¿Conoces ese momento mágico en el que te despiertas en un sueño y sabes que estás soñando? Eso es el sueño lúcido. Es una habilidad que puedes desarrollar y una práctica de meditación beneficiosa que puedes realizar.
Un sueño no lúcido es un sueño en el que te distraes, un sueño sin sentido, un sueño olvidado: olvidas que estás soñando. Un sueño lúcido es un sueño sin distracciones, un sueño consciente, un sueño recordado: te das cuenta de que estás soñando y puedes controlar gran parte de la experiencia.
Los estudios han demostrado que los meditadores tienen más sueños lúcidos y, en el caso de un verdadero maestro de la meditación, todos sus sueños son lúcidos. Somos inlúcidos respecto del contenido de nuestra mente por la noche en la misma medida en que somos inlúcidos respecto del contenido de nuestra mente durante el día. Vuélvase lúcido respecto de sus pensamientos durante el día practicando la meditación consciente y, naturalmente, se volverá lúcido respecto de sus sueños por la noche.
El yoga de los sueños, que algunos eruditos remontan a Buda, consiste en practicar el sueño lúcido con fines espirituales. Algunos maestros de meditación proclaman que practicarlo en un sueño lúcido puede ser hasta nueve veces más transformador que practicarlo en la vida de vigilia. Esto se debe a que el sueño lúcido es un estado híbrido único de conciencia en el que la mente consciente se enfrenta directamente a la mente inconsciente. Cuando transformas el terreno inconsciente de tu experiencia, puedes transformar todo lo que está por encima.
En general, el sueño lúcido se utiliza con fines de autorrealización, mientras que el yoga de los sueños se utiliza para la autotrascendencia. El yoga de los sueños trasciende pero incluye el sueño lúcido. Ambas prácticas crean un fructífero “turno nocturno” que puede sumar años de conciencia a tu vida.
Pasamos unos seis años de nuestra vida en el estado de sueño. El yoga de los sueños nos permite entrar en una “escuela nocturna” exclusiva, que nos ofrece la oportunidad de practicar en nuestros sueños. ¡Piensa en cuánto podrías aprender si tuvieras seis años más!
Aquí hay algunas instrucciones para ayudarle a comenzar a tener sueños lúcidos.
1. Establecer tu intención
Establecer una firme intención durante el día de despertar en tus sueños es como poner en marcha un despertador interno. Di durante el día: “Esta noche tendré muchos sueños y me volveré lúcido en ellos”. Pon todo tu corazón en ello. He asistido a clases de yoga de los sueños en las que el único método de inducción que se ofrecía era la intención.
Añade algo de octano a tu intención añadiendo algo de carga emocional. Es decir, establece la intención de soñar lo que sea que quieras soñar específicamente. Por ejemplo, podrías decirte a ti mismo: “¡Voy a despertarme en mis sueños y sentir la emoción de volar por el espacio!”.
La intención también se utiliza para sembrar la semilla de tu práctica espiritual nocturna. Puedes decirte a ti mismo: “Por mi propio bien y el de los demás, voy a despertarme en mis sueños para poder practicar la meditación mientras sueño”.
2. Último pensamiento, mejor pensamiento
El último pensamiento que tienes en la mente antes de dormir tiene un gran efecto en cómo duermes y sueñas. Si te vas a la cama estresado, tenderás a tener sueños estresantes.
Calma tu mente con la meditación antes de irte a dormir. Luego, restablece tu intención de volverte lúcido en tus sueños. Este último empujón proyectará lucidez en lo profundo de tu mente inconsciente y hasta bien entrada la noche.
Acuéstese en la cama y coloque las manos sobre el vientre, lo que le ayudará a relajarse. Dado que tendemos a dejarnos caer en la cama sin estar lúcidos, establezca un poco de lucidez contando veintiuna respiraciones. Observe cómo su respiración (viento, prana ) se hace más lenta a medida que su mente se calma. Después de veintiuna respiraciones, déjelo todo y permítase caer en el sueño.
3. Despierta y vuelve a la cama
La primera parte de la noche está dedicada principalmente al sueño no REM (movimientos oculares rápidos), que es cuando obtenemos la restauración y el descanso que necesitamos. Los practicantes del sueño lúcido colocan un cartel de “No molestar” en esta parte de la noche, para no interferir con el descanso. A medida que avanza la noche, el sueño no REM se reemplaza por el sueño REM, que es cuando más soñamos, por lo que las últimas horas de la noche son el momento ideal para el sueño lúcido.
El método de despertarse y volver a la cama consiste en programar la alarma para que suene unas dos horas antes de la hora habitual de despertarse. Permanezca despierto entre veinte y cuarenta minutos. No mire el teléfono ni encienda ningún dispositivo electrónico. Medite, restablezca su intención o lea algo ligero sobre los sueños lúcidos. Luego, vuelva a la cama. Se ha demostrado que este sencillo método aumenta las posibilidades de tener sueños lúcidos hasta en un 2000 por ciento.
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