléctricos y el almacenamiento de energía renovable, se enfrenta a un doble dilema: si bien es esencial para combatir el cambio climático, su extracción plantea graves riesgos ambientales. Los métodos actuales consumen mucha agua y utilizan productos químicos tóxicos, lo que amenaza los ecosistemas locales y las comunidades en lugares como las regiones ricas en litio de América del Sur. En este sentido, AlkaLi es una empresa emergente que promete una solución innovadora con un enfoque más ecológico para la extracción de litio mediante tecnologías innovadoras. Su método afirma reducir significativamente la huella de agua y carbono y reducir los costos a la mitad, lo que podría revolucionar la industria y, al mismo tiempo, abordar las preocupaciones ambientales. ¿Puede el avance de AlkaLi allanar el camino hacia un futuro sostenible o el litio seguirá siendo un peligro en la carrera hacia soluciones energéticas más limpias?
El litio es fundamental para rescatar al planeta del cambio climático, pero ¿dañará el medio ambiente?
Irónicamente, la extracción de litio está igualmente asociada con graves consecuencias ambientales negativas, al igual que con las iniciativas de energía limpia y ecológica. Las comunidades de las que se extrae litio ya enfrentan graves consecuencias para la salud y el medio ambiente, pero la industria del litio apenas está comenzando. Para evitar la destrucción de estas personas, algo en el método de extracción de litio debe modificarse de manera drástica y rápida.
Gradiant, una startup unicornio que purifica las aguas residuales industriales, cree que tiene una solución para este problema que va en aumento. Está lanzando una nueva empresa derivada llamada alkaLi, que pretende extraer litio de la salmuera natural y prepararlo para su uso en baterías de iones de litio mediante métodos revolucionarios. Forbes definió el enfoque revolucionario de la empresa como “el uso de resinas y membranas para extraer más fácilmente el litio de la salmuera, y luego confiar en su propia tecnología para concentrar el mineral, que finalmente se precipita en un sólido para su uso en baterías”.
El equipo de Gradiant y alkaLi cree que su innovadora tecnología de extracción y procesamiento de litio tiene el potencial de revolucionar la industria del litio y catapultar a la joven empresa a la estratosfera. “La demanda de litio es una locura”, dijo a Forbes el cofundador y director de operaciones de Gradiant, Prakash Govindan. “Creemos que podemos crear una empresa de mil millones de dólares solo a partir del negocio del litio, pero todavía se encuentra en las primeras etapas de ingresos”.
Es cierto que la demanda de litio se está disparando y no muestra signos de desaceleración. Según el informe de 2023 de Popular Mechanics, “una economía electrificada en 2030 probablemente necesitará entre 250.000 y 450.000 toneladas de litio”. A modo de ejemplo, “en 2021, el mundo produjo solo 105, no 105.000, toneladas”.
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) confirma este astronómico ritmo de aumento. Según su previsión de litio para 2022, se prevé que la demanda de litio solo para la producción de baterías se multiplique por diez entre 2020 y 2030. Estas baterías serán fundamentales para la transición global hacia una energía limpia, ya que alimentarán vehículos eléctricos y almacenarán energía renovable variable generada por energía solar y eólica.
Sin embargo, el enorme aumento del consumo de litio plantea algunas preocupaciones. El primer punto a considerar es el impacto ambiental de la minería y extracción de litio. La extracción de litio suele requerir un uso intensivo de agua; según un estudio de la revista WIRED de 2018, extraer una tonelada de litio requiere alrededor de 500.000 galones de agua. En una triste ironía, el litio se descubre y se extrae con frecuencia en lugares con gran estrés hídrico, como el llamado «triángulo del litio» de América del Sur, que se superpone con el desierto más seco del mundo, el de Atacama. Además, la extracción a través de estanques de salmuera tiene el potencial de contaminar los limitados depósitos de agua existentes.
Además, los productos químicos que se utilizan en la extracción de litio son sumamente peligrosos. “La liberación de dichos productos químicos a través de filtraciones, derrames o emisiones atmosféricas puede dañar a las comunidades, los ecosistemas y la producción de alimentos”, según un informe reciente de Amigos de la Tierra, una organización internacional de lucha contra el medio ambiente. “Además, la extracción de litio daña inevitablemente el suelo y también causa contaminación del aire”.
Por último, la situación actual de la industria del litio plantea importantes preocupaciones geopolíticas. Si bien la mayor parte del litio se extrae en Australia y Sudamérica, prácticamente todo el procesamiento del mismo se lleva a cabo en China, lo que da lugar a una concentración potencialmente peligrosa de una cadena de suministro crítica.
AlkaLi afirma que su método de extracción y procesamiento de litio requiere menos agua y carbono que los procesos tradicionales, además de ser un 50% más económico. Esto implica que los científicos no solo pueden haber descubierto una solución para reducir el daño ambiental que el auge del litio amenaza con infligir en todo el mundo, sino que también pueden haber permitido que Estados Unidos algún día se vuelva competitivo con China, un objetivo que el país anhela desesperadamente.