Según los datos de más de 160 años de observaciones, la Estrella Polar, que durante siglos sirvió como un faro celeste para los navegadores, se está achicando. Cada año la estrella pierde una masa equivalente a la de la Tierra.
Para ‘pesar’ la estrella, el astrofísico Hilding Neilson de la Universidad de Bonn, Alemania, y sus colegas basaron sus cálculos en el pulso del astro. La Estrella Polar se hace un poco más opaca o brillante durante un ciclo de unos cuatro días.
Como otros astros, la Estrella Polar está formada por el gas que rodea su núcleo donde se libra la síntesis nuclear, explica la revista Science Now. Cuando la gravedad atrae el gas externo hacia dentro, la estrella se hace con una capa no transparente por debajo de su superficie, y como resultado la brillantez del cuerpo celeste disminuye. Cuando por debajo de esta capa se acumula la radiación, esta empuja la capa opaca, recalentándola y haciendo que se ensanche, hasta que esta llega a volver a ser transparente. La estrella se hace más grande y más brillante, hasta que las capas exteriores de nuevo sean atraídas hacia el núcleo.
Sin embargo, esta pulsación no es constante. En 1844 el ciclo fue unos 12 minutos más lento que hoy en día. El astrónomo David Turner, de la Universidad de Santa Maria (Canadá), junto con sus colegas revisaron toda la historia de las mediciones del pulso estelar hasta 2004. Hilding Neilson y su equipo agregaron los datos de la década pasada. Resultó que la pulsación de la Estrella Polar cada año disminuye unos 4,5 segundos.
Estos datos permiten suponer que la estructura de la estrella va cambiando. Si se admite la suposición de que la Estrella Polar es un astro bastante viejo y ya en su núcleo trancurren los procesos de conversión del helio en elementos más pesados, entonces su pulso disminuye más rápidamente de lo que predice el modelo estándar de la evolución de las estrellas. Los científicos explican este fenómeno precisamente por la pérdida de masa, algo que, según la hipótesis, pasa cuando la radiación acumulada bajo la capa opaca se libera.
Hilding Neilson y sus colegas parten de la suposición de que las capas de la Estrella Polar se mueven asíncronamente: cuando las capas externas ‘se hunden’, las capas internas ‘salen’. A su vez, David Turner cree que las capas se mueven en la misma dirección, y se puede suponer que la estrella, por el contrario, se encuentra en un estado temprano de su evolución, y todavía no quema el helio, sino que se prepara para convertirse en una gigante roja en el momento en el que se le agote el ‘combustible’ de hidrógeno.
La distancia a la Estrella Polar podría resolver la incertidumbre. Una pulsación del brillo más compleja significaría que el astro es más brillante y está alejada de la Tierra a 425 años luz; si esta es más simple, está a unos 325 años luz. Los astrónomos todavía no disponen de los datos precisos.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/cosmos/issue_35523.html
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