En la isla de Falster (Dinamarca), un equipo de expertos ha desenterrado un sótano pavimentado de hace aproximadamente 5.000 años, lo que revela una complejidad arquitectónica de las sociedades neolíticas que pocos habrían imaginado. Este descubrimiento, lejos de ser un hecho aislado, podría obligarnos a reescribir gran parte de lo que creíamos hasta ahora acerca de la prehistoria en el norte de Europa.

El equipo liderado por Marie Brinch, del Museo Lolland-Falster, ha revelado una estructura única: un sótano cuidadosamente pavimentado en el yacimiento de Nygårdsvej 3. Esta estructura, de 2 por 1,5 metros y una profundidad de 40 cm, está construida con piedras de diferentes tamaños dispuestas de manera meticulosa. El descubrimiento pone en duda la idea de que las culturas del Neolítico carecían de sofisticación arquitectónica, mostrando que poseían habilidades avanzadas de planificación y construcción mucho antes de lo que se creía.

Este tipo de suelos pavimentados, tan antiguos, nunca se había documentado en la región. Su existencia sugiere una comprensión avanzada del almacenamiento y la conservación de alimentos, lo que obliga a los expertos a replantear el desarrollo tecnológico y social de estas comunidades neolíticas. ¿Quiénes fueron los constructores de esta estructura y qué otras habilidades poseían que aún desconocemos?

Fotografía de detalle de la pared del sótano, marcada con líneas rojas

El sitio de Nygårdsvej 3

El sótano pavimentado no es el único hallazgo significativo en este lugar. Durante la excavación, realizada en el contexto de la ampliación de una línea ferroviaria, se encontraron restos de dos fases habitacionales asociadas a la Cultura de los Vasos de Embudo, una de las primeras manifestaciones del Neolítico en el norte de Europa.

Además, se han documentado numerosas estructuras, como agujeros de poste y una cerca con hasta siete hileras paralelas, que sugieren la presencia de un asentamiento organizado y posiblemente fortificado. Junto a estas estructuras, se hallaron herramientas de sílex, fragmentos de cerámica y huesos quemados, todos ellos dispuestos alrededor del sótano pavimentado, lo que indica que esta zona desempeñaba un papel central en la vida cotidiana de sus habitantes.

Los arqueólogos han utilizado métodos avanzados de datación por radiocarbono para situar la ocupación de este sitio entre los años 3500 y 3000 a.C. Este período fue testigo de grandes transformaciones en el norte de Europa, con el auge de la agricultura, la ganadería y la construcción de monumentos megalíticos. Sin embargo, la existencia de un sótano pavimentado de este tipo añade una nueva capa de complejidad a nuestro entendimiento de la prehistoria.

Hasta ahora, se pensaba que las sociedades neolíticas en esta región vivían de manera relativamente sencilla, pero este hallazgo revela una planificación a largo plazo y un conocimiento técnico mucho más avanzado de lo que se había supuesto. Esto no solo cambia nuestra comprensión de cómo vivían estas comunidades, sino también de sus capacidades organizativas y sociales.

Científicos trabajan en el sitio Nygårdsvej 3

¿Un asentamiento clave en la prehistoria?

Aunque los hallazgos son asombrosos, aún quedan muchas preguntas por resolver. La excavación ha sido limitada en extensión, por lo que no está claro si las cercas encontradas formaban parte de una fortificación mayor o si servían para otros propósitos, como la delimitación de un área de reunión. Sin embargo, la ubicación estratégica del sitio, cerca de la aldea de Eskilstrup, sugiere que este lugar podría haber sido un punto de referencia clave en la región.

Los arqueólogos especulan que Nygårdsvej 3 pudo haber sido un lugar de encuentro para el intercambio de bienes y la formación de alianzas entre las comunidades neolíticas. De ser así, podría haber desempeñado un papel fundamental en las relaciones sociales y económicas de la época, detallan en un artículo científico publicado en la revista Radiocarbon.

El hallazgo del sótano pavimentado en Nygårdsvej 3 es una pieza clave en el rompecabezas de la prehistoria europea. No solo muestra la sofisticación de las primeras sociedades neolíticas, sino que también sugiere que aún queda mucho por descubrir sobre sus habilidades y formas de vida.

Este descubrimiento invita a los amantes de la historia y los misterios a reflexionar sobre lo poco que sabemos realmente de nuestros antepasados más remotos. ¿Cuántos otros secretos están aún ocultos bajo el suelo de Europa, esperando ser desenterrados? Solo el tiempo y nuevas excavaciones lo desvelarán, pero lo que está claro es que la prehistoria, tal como la conocíamos, ha empezado a cambiar para siempre.