La dirección del partido corrige a su portavoz parlamentario, Miguel Tellado, quien había asegurado el respaldo de sus eurodiputados a la española, mintras el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, la felicita por su nombramiento
El PP pasó este martes en pocos minutos de anunciar su apoyo a la designación de Teresa Ribera como futura vicepresidenta de la Comisión Europea a contradecir a uno de sus dirigentes más poderosos, Miguel Tellado, y afirmar en un comunicado que votarán ‘no’ a que la española ocupe uno de los cargos más importantes en el próximo Ejecutivo comunitario. La contradicción se hizo más evidente cuando el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, felicitó personalmente a Ribera en Twitter.
La sucesión de acontecimientos del martes fue vertiginosa. Pocos minutos después de las 13.00 horas, el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, compareció ante los medios de comunicación. Preguntado expresamente por el voto del PP a Teresa Ribera, Tellado respondió con su habitual tono: “¿Usted recuerda lo que hizo el PSOE con Cañete, verdad? Pues nosotros no haremos eso”.
Lo que hizo el PSOE en 2014 fue votar en contra de la designación de Miguel Arias Cañete como comisario europeo, a cuenta de unos intereses en empresas petrolíferas que ocultó en un primer momento. Finalmente, recibió un respaldo ajustado en el Parlamento Europeo.
De las palabras de Tellado solo podía inferirse una abstención o un ‘sí’ a Teresa Ribera. En todo caso, el PP no bloquearía su nombramiento. El portavoz parlamentario que así lo expuso en público no es un dirigente cualquiera en el PP, sino que forma parte del Comité de Dirección de Alberto Núñez Feijóo que diseña la estrategia del partido (y que esta semana se celebró el propio martes). Es, además, un puntal del núcleo duro de Feijóo desde hace años, cuando lo designó secretario general del PP de Galicia, y está en todas las tomas de decisiones de la actual cúpula estatal.
Unos minutos después del final de su intervención ante los medios, el PP envió un breve comunicado a los periodistas para “trasladar una corrección en relación al apoyo del PP a la designación de Teresa Ribera como comisaria europea del que se ha hablado hoy en nuestra rueda de prensa”. “El titular correcto es: ‘El PP no apoyará a Ribera y haremos lo que el PSOE hizo con Cañete’. Disculpad la confusión, responsabilidad del equipo de prensa”, zanjaba el escueto mensaje.
La corrección, asumida por el equipo de prensa, es una muestra más de la descoordinación que se ha instalado en la política de comunicación del PP, y contra la que emergen ya voces dentro del propio partido, tal y como informó elDiario.es la pasada semana. El error, sea de Tellado, de los técnicos, previo a la rueda o de la decisión posterior de desautorizarle, tapó la intervención de la vicesecretaria de Educación y Sanidad, Ester Muñoz, quien intentó poner en valor el acuerdo para aprobar la conocida como ley ELA. El PP ha buscado ese pacto durante meses.
Los problemas de coordinación en el PP se hicieron más patentes, y también de boca del que ha sido uno de los principales apoyos de Feijóo. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, felicitó expresamente a Teresa Ribera en su cuenta de Twitter. “Ojalá vengan tiempos de acuerdo”, dejó escrito.
Precisamente Moreno y Ribera protagonizaron una de las pocas imágenes de acuerdo entre el Gobierno de Pedro Sánchez y una Comunidad Autónoma del PP tras el pacto sellado para intentar salvar el humedal de Doñana, en peligro por el uso intensivo y en ocasiones ilegal de los acuíferos que surten al Parque Nacional.
El PP se enreda así otra vez, como lo ha hecho en los últimos meses a cuenta de sus acercamientos a Junts, la política migratoria, con discursos casi opuestos, o como ha ocurrido con la reforma de la financiación autonómica, con prohibición de preguntas de los periodistas incluida. Este viernes, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el propio Moreno acuden al Palacio de la Moncloa a reunirse con Pedro Sánchez.
Fuera de lo habitual
La oposición del PP de Feijóo a Ribera en Bruselas no es algo habitual. La norma general entre los diferentes grupos es que los partidos políticos apoyen a sus compatriotas, aunque también hay excepciones.
Así lo explicó la candidata del PP en las recientes elecciones europeas, Dolors Montserrat, quien en una entrevista en Ok Diario el pasado mes de junio dijo, sobre Ursula von der Leyen: “Su gobierno, el Colegio de Comisarios, que sería el Consejo de Ministros en España, está conformado por comisarios de cada país. Ella no puede escogerlos. El comisario de cada país lo escoge el primer ministro de ese país. Por eso tenemos a Borrell”.
Es verdad que el PSOE en 2014, por primera vez, se opuso a un nombramiento del PP europeo en la UE, pero hasta aquel momento los principales partidos se habían apoyado mutuamente para los cargos de las instituciones europeas.
Eso cambió en 2014: el PSOE votó en contra de Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea. Eran los tiempos de la resaca de las políticas de austeridad y recortes en Europa al dictado de la troika, de la irrupción de Podemos en España, del auge de Syriza en Grecia, del crecimiento de Jean-Luc Melénchon en Francia… Y, después, el PSOE se opuso a la candidatura de Miguel Arias Cañate como comisario europeo, y terminó absteniéndose en el pleno en el voto al conjunto de la Comisión de Juncker. ¿Y por qué se opuso el PSOE a Cañete?
El problema con Cañete, al margen de ser del PP en un contexto político de impugnación de las políticas de austeridad, en plena abdicación del rey Juan Carlos, con Pedro Sánchez recién llegado a la secretaría general del PSOE y Mariano Rajoy en el último año de legislatura, era sus tejemanejes económicos.
Cañete superó (83 votos a favor, 42 en contra) en octubre de 2014 en la votación definitiva en el hearing de la comisión parlamentaria de la Eurocámara para comisario de Energía y Acción por el Cambio Climático. Y lo hizo a pesar de la relación de algunos de sus familiares –como su hijo, que al final renunció, y su cuñado– con empresas petroleras en calidad de administradores; de las participaciones del propio Cañete (del 2,5% y que vendió antes de acceder al cargo) en Dúcar y Petrologis Canarias (las dos de suministro de carburantes para barcos) sin que se viera un posible conflicto de intereses. O del sobresueldo que incluyó en su declaración de bienes un día antes del examen en el Parlamento Europeo, después de haberlo ocultado durante semanas, en plena escándalo por los papeles de Bárcenas y la financiación irregular del PP, que acabó en una condena y una moción de censura a Mariano Rajoy en 2018.
En efecto, Cañete se vio obligado a modificar a última hora la declaración de intereses económicos que presentó en Bruselas para incluir un sobresueldo que el PP le pagaba por presidir el Comité Electoral. El excomisario de Energía y Cambio Climático no reflejó en la declaración anterior que había percibido ingresos del partido por presidir este comité desde 2008 a 2011.
El PP, en 2019, no apretó apenas a Josep Borrell durante los exámenes en el Parlamento Europeo como Alto Representante para política exterior de la UE. Pero, ahora, en 2024, amenaza con votar en contra de Teresa Ribera y se escuda en el precedente de los socialistas con Cañete.
En el caso actual a diferencia de aquel, no se conocen intereses económicos de Ribera y su familia que puedan suponer conflictos de intereses con su nueva cartera europea. Tampoco se sabe que esté ocultando sobresueldos de su partido. Ni siquiera su partido tiene ningún caso como el de los papeles de Bárcenas.
La decisión del PP, en todo caso, no parece que vaya a tener mucho recorrido entre sus colegas de bancada europea. Entre otras cosas, porque la Comisión Europea, en el fondo, es un pack compuesto por 27 comisarios enviados por cada uno de los 27 Gobiernos de la UE, y eso no es fácil de modificar porque afecta a los equilibrios inestables. Siempre se tumba a algún comisario, como en 2019, con la enviada de Emmanuel Macron, Sylvie Goulard, quien había ocultado que recibió una suma de 10.000 euros mensuales de un centro de estudios estadounidense, lo que se sumó a la investigación en la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) por cómo usó fondos europeos en su etapa de eurodiputada.
Pero eso no tiene pinta que vaya a pasar con Ribera, porque su puesto también es un compromiso con la familia política socialista, la segunda en Europa, en una Comisión presidida por Von der Leyen, del PP europeo y proveniente de un país gobernado por los socialdemócratas. Del mismo modo, esos equilibrios harán que, muy probablemente, los socialistas no voten en bloque contra el vicepresidente de Giorgia Meloni, Raffaele Fitto, porque nadie tiene mayoría absoluta y todos necesitan los votos de todos para mantener su sillón.
En todo caso, incluso antes de la votación en el pleno de la comisión parlamentaria correspondiente, se produce una votación en el ámbito de los coordinadores de ese comité, con son un grupo más reducido de eurodiputados entre los cuales, como mucho, habrá uno del PP de Feijóo. Y, si acaso, si no hubiera acuerdo en dar el visto bueno a Ribera, se podría decidir mandar unas preguntas o un segundo hearing.
Abstención con De Guindos
El PSOE también se abstuvo en el Parlamento Europeo durante la ratificación a Luis de Guindos como vicepresidente del Banco Central Europeo.
“Va a ser una abstención crítica”, dijo la entonces número dos del PSOE, Adriana Lastra, sobre la votación del informe que elaboraron los coordinadores de los grupos en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara tras la comparecencia de De Guindos.
El PSOE había dicho previamente que votaría en contra, pero al final se inclinó por la abstención, después de la retirada del candidato irlandés, a quien los socialdemócratas dieron su apoyo en la primera fase de pronunciamiento sobre la candidatura al BCE. La Eurocámara se decantó por Philip Lane frente a De Guindos en esa fase.
No obstante, la postura del Parlamento Europeo no era vinculante en aquel caso, a diferencia del voto de los comisarios en los exámenes parlamentarios.
https://www.eldiario.es/politica/eleccion-teresa-ribera-vicepresidenta-europea-ahonda-contradicciones-pp_1_11660878.html
El primer ministro británico elogia los avances “notables” de Italia en tema migratorio y podría copiar el modelo de Meloni
El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, ha viajado este lunes a Italia para reunirse con su homóloga Giorgia Meloni, de quien ha aprovechado para ensalzar los avances “notables” de su política migratoria y ha dejado la puerta abierta a adoptar este modelo para Reino Unido.
Starmer y Meloni han acordado una mayor cooperación entre sus respectivos países en varias áreas, y han abierto la senda para un entendimiento también en cuestión migratoria. Italia es uno de los principales puntos de llegada de migrantes irregulares que llegan a través del Mediterráneo, y Meloni ha tratado de ponerle fin.
La primera ministra italiana se ha erigido como una de las figuras más contundentes en contra de la inmigración y ha señalado que la cooperación entre países es vital para acabar con las llegadas ilegales y para acabar con las “organizaciones atroces y muy poderosas” que mueven estos hilos.
“Ninguna nación por sí sola puede ser eficaz a la hora de desmantelar estas redes de traficantes”, ha señalado Meloni, coincidiendo con el punto de vista del ‘premier’ británico, quien ha señalado que la migración es un “desafío común” para el continente y que debe ser abordado desde su origen, según recoge Sky News.
En este sentido, Starmer ha señalado que “siempre” ha considerado “mucho mejor” centrar los esfuerzo en evitar que la gente abandone su país en vez de en “intentar lidiar con quienes llegan” a países europeos. Así, ha ensalzado la postura de Meloni y sus “acuerdos financieros” con algunos países de origen, como Túnez o Libia.
El primer ministro británico ha defendido en rueda de prensa desde Roma que Italia ha logrado “un progreso notable al trabajar en igualdad de condiciones con los países a lo largo de las rutas migratorias para abordar las causas de la migración en el origen y hacer frente a las pandillas”.
Con las políticas de Meloni, Italia ha logrado reducir un 60 por ciento la migración desde el año 2022, por lo que Starmer considera adecuado aumentar la cooperación con Roma. El nuevo jefe del Comando de Seguridad Fronteriza británico trabajará con Italia para “compartir Inteligencia, tácticas, cerrar las rutas de los contrabandistas y aplastar a las bandas”.
Críticas al ‘plan Ruanda’ de Sunak: fue un “truco”
Starmer tomó las riendas del Gobierno británico hace poco más de dos meses y pronto se ha enfrentado a una de las cuestiones más problemáticas de la Europa actual, como es la migración. Su predecesor en el cargo, Rishi Sunak, trató de solucionar este asunto con un acuerdo para enviar a migrantes ilegales a Ruanda, pero el trato nunca llegó a implementarse en medio de la polémica y trabas legales.
“Hemos pasado de un gobierno de trucos a un gobierno de pragmatismo”, ha defendido Starmer en rueda de prensa, subrayando su total compromiso para poner abordar la cuestión migratoria desde el punto de vista “más disuasorio y efectivo” posible para “desmantelar las bandas” que dirigen el “vil comercio” de la migración ilegal.
En este sentido, Starmer ha aprovechado para cuestionar el proyecto de Sunak de enviar migrantes irregulares a Ruanda, un proyecto que ha definido como un “truco” que costó 700 millones de libras (más de 830 millones de euros) a los británicos.
Starmer en cambio prefiere tomar como referencia a Meloni, quien en los últimos años ha logrado “reducciones dramáticas” en las cifras de llegadas. Uno de los pilares fundamentales de su política es enviar a los migrantes a otros países (como Albania) para procesar allí las solicitudes de asilo en vez de permitir que ingresen primero en Italia.
El acuerdo alcanzado entre Meloni y el primer ministro albanés, Edi Rama, contempla que Tirana acoja anualmente hasta 36.000 migrantes rescatados por embarcaciones italianas en el Mediterráneo. Este proyecto aplica a migrantes procedentes de países “seguros”, como Túnez, Egipto, Argelia, Nigeria o Marruecos, entre otros.
El proyecto italiano también ha recibido críticas e incluso desde algunos sectores ha llegado a ser comparado precisamente con el ‘plan Ruanda’ de Sunak. Sin embargo, el embajador italiano en Albania, Fabrizio Bucci, ya salió hace meses al paso para insistir en que en los centros de migrantes en territorio albanés se aplica la legislación italiana.
Cooperación Roma-Londres
El viaje de Starmer a Roma buscaba ahondar en la cooperación con Italia, y de hecho el primer ministro británico ha anunciado una inversión de 485 millones de libras (más de 575 millones de euros) en Reino Unido por parte de dos importantes empresas italianas: Leonardo y Marcegaglia.
Ambas empresas invertirán en la “defensa de Reino Unido, crecimiento limpio e innovación”, ha señalado Downing Street en un comunicado. La principal inversión correrá a cuenta de Leonardo, una empresa aeroespacial y de defensa que gastará hasta 435 millones de libras en su planta en las islas.
Marcegaglia, por su parte, es un fabricante de acero que invertirá otros 50 millones de libras en la localidad de Sheffield -ubicada en el centro de Reino Unido, a unos 50 kilómetros de Mánchester- para construir un nuevo horno de arco eléctrico de acero limpio, lo que generará medio centenar de nuevos puestos de trabajo.
El objetivo de esta cooperación es “impulsar el crecimiento para ambas partes, crear empleos y mejorar la vida de las personas”, según ha relatado un Starmer que ha insistido en restablecer las relaciones “en todo el mundo” para poder “derribar las barreras que han estado frenando a Reino Unido durante tanto tiempo”.