Sin ningún lugar a dudas, estos eclipses que vivimos desde el 25 de Marzo hasta el 2 de Octubre, nos han cambiado la vida a muchos o al menos nuestra forma de ver las cosas. No siempre como consecuencia de un desastre, sino también como un re-acomodar las piezas y concluir ciclos y capítulos de nuestras vidas que necesitaban un «update».
Si hay algo que han hecho es confirmarnos que no todo está controlado por nosotros los humanos, sino que a menudo tenemos que acomodarnos a lo que nos llega de un mandato, no quiero usar la palabra «superior», sino que viene de un lugar que no manejamos completamente. Una fuerza de la cual desconocemos su origen, pero que de alguna manera nos presenta con situaciones a veces predecibles a veces no, que debemos transitar. Este proceso puede ser consciente para muchos pero para la mayoría me atrevo a decir que no. Si es inconsciente entonces corremos el peligro de convertirnos en víctimas de las circunstancias, si es consciente algo nos urge a tomar responsabilidad por lo que nos pasa o lo que se presenta sobre nuestra mesa de trabajo.
A pesar que en apariencia, la víctima parece estar divorciada de la causa de lo ocurrido, como si «lo mismo le podría ocurrir a cualquiera», la realidad es que no le ha pasado a todo el mundo sino a mi. Lo que nos recuerda que soy yo quien debe encontrar la solución sino quiero vivir como víctima toda mi vida. Desde la víctima no hay salida. Esto lo podemos aplicar no sólo a nivel personal sino también a nivel mundial. Sino estamos preparados para preguntarnos: «porqué me pasa esto?», no encontraremos la salida jamás. Y por supuesto que no quiero negar que hay injusticias en la vida, porque sí las hay, pero aún así, nadie puede resolver lo que nos pasa, más que nosotros mismos. A menudo con la ayuda de otros, pero la decisión primordial debe ser de la persona que sufre la injusticia. Puedo quedarme a lamer mis heridas o buscar la forma de curarlas.
Una de las razones por la que menciono las injusticias y el arquetipo de la Víctima, es porque por única vez en nuestra vida (de los que estamos vivos hoy) Saturno y Neptuno, se pasean por Piscis, el último signo del zodíaco y asociado con el arquetipo de la Víctima, antes de formar un histórica conjunción a 0º Aries durante toda la segunda mitad del 2025 y exactamente en Febrero 2026. Digo histórica, porque la última vez que ocurrió en Aries fue en 1703. De alguna manera, Neptuno, transitando este signo que rige, con que se le correlaciona, desde 2011, y al cual no volverá hasta dentro de 165 años nos muestra donde somos víctimas. Tanto Saturno como Neptuno están ahora retrógrados en Piscis, lo que nos invita a reducir la velocidad y asegurarnos de no dejar asuntos sin resolver. Por ejemplo, si se desata una guerra donde vivimos, aunque no participemos de ella, afectará nuestras vidas y podemos considerarnos víctimas de la situación. La situación con el Covid, nos convirtió a todos en víctimas de un virus que aún hoy no tenemos la certeza de donde salió. Nada que hicimos nosotros individualmente causó la pandemia y sus estragos. Pero antes que todo esto, TODOS somos víctimas de nuestras familias y culturas en las que hemos nacido. Víctimas de un mandato que nos dice quién debemos ser y cómo vivir, aunque ello signifique no SER quien realmente somos.
Una de las luchas más grandes que todos debemos librar en nuestra vida es averiguar quien realmente somos y serlo a pesar del mandato tribal y social. Pero por supuesto, que podemos seguir viviendo como la víctima de ello o decidir luchar por nuestra identidad y nuestra propia vida. Éste es un camino más arduo pero mucho más gratificante.
La danza entre Saturno y Neptuno en el grado anarético de Piscis durante casi toda la mitad del año que viene, coincide con los Nodos Lunares también transitando Piscis (NN)-Virgo (NS) a partir de Enero 2025. Si hay algo que no cabe ninguna duda es que tanto Neptuno como Piscis, nos recuerdan que TODOS SOMOS UNO y que justamente es nuestra diversidad y diferencias que nos convierten en criaturas interesantes. Podemos anticipar que la consciencia humana debe abrazar esos conceptos claramente a partir de ahora y dejar de lado la odiosa división política y racial que manifestamos en estos momentos, desde hace algunos siglos.
Los eclipses lunares y solares conectan las dos luminarias con los Nodos Lunares de los que ya he escrito ampliamente, por tanto nuestra relación con el pasado, el presente y el futuro. Con esto que llamamos tan fácilmente KARMA, que nos habla del efecto de nuestras decisiones, conscientes o inconscientes. Si hay algo que estos eclipses de 2023 y 2024 nos han traído es un montón de Karma. Situaciones que voluntaria o involuntariamente creamos en nuestra vida y que ahora debemos tomar responsabilidad por el resultado de ellas. Fácil? Claro que no. Y sino, preguntémosle a Sean Combs (P.Diddy) o a Dominique Pelicot, por nombrar alguno de los casos que resuenan internacionalmente. Si no sabes quienes son busca sus nombres en Google. ;-D
Pero no todo tiene que ser negativo, porque el Karma también funciona cuando has hecho las cosas bien, y llega la recompensa y yo afortunadamente también he visto mucho de esto. Por tanto catalogar a los eclipses como un efecto negativo, es como mínimo controversial. Depende quién eres, cómo vives y por sobretodo, si eres honesto contigo mismo/a.
Para completar este momento de Gran Cambio, cuando hasta nuestra humanidad está en juego con el advenimiento de la IA, Plutón el Gran Transformador, el que nos empuja a la Evolución y nos recuerda que nada se queda igual, de un momento al otro, finalmente marcha hacia adelante también en el grado anarético de Capricornio, poniendo a prueba todo aquello que Saturno nos ha traído a través de los siglos y nos trae, aunque ahora al estar paseándose por el último signo del zodíaco, también está preparado a cambiar. Plutón estuvo en Acuario durante diez semanas a mediados de 2023 y regresó a Acuario por segunda vez entre Enero y el 1 de Septiembre de este año. Luego volvió a entrar en Capricornio por última vez. Plutón gira directo ahora y llegará a Acuario el 19 de noviembre donde permanecerá durante los próximos diecinueve años. Otro ciclo que concluye y uno nuevo que comienza, al igual que con los ciclos de Júpiter, Saturno, Neptuno, Sedna, Haumea y luego Urano. Todos ellos cambiando de signo entre ahora y el final del 2025.
Este es un excitante momento para estar vivo, si eres joven, tienes mucho que hacer y si eres menos joven aún más. Todos debemos colaborar con nuestro grano de arena, aunque parezca insignificante, pues debemos recordar que aunque la gota sea insignificante en el mar, sin ellas no habría mar.