La versión oficial que circula en la BBC y que repiten los portavoces del gobierno y la policía es que los disturbios y la agitación que se han visto en el Reino Unido en las últimas semanas son producto de una pequeña minoría de vándalos y criminales de “extrema derecha”, incitados por la “desinformación” sobre las circunstancias del horrible asesinato de niños inocentes en Southport, en particular la identidad del agresor de 17 años, que inicialmente se supuso que era un refugiado musulmán, y más tarde resultó ser un ciudadano nacido en Gales, hijo de padres ruandeses. Esta versión oficial no es, estrictamente hablando, falsa, pero es sólo la mitad de la historia.
Los disturbios raciales, la violencia callejera y el malestar público que hemos visto en las últimas semanas tienen causas subyacentes complejas y no son susceptibles de una explicación simple y unidimensional. Sin embargo, en su afán por condenar a los alborotadores y saqueadores de “extrema derecha”, muchos comentaristas públicos omiten mencionar que la ira visceral de los alborotadores es en realidad una expresión extrema e ilegal de la ira y la frustración de muchos ciudadanos comunes y respetuosos de la ley, cuyas preocupaciones sobre la inmigración y su impacto en sus comunidades suelen ser ignoradas o desestimadas alegremente como “desinformación” o propaganda de “extrema derecha”.
No me malinterpreten: no estoy sugiriendo ni por un segundo que esté justificado de algún modo lanzar piedras a una mezquita, herir a agentes de policía, incendiar centros de acogida de refugiados, participar en actos de alteración del orden público o intimidar a personas de otras religiones o etnias. No estoy sugiriendo ni por un segundo que se deba tolerar o alentar la violencia contra los inmigrantes.
Pero yo sugeriría que la condena de la agitación y la violencia de “extrema derecha” no debería llevarnos a pasar por alto el descontento y la fragmentación social más amplios de los que surge esa violencia. Nuestra condena de la violencia de extrema derecha no debería cegarnos ante el hecho de que una gran proporción de ciudadanos que expresan inquietud por la política de inmigración o asisten a manifestaciones públicas para generar conciencia sobre sus preocupaciones no son matones violentos ni agitadores de “extrema derecha”; solo ciudadanos comunes y respetuosos de la ley que están preocupados por el impacto que una inmigración mal controlada tendrá en su acceso a la vivienda y los servicios públicos, o en la seguridad de sus calles, o en la cohesión y prosperidad de sus barrios.
Si el profundo descontento con la política migratoria del Reino Unido se limitaba a los hooligans de la “extrema derecha”, no podríamos explicar el notable éxito del movimiento por el Brexit, uno de cuyos principales puntos de venta fue su oposición a la “inmigración masiva”, que llevó a cabo un exitoso referendo sobre el Brexit en 2016. Tampoco podríamos explicar el hecho de que en las elecciones de 2024, el Partido Reformista de Nigel Farage, con su llamado a controles más estrictos a la inmigración, logró ganar el 15% del voto popular, en un sistema de mayoría simple en el que muchos de los votantes reformistas sabían que probablemente estaban entregando la elección al Partido Laborista.
Por supuesto, resulta psicológicamente reconfortante culpar a un solo chivo expiatorio de un problema social. Te hace sentir más cómodo porque el problema está contenido y limitado a quien hayas elegido como chivo expiatorio, ya sean esos molestos refugiados, los musulmanes, los judíos, los paletos conservadores o la “extrema derecha”. Pero también puede ser miope si resulta que el problema es complejo y tiene múltiples causas subyacentes.
Aquellos que, ante el creciente malestar en torno a la inmigración y la raza, se limitan a condenar la violencia de extrema derecha, están perdiendo una oportunidad de oro para abrir una conversación pública sofisticada sobre las comunidades fragmentadas en todo el Reino Unido, sobre los fracasos reales y percibidos de la política de inmigración y sobre las razones por las que la inmigración sigue siendo un “tema tan candente” en pueblos y ciudades de toda Gran Bretaña.
La inquietud pública en el Reino Unido por la política de inmigración es real y va mucho más allá de la agitación de la “extrema derecha”. Incluso cuando esa inquietud no aparece en las portadas de los periódicos británicos, sigue bullendo bajo la superficie, ya que algunas comunidades sienten que su acceso a los servicios públicos y a la vivienda, así como el futuro de su modo de vida, están amenazados por niveles desproporcionados de inmigración, incluida la inmigración ilegal.
Según un análisis de las encuestas de opinión realizadas en 2023 por el Observatorio de la Migración, el 37% de los británicos cree que la inmigración debería reducirse “mucho” y el 15% cree que debería reducirse “un poco”, en comparación con el 6% que cree que debería aumentarse “mucho” y el 8% que cree que debería aumentarse “un poco”. En resumen, más de la mitad de la población cree que hay demasiada inmigración , mientras que más de uno de cada tres cree que hay demasiada inmigración .
La superficialidad de la respuesta “oficial” británica a los disturbios que se están desatando puede deberse a una especie de ilusión: si nos limitamos a centrarnos en la “extrema derecha”, podremos acorralar a los culpables, hacer las maletas y volver a casa. Después de todo, ¿qué político o jefe de policía quiere abordar en serio una cuestión de fuerte carga racial como la inmigración las demandas de los ciudadanos y las comunidades descontentos?
Sin embargo, hasta que las autoridades públicas y los líderes de opinión comiencen a interactuar respetuosamente con los ciudadanos que creen que la inmigración ilegal está fuera de control, así como con las comunidades que se preocupan por el impacto de la inmigración en la cohesión social, la vivienda, los servicios públicos y las finanzas públicas, la inquietud y el resentimiento seguirán creciendo. Lamentablemente, podemos esperar más disturbios y desórdenes si las autoridades públicas no interactúan de manera respetuosa con los temores y preocupaciones legítimos de los ciudadanos.
Republicado del Substack del autor
El gobierno del Reino Unido está ‘recorriendo las redes sociales’ para arrestar a las personas que comparten imágenes de los disturbios
El gobierno británico ha advertido que está “recorriendo las redes sociales” para encontrar y arrestar a cualquier persona que comparta lo que considere imágenes de disturbios “dañinas” .
El nuevo primer ministro del país, Keir Starmer, dijo a los ciudadanos británicos que serían arrestados por “participar en violencia en línea”. No explicó exactamente qué quería decir con eso, pero ha estado apuntando a “extremistas de derecha”.
El Director del Ministerio Público ha advertido que ‘la gente podría pensar que no están haciendo nada perjudicial. Si lo es. Y las consecuencias recaerán sobre ellos”.
Fox News informa: El gobierno británico está tomando medidas enérgicas contra las personas que comparten publicaciones en las redes sociales sobre los disturbios en el Reino Unido que, en su opinión, “probablemente inicien el odio racial”.
En los últimos días se han producido disturbios en todo el Reino Unido por falsos rumores difundidos en línea de que un solicitante de asilo fue responsable de un apuñalamiento masivo en un evento de baile con temática de Taylor Swift que dejó tres niñas muertas y otras heridas. Los asesinatos, presuntamente cometidos por un ciudadano británico de 18 años nacido de padres ruandeses, provocaron una serie de protestas violentas que aprovecharon preocupaciones más amplias sobre la escalada de la inmigración en el Reino Unido.
Las imágenes de los violentos enfrentamientos entre manifestantes antiinmigración y grupos de contramanifestantes, algunos de los cuales han sido vistos ondeando banderas palestinas, se han vuelto virales en las redes sociales, y el gobierno advierte que compartir ese contenido puede tener graves consecuencias.
El director de la fiscalía de Inglaterra y Gales, Stephen Parkinson, advirtió contra “la publicación o distribución de material insultante o abusivo que tenga como objetivo o pueda provocar el odio racial”. Entonces, si retuiteas eso, entonces lo estás republicando y potencialmente estás cometiendo ese delito [incitación al odio racial]”.
Añadió además: “Tenemos agentes de policía dedicados que rastrean las redes sociales. Su trabajo es este material y luego realiza un seguimiento con la identificación, los arrestos, etc.
“Así que es muy, muy serio. La gente podría pensar que no están haciendo nada dañino. Y las consecuencias recaerán sobre ellos”, dijo Parkinson.
El corresponsal político y local de Sky News, Matthew Thompson, que entrevistó a Parkinson, informó sobre el anuncio del funcionario y advirtió sobre las implicaciones para los ciudadanos británicos, independientemente de su intención.
Estuvo de acuerdo con el presentador, quien dijo: “La gente puede compartir [contenido] simplemente para anunciar a sus amigos, pero podría considerar una ofensa porque están amplificando esto”.
“Absolutamente, y ese es el mensaje clave. Sin embargo, crees que estás actuando inocentemente en las redes sociales , sea cual sea la plataforma, simplemente estás compartiendo algo por cualquier motivo, que podría ser potencialmente un delito penal”, respondió Thompson.
LAS NOTICIAS SEGUN ALVISE
1. La Comisión Europea amenaza a Elon Musk por conceder una entrevista a Donald Trump: El dueño de X (‘Twitter’) se enfrenta a las advertencias del comisario francés responsable de políticas digitales de la UE afirmando que no permitirán discursos de odio que lleguen a Europa, aunque la entrevista con Donald Trump se haya grabado en EEUU. En ella, Trump acusa a la UE de ‘interferir’ en las elecciones estadounidenses.
2. Una funcionaria de la Diputación de Badajoz confiesa ante el Juez que el PSOE le ordenó inventarse el despacho del hermano de Pedro Sánchez: La funcionaria ha presentado un escrito inédito donde le ordenan con fecha 2 de Mayo de 2024 trasladar muebles a un despacho en desuso que sirviera como cohartada legal para David Sánchez. La funcionaria afirma tener ‘miedo’.
3. RENFE obtiene ya los peores índices de retrasos e indemnizaciones de su historia: La gestión de Óscar Puente frente al Ministerio de Transportes se salda ya con el 25% de trenes con retraso y más de 42 millones de euros en indemnizaciones por retrasos. RENFE aumenta a la vez sus pérdidas hasta los 65 millones de euros. El Ministro no ha hecho declaraciones sobre este asunto, salvo para cargar contra el Tribunal Supremo por no aplicar la amnistía. Óscar Puente disfruta actualmente de sus vacaciones en un conocido campo de golf en Alicante.
4. Alemania limita el porte de cuchillos de 12cm a 6cm como medida urgente ante la avalancha de apuñalamientos de inmigrantes: Las autoridades germanas reconocen ya casi 10.000 apuñalamientos en el país, y ocultan el % de ataques a manos de inmigrantes: “No daremos oxígeno a discursos racistas”. Solo este año los ataques han aumentado ya un 5,6% interanual.
5. Más de 300 inmigrantes marroquíes intentan entrar a nado en Ceuta: El hecho ha sucedido en el espigón de la frontera del Tarajal. Tenerife y Las Palmas reportan incidentes similares en una situación ya crítica.
6. Pedro Sánchez voló en secreto a Islandia con su mujer: El Presidente del Gobierno voló el pasado 11 de Agosto en el vuelo FI594 de la compañía Icelandar a las 20.40 de la noche de Reikiavik, y solicitó la sala de autoridades de la T2 de Barajas.
7. Eduardo Inda se reunió en secreto con el ex-Juez Garzón para pactar ‘negocios’: El Director de OKDiario ya fue cazado saliendo de un domicilio privado junto a la exFiscal General del Estado, Dolores Delgado. Eduardo Inda querelló a Alvise Pérez por afirmar éste que ‘nunca trabajaría con puteros, cocainómanos y extorsionadores’ tras publicar dicha reunión secreta.
8. La Consejera de Salud de Salvador Illa defiende la venta de datos médicos de millones de españoles a farmacéuticas y aseguradoras: Olga Pané afirma que serán una ‘gran vía de financiación’ . Alvise Pérez afirma que “estas medidas de vender datos privados a buitres empresariales ya se iniciaron con la pandemia y están en los protocolos de la OMS para aumentar masivamente el control y represión estatal. Que toda la partitocracia española calle ante las presiones de la industria farmacéutica es inaceptable”.
9. Puigdemont afirma que no apoyará los presupuestos en 2025: El líder de Junts convocará un Congreso para radicalizar al partido y amenaza con elecciones generales si no hay un referéndum de independencia.
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