El jefe del gabinete del Kremlin diseñó un dispositivo capaz de leer la conciencia de la humanidad. Estados Unidos tiene un proyecto parecido. ¿Nos cuartan la libertad?
El nooscopio accede a la conciencia global
Isaac Newton inventó el telescopio, Antonie van Leeuwenhoek inventó el microscopio y Anton Vaino, el nooscopio, un misterioso dispositivo que -según un trabajo publicado por la Universidad Estatal Humanitaria de Rusia- podría acceder a la conciencia global y permitiría a sus usuarios prevenir las crisis capitalizando el futuro así como crear nuevas formas de organizar y comprender la sociedad.
Hace más de dos mil años, Platón argumentó que todo el mundo material se originaba en ideas universales abstractas, a las que llamó “formas”. El físico alemán Werner Heisenberg creía que la física moderna se decidió definitivamente a favor de Platón. El impulsor del principio de incertidumbre escribió: “De hecho, las unidades más pequeñas de la materia no son objetos físicos en el sentido ordinario; son formas, ideas que pueden expresarse sin ambigüedades solamente en lenguaje matemático”.
Entonces, si los componentes elementales de la materia y la energía son conceptuales, puede que el universo mismo también esté surgiendo de un conjunto de ideas o formas, una conciencia global. Tener acceso a las mismas es sinónimo de éxito o incluso anticipar el futuro: ¿Imaginas escribir un libro que -con seguridad será un éxito- porque conecta con absoluta seguridad con el publico al que se dirige? ¿Tomar una decisión complicada vistiéndola con argumentos que no generarán oposición porque sabes de antemano qué reacción generará? De eso se encarga el Nooscopio.
Según un artículo científico publicado en 2012, el nooscopio escanea transacciones entre personas, cosas y dinero de Internet para desvelar la conciencia global.
A ciencia cierta nadie puede asegurar si el nooscopio existe realmente (aunque el artículo dice que hay 50 patentes) o si se está siendo desarrollado en secreto. Sólo sabemos que su creador, A.E. Vaino mezcla -de forma impenetrable- un lenguaje místico con la jerga académica, las preocupaciones económicas contemporáneas con una filosofía trascendental y promete poder leer el «código del mercado» gracias a su dispositivo.
“La red sensorial del Nooscopio -asegura el trabajo-, empezando por las tarjetas bancarias de nueva generación y terminando con el ‘polvo inteligente’, identifica directamente el co-Ser en el tiempo y el espacio”. ¿Qué significa esto? Nadie lo sabe.
Aunque numerosos académicos rusos han expresado su escepticismo ante las teorías y soluciones planteadas por Vaino respecto a su Nooscopio, lo cierto es que la sociedad rusa parece “espectadora” o participante pasivo de las decisiones del Kremlin, porque éstas parecen diseñadas para conseguir un sueño anhelado: el liderazgo mundial. Se reconoce que la política exterior está orientada a ganar el apoyo de la sociedad, como si sus mandatarios pudieran anticipar qué ideas son las ganadoras presentes en la noosfera.
El término «noosfera» alude a la esfera del pensamiento humano, es decir, la conciencia colectiva de la humanidad. La teoría fue desarrollada en el siglo XX por el pensador ruso, Vladimir Vernadsky quien adaptó el espacio virtual concebido por el jesuita Pierre Teilhard de Chardin, el lugar donde nacía la psiquis, y propuso que la cognición humana tenía la capacidad de transformar la biosfera (vida biológica). Así, el pensamiento colectivo de la humanidad afectaría a la Tierra en su conjunto.
El artículo, repleto de términos, esquemas y gráficos que resultan incomprensibles, asegura que el “nooscopio”, diseñado en 2011, estudia “la conciencia colectiva de la humanidad” y registra “entre otras cosas, lo invisible”. Una red de “escáneres espaciales” monitorea los cambios en la “biosfera” gracias a su tecnología se NBIC: convergencia (N-nano, B-bio, I-info, C-cogno).
El creador de nooscopio, Anton Eduardovich Vaino, ocupa en la actualidad uno de los puestos más altos en la jerarquía burocrática rusa, es el jefe de gabinete del presidente Vladimir Putin. Dicen que controla con mano de hierro el acceso al mandatario, que le suministra información y que sirve de mediador en caso de conflicto entre entidades. Es un hombre influyente y misterioso que ha tratado de ser desacreditado por la prensa occidental que le acusa de «pseudocientífico» y de «utópico».
Pero, es importante saber que, en los mismos años en que se estaba desarrollando el nooscopio, Kalev Litaru, empresario estadounidense de Internet y miembro senior del Centro de Ciberseguridad y Seguridad Nacional, comenzó a desarrollar socionomía para todos y sociología política computacional para los militares estadounidenses en una de las ciudadelas del pensamiento militar y la predicción de conflictos estadounidenses: la Universidad de Georgetown. Su Culturomatics 2.0 busca -como el Nooscopio- predecir tendencias culturales y de otro tipo a través del análisis informático de vastos archivos.
Su iniciativa cuenta con el apoyo de DARPA y la Universidad de Georgetown. Se concretó en el proyecto GDELT que busca la digitalización global de la historia mundial, monitorea las noticias transmitidas, impresas y web del mundo desde casi todos los rincones de cada país en más de 100 idiomas e identifica a las personas, ubicaciones, organizaciones, temas, fuentes, emociones, recuentos, citas, imágenes y eventos que impulsan nuestra sociedad global cada segundo de cada día, creando una plataforma abierta y gratuita para la computación en todo el mundo. ¿A que ahora empieza a dar miedito?
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