Un informe de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) alienta a los gobiernos, las plataformas tecnológicas, los medios establecidos y los anunciantes a trabajar juntos para censurar grandes sectores de internet. El “manual de desinformación” de 97 páginas pretende combatir las noticias falsas. Sin embargo, el objetivo principal de la organización parece ser evitar que las personas encuentren información en línea que desafíe las narrativas oficiales y conduzca a un mayor cuestionamiento del sistema en general.
El documento exige regular los videojuegos y las salas de chat en línea, alejar a la gente de los medios alternativos y dirigirla hacia sitios más favorables a las élites, y que los gobiernos trabajen con los anunciantes para paralizar a las organizaciones que se niegan a ajustarse financieramente a las líneas oficiales. Además, destaca a los grupos de verificación de datos respaldados por el gobierno como Bellingcat, Graphika y el Atlantic Council como líderes en la lucha contra la desinformación, a pesar de que estos grupos tienen estrechos vínculos con el estado de la seguridad nacional, lo que constituye un abrumador conflicto de intereses. La noticia de que una agencia gubernamental esté promoviendo un programa de este tipo es bastante preocupante. Sin embargo, también veremos cómo la propia USAID fomentó las noticias falsas para impulsar un cambio de régimen en el extranjero.
La guía de la USAID identifica tres tipos de información que quiere combatir. Además de la equivocación (información falsa difundida por quienes creen que es cierta) y la intoxicación (información falsa divulgada con la intención de engañar), también se dice que la desinformación representa una amenaza grave. La desinformación es un discurso que es objetivamente exacto pero que se ha descubierto que es engañoso o está fuera de contexto. Según esta definición amplia, cualquier informe o argumento, independientemente de su exactitud, podría potencialmente restringirse en línea si se considera innecesario o embarazoso para USAID y sus intereses. Si bien el informe dedica mucho tiempo a condenar a los países enemigos –particularmente Rusia y China–, la USAID parece mucho más preocupada por suprimir los medios independientes y abrir espacios donde se pueda encontrar información y opiniones alternativas.
“Los debates sobre la desinformación y la información errónea a menudo giran en torno a la suposición de que los políticos están detrás del problema. Sin embargo, la información problemática proviene más frecuentemente de redes de sitios alternativos y de individuos anónimos que han creado sus propios espacios en línea de medios alternativos”, dice la USAID.
El informe identifica plataformas como Reddit, Discord y 4Chan como sitios web de conspiranoicos que pueden ayudar a los grupos a crear populismo para desarrollar puntos de vista alternativos y desafiar las doctrinas oficiales del gobierno estadounidense. Lo mismo que los sitios de juegos, también deben ser cuestionados y marginados.
En la última década las instituciones públicas estadounidenses han trabajado mano a mano con las empresas de Silicon Valley para limitar el alcance de los medios de comunicación alternativos que examinan y desafían su poder y apoyan a los medios establecidos. que fortalecen las ambiciones de Washington. Todo eso se hizo bajo el lema de la lucha contra las noticias falsas. MintPress News está bajo el constante ataque de esos grupos, especialmente desde las elecciones de 2016. Así lo sugiere el informe, que lamenta que “debido a que los sistemas de información tradicionales están fallando, algunos dirigentes de opinión están cuestionando a los medios de comunicación”.
Arruinar a los que escriben en su contra
El principal método de la USAID para tomar medidas enérgicas contra los medios independientes es lo que llama “alcance de la publicidad”, amenazando a los anunciantes con cortar vínculos con sitios web marginales o especializados. “Para alterar la financiación y los incentivos financieros para la desinformación, la atención también se ha centrado en la industria publicitaria, especialmente en la publicidad en línea”, explica el informe. “Reducir este apoyo financiero que se encuentra en el espacio de la tecnología publicitaria”, continúa, equivaldría a evitar que los protagonistas de la desinformación difundieran mensajes en línea. Se han realizado esfuerzos para informar a los anunciantes sobre sus riesgos, como la amenaza a la seguridad de la marca al ser colocados junto a contenidos dudosos, mediante la realización de investigaciones y evaluaciones del contenido de los medios en línea.
La USAID quiere “redirigir fondos a áreas de información de mayor calidad, mejorar los entornos regulatorios y comerciales, y apoyar modelos innovadores y sostenibles para aumentar los ingresos y el alcance”. En otras palabras, quiere usar su poder para alejar a los consumidores de los medios alternativos y devolverlos a los medios tradicionales, que han visto colapsar masivamente la confianza del público, precisamente porque los espectadores han estado expuestos a contenidos en línea que resaltan lo mal que cubren las noticias.
El informe da por sentado que la prensa establecida es la abanderada de la verdad y no los gigantescos imperios internacionales multimillonarios con una larga historia de publicación de información descaradamente falsa o sesgada. Otro método recomendado es “vacunar sicológicamente” a la población, “alimentando” información errónea antes de que ocurra, prediciéndola y tomando medidas contra ella antes de que ocurra. Eso podría incluir “desacreditar la marca, la credibilidad y la reputación de quienes hacen acusaciones falsas”, una línea que podría sugerir lanzar ataques contra cualquiera que la USAID considere como malos actores. El informe también sugiere rastrear a los usuarios que ven información falsa, desinteresada o deshonesta y redirigirlos a vídeos seleccionados de YouTube que desacreditan o argumentan en contra de esas posiciones.
Las elecciones de 2016 acabaron los dispositivos tradicionales de intoxicación
Internet y las redes sociales no siempre han sido la poderosa fuerza política y social que son hoy. Pero durante las elecciones de 2008 y 2012, adquirieron suficiente influencia como para resultar decisivos. El equipo de Obama se dirigió hábilmente a los votantes en Facebook y otros sitios, ayudándolo a ganar dos mandatos consecutivos en la Casa Blanca. Sin embargo, en 2016 las secuelas de la crisis financiera de 2008 dejaron a decenas de millones de estadounidenses desesperados. Fuerzas populistas tanto de izquierda como de derecha se levantaron para desafiar el consenso político. Mientras los demócratas lograron neutralizar a todos los oponentes de izquierda, Trump logró apoderarse del Partido Republicano y lograr una improbable victoria electoral, a pesar del apoyo de casi todos los medios del establishment a su oponente.
El éxito de Trump alarmó a Washington, que rápidamente identificó a los medios sociales y alternativos como el principal impulsor de su victoria. Decidieron que internet era demasiado poderosa para dejarla sola. Ya no era un espacio marginal sino un motor importante para dar forma a la imaginación y al debate público.
Tras las elecciones de 2016 se lanzó una campaña masiva contra el flagelo de las noticias falsas, cuando plataformas como Google, Facebook y YouTube cambiaron sus algoritmos para degradar el contenido marginal y promover “fuentes autorizadas”. Sin embargo, los sitios de noticias alternativos de alta calidad vieron diezmado su tráfico de la noche a la mañana y medios de comunicación establecidos como CNN y NBC News, que habían fracasado en internet, fueron promovidos a los primeros puestos de los resultados de búsqueda. Un ejemplo es el caso de PropOrNot, un oscuro grupo que afirmó haber utilizado una aplicación sofisticada para identificar cientos de sitios web que eran “vendedores rutinarios de propaganda rusa”. La lista incluía WikiLeaks y -en ese momento- sitios web que apoyaban a Trump como The Drudge Report, plataformas libertarias como Antiwar.com y el Instituto Ron Paul, y una serie de medios más de izquierda como Truthout y The Black Agenda Report.
Aunque la lista de PropOrNot incluía muchos sitios web de noticias falsas, también representaba una lista negra de docenas de sitios críticos. Los hallazgos de PropOrNot fueron aclamados y difundidos en todo el mundo por los medios convencionales, ansiosos por ver censurados a sus rivales. La creciente presión ha llevado a Google y otras plataformas a cambiar radicalmente sus algoritmos para suprimir los medios alternativos.
Casi de la noche a la mañana, MintPress News perdió aproximadamente el 90 por cien de su tráfico de búsqueda en Google y más del 99 por cien de su alcance en Facebook. Sin embargo, los medios alternativos radicales no son los únicos que serán sancionados. Democracy Now vio caer su tráfico de búsqueda en Google un 36 por cien y The Intercept un 19 por cien. El director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, admitió en una entrevista que su plataforma limitó intencionalmente el tráfico al medio de comunicación liberal Mother Jones, explícitamente debido a su perspectiva ligeramente de centro izquierda.
Ahora sabemos que PropOrNot no era una organización neutral e independiente, sino que probablemente fue una creación de Michael Weiss, un dirigente del Consejo Atlántico, un grupo de expertos de la OTAN. Toda la histeria en torno a la interferencia de gobiernos (extranjeros) en las elecciones de 2016 fue iniciada por una organización propia cuasi gubernamental. Desde entonces las plataformas de redes sociales se han acercado cada vez más al estado de seguridad nacional de Estados Unidos. Cientos de ex agentes de la CIA, el FBI y el Departamento de Estado ahora ocupan puestos clave en Facebook, Google, TikTok y Twitter, lo que ayuda a dar forma a las políticas de contenido de esas empresas. Algunos funcionarios de USAID también han recurrido a las redes sociales. Mike Bradow, por ejemplo, dejó su puesto de subdirector de políticas de USAID en 2020 para convertirse en jefe de políticas de desinformación de Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp.
La meca de la desinformación: Estados Unidos
Las revelaciones sobre la manera en que una institución pública quiere promover un plan de censura tan radical son bastante alarmantes. Peor aún, la propia USAID tiene un largo historial de promoción de la desinformación para sostener los intereses estadounidenses. En 2021 la organización estuvo detrás de un intento de revolución de color (una revuelta proestadounidense) en Cuba. USAID ha interferido durante mucho tiempo en la política cubana, ideando innumerables planes, incluida la infiltración en la escena hip-hop del país y el intento de organizarla como una fuerza revolucionaria y antigubernamental. Once años antes, USAID creó en secreto una aplicación de redes sociales cubana llamada Zunzuneo. Ninguno de las decenas de miles de usuarios de la aplicación sabía que el gobierno de Estados Unidos la había diseñado y comercializado en secreto. La idea era crear un gran servicio que tomaría el control de Cuba y poco a poco comenzaría a alimentar a la población con propaganda de cambio de régimen y a dirigirla hacia manifestaciones y “turbas inteligentes” destinadas a derrocar al gobierno.
USAID también estuvo estrechamente involucrada en el golpe de estado de 2002 en Venezuela, que vio el derrocamiento temporal del presidente democráticamente elegido Hugo Chávez y su reemplazo por un dictador pro-estadounidense. Desde entonces, USAID ha intentado constantemente derrocar la democracia venezolana, incluida la financiación del autoproclamado presidente Juan Guaidó. La organización estuvo incluso en el centro de un asunto desastroso en 2019, en el que figuras respaldadas por Estados Unidos intentaron introducir camiones llenos de “ayuda” de la USAID en el país, solo para prender fuego al cargamento y culpar al gobierno. Pocos, en Venezuela o en el extranjero, han caído bajo el hechizo de sus actividades.
Amigos extraños y enemigos inquietantes
El informe centra su atención en los jugadores y videojuegos en línea y pide que se regulen del mismo modo que las plataformas de redes sociales. Los extremistas, señalan, pueden difundir información falsa en plataformas de juegos como Twitch, que permiten a los usuarios coordinarse para aumentar su número de seguidores y distribuir contenido a grandes sitios de redes sociales como Facebook y Twitter. “Tienen una influencia significativa las plataformas que se dirigen a públicos muy especializados y restringidos”, explican. También advierten que la sátira puede ser una fuente importante de desinformación. Si bien esto es potencialmente cierto, en la última década se han visto a notables satíricos que critican el poder y el status quo, como Lee Camp, expulsados de varias plataformas, lo que sugiere que ciertos tipos de sátira pueden enfadar a los censores mucho más que otros. Quizás casi tan preocupante como lo que USAID designa como áreas problemáticas que requieren regulación es lo que identifica como los “buenos” en la lucha contra las noticias falsas.
Uno de ellos es el Consejo Atlántico, el grupo de expertos financiado por el Departamento de Defensa que tiene no menos de siete ex ejecutivos de la CIA en su junta directiva. El Consejo Atlántico fue fundado como un proyecto derivado de la OTAN y todavía sirve como sede intelectual de la organización. Sin embargo, USAID los describe simplemente como una “organización no partidista que galvaniza la dirección y los compromisos de Estados Unidos en todo el mundo, con sus aliados y socios, para dar forma a soluciones a los desafíos mundiales”, y los elogia por su “defensa democrática contra la desinformación”.
Otros grupos identificados como cabeceros en la lucha contra la desinformación son Graphika y Bellingcat, otros dos grupos que afirman ser verificadores de datos independientes. Sin embargo, reciben financiación silenciosa del gobierno de Estados Unidos y sirven como portavoces en Washington, publicando informes que atacan a los enemigos oficiales y presentan a los países occidentales como cabeceros en la lucha contra la desinformación. Además, el informe menciona el Hamilton Dashboard 2.0 del Fondo Marshall Alemán como una herramienta útil, a pesar de que fue expuesto públicamente como inútil para identificar bots rusos y noticias falsas. Como revelaron los archivos, Yoel Roth, ex jefe de seguridad de X/Twitter, se quejó de que el Hamilton no detectaba los bots rusos y que todos los conservadores estadounidenses, canadienses o británicos probablemente serían etiquetados como tales. Roth calificó el Hamilton como una tontería.
Aunque el Hamilton resultó ineficaz para identificar verdaderas fuentes de noticias falsas, ciertamente proporcionó alguna forma de justificación intelectual para eliminar a un gran número de personas que cuestionaban el status quo del establishment en las redes sociales. Es un microcosmos de la industria más amplia de verificación de datos y lucha contra las noticias falsas en su conjunto. La confianza en los medios y las instituciones públicas, en general, se ha venido desmoronando durante décadas. Pero la respuesta de Washington no ha sido intentar recuperar el apoyo público. Por el contrario, intentó eliminar cualquier idea o medio de comunicación alternativo para mantener su poder. Publicar este informe en el dominio público y revelar la manera en que la USAID entiende la desinformación y quiere abordarla es poco probable que ayude a restaurar la confianza pública en el gobierno. De hecho, está claro por qué no querían que esto se publicara en primer lugar.
Alan Mc Leod https://mintpressnews.fr/usaid-disinformation-primer-global-censorship-name-of-democracy/287075/
El plan de Estados Unidos para sostener la ideología dominante