Simon Holland, un cineasta con amplia trayectoria en proyectos, tanto para la BBC, como para la agencia espacial norteamericana (NASA), ha asegurado que estamos más cerca que nunca de tener pruebas contundentes sobre una inteligencia no humana en nuestra galaxia.

No se trata de una sospecha, ni de un anhelo, sino de una filtración porque, según Holland, un equipo de investigación respaldado por la Universidad de Oxford ya ha identificado una señal de radio como tecnofirma extraterrestre. Esto podría cambiarlo todo.

La filtración se produce después de los intensos rumores acerca de las reuniones a puerta cerrada en el Congreso estadounidense para debatir sobre un hallazgo de gran alcance del Telescopio Espacial James Webb, relacionado con la vida extraterrestre. ¿Casualidad? En absoluto porque Holland es uno de los que participó, junto a Pavel Ibarra, en un directo del canal de Youtube Vetted (Verificado) que hizo saltar las alarmas acerca de que una nave de origen extraterrestre se dirigía rumbo a la Tierra, un rumor todavía por confirmar. Se diría que el goteo de filtraciones científicas de señales y biofirmas extraterrestres, así como las relativas a UAPs y su vínculo con lo alienígena, siempre en lo más alto de las apuestas por el origen de este fenómeno, forman parte de una “divulgación controlada” que coincidiría en fechas con el inicio de la agenda presentada por el Coronel Karl Nell en la Fundación Sol y que establecía en enero la acepción del mundo académico.

El hallazgo de vida extraterrestre inteligente podría hacerse público en noviembre de 2024

Agenda de divulgación UAP

También resulta curiosa otra coincidencia: Charles McNeal, quien formó parte de una unidad de inteligencia de alto secreto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, dijo en septiembre que se avecinaba un acontecimiento significativo en la historia de la humanidad. «En septiembre de 2024 -dijo- expirará una tregua de 70 años entre el gobierno estadounidense y una civilización extraterrestre» y sugirió que seguirán una serie de eventos planificados, «incluida la destrucción parcial o total de Israel, un breve conflicto global y una invasión extraterrestre organizada utilizando tecnología ovni de ingeniería inversa.»

Puede que sea una chaladura pero coincide con el anuncio del profesor Holland que no habla de delirantes pactos con extraterrestres, ni Blue beam, ni de conspiraciones sionistas, sino de personas con información privilegiada del proyecto Breakthrough Listen, impulsado por el filántropo ruso Yuri Milner, quienes le habrían confidenciado que dentro de un mes podría hacerse público el hallazgo de esta señal extraterrestre inteligente coincidiendo con el revuelo electoral en los Estados Unidos.

Una señal desde Proxima Centauri

La tecnofirma es, en realidad, una señal detectada en 2019 por el radiotelescopio Parkes, ubicado en Australia. Procede de una región alrededor de Proxima Centauri, una estrella situada a unos 4,2 años luz de la Tierra. Esta señal, que duró alrededor de cinco horas, ha sido objeto de análisis desde entonces. Sin embargo, los investigadores de Breakthrough Listen, el programa que lidera la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI), aún no han revelado oficialmente el origen de la señal.

Breakthrough Listen inició sus operaciones en 2016 con el objetivo de buscar señales tecnológicas fuera de la Tierra. Sus instalaciones incluyen el Green Bank Telescope (el radiotelescopio orientable más grande del mundo), la antena parabólica Parkes de 64 metros en Australia y el conjunto sudafricano MeerKAT. En 2023, el proyecto pasó a estar bajo la dirección del Dr. Andrew Siemion de la Universidad de Oxford, quien ha liderado los esfuerzos para analizar esta señal.

Aunque el equipo de Breakthrough Listen había sugerido inicialmente que la señal podría ser producto de interferencias humanas, Holland, basándose en fuentes internas del proyecto, sostiene que la teoría está cambiando. Según su fuente, un alto funcionario de un radiotelescopio de la Unión Europea, la señal podría representar una firma tecnológica no humana, es decir, un indicio de una civilización avanzada fuera de nuestro planeta.

A pesar de esta emocionante posibilidad, los desafíos técnicos para confirmar el origen extraterrestre son significativos. Según Holland, la señal es muy débil y se encuentra en una «zona de baja información», un concepto que describe la dificultad de obtener suficiente evidencia para descartar por completo otras explicaciones más mundanas, como las interferencias terrestres.

FAST Radio Telescope (captured from video)

Competición por publicar el hallazgo

Holland también menciona que China podría estar compitiendo por ser el primero en confirmar este descubrimiento histórico. El país asiático, que cuenta con el radiotelescopio FAST (acrónimo de Aperture Spherical Radio Telescope), ya habría captado una señal similar en 2022, aunque esta información fue rápidamente retirada por las autoridades chinas. Aún no se ha aclarado si la señal captada por FAST está relacionada con BLC-1, como se conoce la señal detectada por Breakthrough Listen o con alguna otra del centenar de señales recibidas entre agosto y septiembre de 2019 por el radiotelescopio FAST procedentes del centro de la galaxia.

La filtración ha sido recibida con desigual entusiasmo. Por un lado está la reacción entusiasta de uno de los rostros más conocidos de la ufología actual, gracias al programa Ancient Aliens de Canal de Historia quien aseguró a través de su cuenta en X: «¿Será esta la sorpresa de noviembre? ¿Y qué tan emocionante es?» (…) «En qué época tan emocionante nos toca vivir! #ancientaliens«

También destacados miembros de la exopolítica, un campo de investigación ufológica que se encarga de valorar las implicaciones políticas de una posible presencia extraterrestre en nuestro mundo, como Michael Salla compartió cuenta que «…astrónomos británicos y chinos compiten para revelar el descubrimiento de firmas tecnológicas en el próximo mes. El anuncio confirmaría la existencia de vida extraterrestre inteligente.»

Menos entusiastas se muestran los científicos quienes, para variar, han optado por desacreditar a Holland o, en el mejor de los casos, compartir los artículos científicos que ponían en cuestión la señal BLC-1 como procedente de una civilización avanzada.

Y es que, a pesar de la emoción en torno a este «descubrimiento», el camino hacia una confirmación oficial sigue siendo incierto. En 2021, el equipo de Breakthrough Listen había señalado que BLC-1 probablemente era un falso positivo, causado por interferencias tecnológicas desde la Tierra. Sin embargo, si las fuentes de Holland son correctas, este hallazgo está siendo reevaluado y podría resultar ser la primera evidencia sólida de una civilización extraterrestre.

Los antecedentes no son muy añentadores, las primeras señales, catalogadas como “LGM” u “pequeños hombres verdes”, resultaron ser púlsares. Y la señal “¡Guau!” de 1977 nunca se ha identificado de forma definitiva. Pero Simon cree que esta vez podría ser algo real, sólo el tiempo aclarará las cosas.