Esa ronda de financiación, que incluye inversores de renombre como Thrive Capital, Microsoft y Nvidia, tendría una condición para quienes la han apoyado con la que Musk no está demasiado contento: nada de apoyar a los rivales de OpenAI.

Según publica Reuters a partir de fuentes que han pedido permanecer en el anonimato, OpenAI habría pedido a los inversores un acuerdo de financiación en exclusiva por el que se deben de abstener de apoyar a cinco de sus competidores directos.

La lista, según dicha información, la integran Perplexity, Glean, Anthropic, Safe Superintelligence de Ilya Sutskever y xAI, la compañía de Musk que ha desarrollado el chatbot Grok.

Financial Times también ha asegurado que OpenAI exigía exclusividad a los inversores en esta ronda.

Musk respondió a última hora del miércoles a esas informaciones en X, la red social antes conocida como Twitter, criticando la exigencia de OpenAI. El hombre más rico del mundo escribió dos veces: «OpenAI es malvada».

Después de abandonar OpenAI en 2018, la relación de Musk con la empresa y Altman se ha ido volviendo cada vez más «agresiva».

En febrero de 2020, Musk criticó a la empresa por su falta de transparencia y compromiso con la seguridad.

En marzo, Musk acusó a la empresa en una demanda de traicionar su cometido principal de desarrollar una IA que beneficie a la humanidad. Posteriormente retiró la demanda.

En agosto, Musk presentó otra demanda contra OpenAI, esta vez argumentando que los ejecutivos lo «engañaron» para que cofundara la empresa.

Musk y un portavoz de OpenAI no han respondido a las preguntas formuladas por Business Insider.

Según los inversores de capital riesgo que han hablado con el FT, la solicitud de una ronda de financiación con condiciones de exclusividad es poco común, pero no es algo del todo inédito.

Uber y Lyft, por ejemplo, pidieron a los inversores que no respaldaran a sus rivales entre seis meses y un año durante las rondas de recaudación de fondos mucho antes de sus respectivas salidas a bolsa, tal y como publicó The Wall Street Journal en 2015.

Algunos de los inversores de OpenAI ya han respaldado a otras startups de inteligencia artificial. SoftBank, por ejemplo, ha redoblado sus esfuerzos en hardware y software después de una serie de desastrosas apuestas previas a la pandemia, como WeWork.