“En el lugar de donde vengo solemos decir que el ritmo es el alma de la vida porque todo el Universo gira a su alrededor, y cuando perdemos el ritmo es cuando tenemos problemas.
Por esta razón, el tambor, junto con la voz humana, es nuestro instrumento más importante, es especial.”
Babatunde Olatungi. Percusionista nigeriano.
Desde tiempos inmemoriales el ser humano se ha reunido alrededor del fuego y ha sabido cómo expresar en lenguajes directos del alma y del corazón aquello que une y empodera a individuos ya pueblos, que restaura la Vitalidad esencial y que reconecta con el Poder del Universo.
El Tambor , representante del pulso vital, es un antiguo y fiel amigo que ha conocido ese lenguaje del alma y lo ha articulado desde el cuerpo con sabiduría, carácter, escucha, toma de tierra, impulso del fuego, apertura del agua, creatividad del aire. y… silencio.
El Tambor nos hace bailar o ir hacia adentro. Nos trae una música primordial cuya vibración y pulso es reconocido por nuestro corazón, nuestras moléculas y células, nuestros órganos, nuestros sistemas corporales, mentales, emocionales, relacionales, energéticos, espirituales… y nadie puede negar que, cuando suena, a nadie le deja. indiferente, como dice la canción:
“ …al que le toca, le toca…
… y al que le toca, le toca… le toca, y retoca…”
“¿Por qué tocar el tambor de esta manera haciendo curación?
Pues porque así tarde el corazón de la Pachamama, mi hijito…”
Machi, Chamana Mapuche.
Para la persona de mente científica , será esclarecedor saber que, ya desde mediados del siglo XX, vienen existiendo un sinfín de rigurosos estudios clínicos que certifican cómo de la interrelación del ser humano con el tambor u otros instrumentos de percusión, ya sea como ejecutor o cómo receptor, surge la posibilidad de implementar una medicina natural que actúa a múltiples niveles.
Es muy bonito ver cómo hoy en día, habiendo superado los rigores de los filtros de la investigación mantenida en el tiempo y la verificación reiterada de su efectividad, se han desarrollado metodologías muy concretas que, aportando a las necesidades del ser humano contemporáneo en algunas de sus patologías también muy concretas, el tambor aporta ‘ su medicina’ (siempre apoyada en el conocimiento ancestral), y sorprende ver como este aporte, a menudo llega más allá, hasta donde otras ‘formas terapéuticas’ no llegan.
Para las gentes sencillas de las culturas originales, así como para chamán y chamana, esto ha sido natural y directo: sabiéndose parte de una Vida rítmica en interrelación, se ha sabido cómo interactuar con ello (y con todo lo que ello trae) para aliviar. dolor y sufrimiento, e incluso, trayendo orientación para la vida.
Para el niño/la niña no hay duda: un tambor, aún sin habérselo enseñado a nadie, es un lugar al cual ir a percutir, !!sin juicios!!, y generar un movimiento vital de, por lo menos… alegría.
¿De dónde viene el conocimiento del tambor y el ritmo como herramientas curativas?
Podemos teorizar mucho sin saber a ciencia cierta. A nosotros nos da sentido pensar que el ser humano, hombres y mujeres, en épocas muy lejanas en el tiempo, pero cercanos en el alma, vivían en comunión y relación muy directa con la naturaleza y sus fuerzas.
Sabiéndose parte de una realidad, no tan sólo física, en la que todo está vivo e interconectado, así como también indivisiblemente parte de su comunidad, encuentran maneras de seguir unidos, celebrar, sacralizar esta unión, y trasladar este reconocimiento de dar y recibir a a través de la expresión de la danza, el canto y la percusión. Devolviéndole a la naturaleza réplica de sus propios sonidos, el ser humano de entonces, dispuso del mejor contexto para descubrir las capacidades humanas de establecer un diálogo sincero con el entorno y recoger, fortaleciendo con ello, poderes y fuerzas sutiles que están en todos.
Posiblemente, gracias a aquellas acciones vitales para la supervivencia, nuestros ancestros lo que hicieron fue poner en marcha formas ritualistas naturales que, poseedoras de una gran sabiduría interna, llenaban de vida, sentido y propósito. Así ahora, aquellos que nos acercamos a redescubrir, podemos recuperar y beneficiarios de una sabiduría atemporal y universal directamente vinculada con las raíces de la humanidad, con su salud natural y vitalidad, que nos pertenece como legítimos herederos de este legado humano: el poder comunitario. y curativo del ritmo.
Aun habiendo sido desplazada la música primordial, natural, directa y curativa a un lugar de no consideración y menosprecio…
¿Por qué, más allá del fenómeno artístico musical, en esta ‘era de la tecnología’ el Tambor sigue estando presente?
Será porque nos recuerda ‘en presente’ aquello quizás que sigue siendo totalmente necesario y vigente para el hombre y la mujer contemporáneos: el reconocimiento de quienes somos en función de reencontrar nuestro propio equilibrio, bienestar, poder personal y espiritual. Somos pulso, ritmo, expansión y vibración. Tanto como somos paz, esencia vital, silencio y amor.
“La expresión personal del ritmo es una experiencia curativa.
La expresión rítmica grupal es una experiencia de sanación comunitaria. Cada vez que un grupo de niños se sienta y crea una sinergia rítmica juntos, el mundo es un lugar mejor.
¡El mundo necesita más facilitadores de Círculos de Percusión!”
Arturo Hull. Círculos Musicales Fundador del Village
TAMIR, JORDI SATORRA
Impulsor originario del proyecto de Música Primordial. Soy músico percusionista desde 1980. Con un amplio recorrido como músico profesional y experiencias comunitarias con músicos del Mediterráneo, África del norte y occidental, sur y norte de América y Caribe. Paralelamente acompañó a clases de danza contemporánea, jazz, afrocubana, africana y bioenergética, así como al coaching ontológico corporal y al ‘trance’, cosa que me ha ayudado a conocer las alianzas entre el tambor, el cuerpo y el espíritu.
Empiezo a hacer círculos de tambores el 1998 en Centros Cívicos de Barcelona, despertando en mí el entusiasmo por cuanto de desarrollo personal y posibilidades terapéuticas ofrecen a personas ‘no-músicos’. He hecho círculos para escuelas, grupos sociales, adultos mayores, grupos de educación especial y para la cohesión de equipos de empresa, facilitando para algunas de las empresas nacionales e internacionales más importantes en España, con grupos de hasta 1000 participantes. Han sido más de veinte años de conocer sobre el terreno, aprendiendo de la experiencia propia y de colaboraciones con compañeros de oficio, ampliando descubrimientos propios con formaciones internacionales, como pe Drum Healing y Rei Provider Programs con Jeff Strong, y Healing Drum Circles con Christine. Stevens.
Desde el 2003 coordina la asignatura “Percusión, expresión y comunicación” y “Percusión terapéutica” en el Máster de Musicoterapia de la Universitat de Barcelona. Desde 2017 soy docente del Posgrado y del Máster de Musicoterapia Transcultural de la Universitat de Girona. Desde 2016 soy docente de la Facultad de “The Foundation for Shamanic Studies” de Michael Harner, formando parte del equipo que estamos al cargo de la misma para todo el territorio español.
Soy también miembro de la agrupación internacional de facilitadores de círculos de percusión: DCFG (Drum Circle Facilitators Guild).
En definitiva, entre otras muchas cosas y el nada: toco el tambor…
Fuente: https://plural-21.org/post/el-poder-curativo-del-tambor