Una colaboración de JULIO CRUZ GARCIA
Evidencias en la ciudad de Jaén de la Mesa de Salomón o Trono de Balkis, la reina de Saba.
Pasemos ahora a ver algunas de las evidencias descubiertas sobre la ciudad de Jaén.
Fragmento de Los Cuadernos de Jana
La primera evidencia
Había identificado en el paisaje de Jaén un zodiaco terrestre, incluso podía localizar cada uno de sus signos en sus accidentes geográficos. Había, además, a través del orden oculto del Tarot, identificado cada una de los arcanos-letras que le correspondían, con lo cual se abría la posibilidad de utilizarlos con fines terapéuticos o iniciáticos (tal y como se expondrá en el último capítulo), pero, siguiendo el rastro de mi intuición primera (que la Mesa de Salomón, construida a imagen del Trono de Balkis, la reina de Saba, estaba inscrita en el paisaje de Jaén) no contaba, sin embargo, con ninguna evidencia. Aquí se trataba de transportar el zodiaco terrestre (circular) a un cuadrado, cuya referencia sí había identificado ya sirviéndome de la figura del Pectoral del Nombre del Poder judío. En definitiva, se trataba de la cuadratura del círculo, operación geométrica que estaba en la base de la geometría sagrada y que representa la concreción de las medidas del cielo en la tierra.
La primera evidencia que se me reveló fue la existencia de la proporción áurea entre las distancias, en línea recta, que hay entre las torres de las iglesias de San Ildefonso, San Juan y La Magdalena. El sistema de medición de que disponía no era muy perfecto pero sí lo suficiente como para comprobar lo siguiente:
San Ildefonso <–> San Juan = 636 metros
San Juan <–> La Magdalena = 394 metros
636: 394 = 1,618320610687022900763358778626
Número de oro o proporción áurea:http://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%BAmero_%C3%A1ureo
Cuando lo descubrí toda una serie de asociaciones acudieron a mi mente. La primera fue la suposición de que quizá este alineamiento estaba marcando la línea que une la salida del sol en el solsticio de invierno y su puesta en el solsticio de verano. Recordé la leyenda del lagarto de la Malena o Magdalena
Enlaces: http://www.yayyan.com/yayyan/leyendas/lagarto.htm
http://www.lacasadelarbol.es/4Lagarto.pdf
¿Por qué en todas sus versiones el lagarto venía a “reventar” a San Ildefonso? La evidencia de una línea recta que unía dos de los lugares presentes en la leyenda y pasaba por San Juan, santo que se celebra precisamente en el solsticio de verano y es la translación del Jano romano, el dios de las puertas, podría querer decir algo. Volveremos sobre ello más adelante pues los dos Juanes de la tradición cristiana y Jano, el dios de las dos caras, tiene mucho que ver con Jaén, su nombre y sus invisibles moradores, los jinas. Comprobé si era posible que marcara la línea de los solsticios midiendo el ángulo que formaba con el eje norte-sur. El ángulo medía 55º, que bien podía ser el ángulo aproximado de la puesta del sol en el solsticio, tal y como comprobé en el plano del círculo de piedras de Calstlerigg que Paul Devereux incluye en su libro La memoria de la Tierra. Sería preciso, no obstante, comprobarlo en su momento y en el sitio. Pero todo cuadraba, tenía sentido: comprendí el significado último de la leyenda.
Recordemos que el lagarto viene a “reventar” a San Ildefonso atraído por los panes que le arroja el pastor, es decir, viene desde su cueva en la Magdalena, punto que señala la puesta del sol en el solsticio de verano y que representa el lugar por donde el sol entra en su Casa Nocturna, hasta San Ildefonso, punto que marca la salida del sol en el solsticio de invierno, lugar donde el sol en su ciclo anual muere y renace. Más adelante veremos el significado astronómico de los panes y del cordero, nos bastará por ahora con entender que el dragón o lagarto de los orígenes, representación del Caos primigenio, que habita en las raíces del Árbol Cósmico y protege los tesoros de la Cueva o Cava de la Sabiduría, identificada como la Casa Nocturna del Sol, es arrastrado fuera de su guarida, es decir, abandona el paro solar o solsticio y viene a morir en su lado opuesto, el solsticio de invierno.
Tenía su lógica y más si la relación entre las distancias era el número áureo, pues, eso significaba que el dios sol se manifestaba en la tierra (solsticio de verano: distancia entre San Juan y La Magdalena) por las medidas del cielo (solsticio de invierno: distancia entre San Juan y San Ildefonso), que es cuando precisamente reventaba. Exactamente, como en el mito de Marduk, quien con los despojos del monstruo Tiamat construyó el mundo, es decir, la ciudad.
Seguí midiendo sobre el plano y las distancias parecían indicar que no se trataba de una casualidad, pues, se repetía la relación del número de oro entre los rectángulos que iban formándose entre San Juan, La Magdalena y la antigua iglesia de San Miguel (hoy desaparecida) y su prolongación en la puerta de la muralla conocida con el nombre de El Aceituno; entre La Magdalena y la Puerta de Martos… Las medidas, en un plano a escala 1: 7.000 eran además significativas por pertenecer a la serie de Fibonacci.http://es.wikipedia.org/wiki/Sucesi%C3%B3n_de_Fibonacci
Si era cierta la suposición a que me llevaban los numerosos indicios y en este lugar existió un observatorio astronómico megalítico, en el cual tres monolitos rematados por tres esferas (recuérdese: las tres manzanas de oro del Jardín de las Hespérides) señalaban las posiciones del sol en su ocaso del solsticio de verano y las de la luna en sus posiciones extremas en el horizonte (“paro mayor y menor”, según la terminología que emplea Paul Devereux), debería haber alguna evidencia. Y ciertamente encontré algunas: la existencia de un convento llamado de Santa Trinidad, en la actual calle del mismo nombre, en las cercanías de La Magdalena, fue una. Como recuerdo, quizá, de aquel monumento prehistórico. La ubicación de los dos primeros monolitos estaba, pues, clara: uno, que señalaba el solsticio de verano, en La Magdalena; otro, la posición más septentrional de puesta de la luna, en San Miguel. Además la situación de este era coherente con su significado: El ángel alanceando al dragón del Caos, identificado con el norte, y también presente en el relieve de la puerta norte de la fachada de la Catedral, así como en la Puerta del Ángel, en el lado opuesto. Su significado estaba claro, el ángel o héroe solar al entrar en su Casa Nocturna mantiene una batalla con el monstruo del Caos en las raíces del Árbol cósmico.
Pero, dónde estaba el tercer monolito. El correspondiente vértice del rectángulo áureo señalaba el final de la empinada calle Peñuelas. Un promontorio que como su nombre indica estaba coronado por unas “peñas”, posiblemente, un menhir. Este punto no estaba ocupado por ningún monumento antiguo, aunque hubo cerca un convento llamado de la Concepción. Lo cual cuadra con su significado, ya que este monolito marcaba el punto de paro menor de la luna, momento en que el sol entra en la casa de la luna, su Casa Nocturna. Es decir, se encuentra con la esposa y madre y concibe al hijo.Teníamos, pues, localizados los tres monolitos que marcaban la puerta de entrada al Palacio Nocturno del sol, en la línea delFinis Terrae, hacia Santiago de Compostela.
Segunda evidencia
El número de oro está también presente en las medidas de la Catedral y estas guardan una relación proporcional con el conjunto de la ciudad antigua. La actual catedral renacentista se construyó sobre otra gótica, cuyas medidas eran ya las de la divina proporción. Según el Deán Mazas esta tenía 185 pies de longitud y 116 pies de ancho, que divididos entre sí nos da, con una diferencia de 0,02, el número de oro.No pretendo avasallar al lector con un maremoto de cifras. Estas se encuentran en cualquier plano levantado a escala y cualquiera puede con una simple división entre la parte mayor y la menor obtener el número áureo. Lo que nos interesa es describir el conjunto y ver qué lugar ocupa la Catedral en este.
La segunda evidencia vino al comprobar que al unirse en línea recta la Torre de las Campanas de la Catedral con la de San Ildefonso esta línea iba a coincidir exactamente con la Puerta del Ángel, por un lado, y por el otro, con la Puerta de Granada, pasando por la Merced. En este último caso me confundía el hecho de que no coincidiera con la torre de la Iglesia. Después supe que la construcción de esta iglesia era relativamente tardía (siglo XVIII) cuando el significado del antiguo santuario estaba ya debilitado, por lo que su construcción fue meramente funcional, no simbólica. Sea como fuere, de lo que no había duda era de la exactitud de los otros puntos.
Luego, comprobé que, en realidad, esta línea tenía que pasar por un extremo de la Catedral en lugar de por la Torre de las Campanas. Ahorro al lector, para no aburrirlo, muchos pasos intermedios en los cálculos y describo sólo los resultados finales. Existen además muchos más indicios y alguna que otra evidencia que paso por alto para no abrumar al lector, las cuales expondré en su momento. Ahora me interesa resaltar que el templo principal de la ciudad, su Catedral, ocupa el centro de todo el sistema. Esta está construida según las medidas de la proporción áurea que se transportan a la ciudad por medio de algunos hitos significativos. En su origen, piedras verticales que señalaban los acontecimientos astronómicos que regían la vida y la cosmovisión de quienes lo construyeron. Las sucesivas culturas que aquí se instalaron sustituyeron los menhires y santuarios asociados a ellos por iglesias y torres, pero perduró su significado, cambiando los antiguos dioses y símbolos por otros correspondientes de análogo significado. Este proceso, como se ha dicho, no es exclusivo del cristianismo, sino de toda civilización antigua. Lo que a nosotros no queda es un mosaico incompleto pero suficiente para ir desvelando el santuario antiguo.
Quedan aún muchas cosas por comprender de su profundo significado, por lo que será necesario que vayamos ordenadamente exponiendo cada una de las partes que explicarán en su momento los detalles.
Tenía así una nueva línea de referencia. Teniendo en cuenta que la distancia entre los lugares mencionados debía de ser la misma, estos puntos resultaron ser los siguientes: un punto de la calle Santuario en línea con la Puerta de Granada, La Merced, un punto del lado noroeste de la Catedral en línea con el altar mayor, la torre de San Ildefonso y el ángulo final del Convento de las Bernardas, prolongación de la Puerta del Ángel. Ahora se trataba de ver qué relación guardaba con la primera línea en el lado opuesto, cuyos puntos de referencia eran Puerta de Granada, Puerta de Martos, Puerta del Ángel y… un punto donde no existía ni había existido ningún monumento al menos por mí conocido: la confluencia entre la calle Virgen de la Cabeza y el Paseo de la Estación. Tracé las dos líneas paralelas sobre el plano y cerré el rectángulo resultante. Interiormente quedaban claramente definidos otros rectángulos definidos por los vértices de San Juan, San Miguel, La Magdalena y Peñuelas, Puerta de Martos, Puerta del Aceituno, de un lado y, de otro, por los mencionados más arriba. El resultado fue sorprendente: los rectángulos interiores así como el rectángulo total guardaban entre sus lados también la proporción áurea.
Íbamos teniendo, así, que el Jaén antiguo estaba contenido en una “mesa” rectangular cuya proporción entre sus lados era la proporción áurea y su división en sucesivos rectángulos guardaban también dicha proporción. Su forma real, la que estaba contenida por sus murallas, semejaba un dragón, con la cabeza en la Plaza de Santa María y la cola en la Magdalena, con un cuerno hacia la antigua Puerta de Noguera y unas alas delimitadas por el recinto amurallado de San Ildefonso. Tal y como se representa en el escudo del cabildo de la Catedral
http://www.diocesisjaen.org/03_CATEDRAL/01_Catedral_Notas.htm Se trataba del dragón o serpiente primordial enroscada en el Árbol Cósmico que atraviesa la ciudad.
Tercera evidencia
Hacía tiempo que sabía que el árbol cósmico que atraviesa la ciudad de Jaén tenía su copa en la parte alta del paisaje, por lo que el supuesto árbol serfirótico, del que habla Eslava Galán en El enigma de la Mesa de Salomón, no estaría en realidad en la dirección que él señala, sino al contrario. Tenía, además, un indicio que así lo indicaba. Se trata de la plaza de la Corona en el barrio de San Félix, un promontorio, unas antiguas eras, que no puede ser hoy identificado como tal pues el barranco de la Alcantarilla, que lo delimitaba, fue rellenado en los años 70 para la construcción de la carretera de Circunvalación.
Pero, lo que yo buscaba era el remate superior de la Mesa, construido a imagen del Trono de Balkis, que tendría como todo trono un respaldo. La Mesa no era pues totalmente rectangular ni cuadrada, sino que estaba compuesta por un rectángulo rematado en uno de sus lados por un triángulo, que representaba el lado superior celeste, la corona. En su vértice debían confluir, por tanto, todas las líneas de la Mesa. Lo dibujé sobre el plano y medí. Lo primero que resultaba de las medidas era la siguiente proporción: tomando como unidad la mitad de la medida resultante entre La Catedral y San Ildefonso que era la misma que entre la Catedral y La Merced y la misma que entre San Juan y San Miguel, ect. y, por lo tanto, el lado de los cuadrados en que podíamos dividir la Mesa, teníamos, exactamente, desde el vértice del triángulo en la corona a la base, 11 partes. De las cuales 3 correspondían al triángulo y 8 al cuadrado. Pero algo no cuadraba. Lo que yo buscaba era la inscripción en la ciudad del Pectoral del Nombre del Poder, la figura por la que había descubierto las relaciones entre los veintidós arcanos del Tarot, los signos del zodiaco y las letras del alfabeto sagrado y suponía esquema de la Mesa de Salomón. Además, seguían quedando hitos muy significativos en la ciudad y en su historia, como el Arco, antigua iglesia, de San Lorenzo, el Palacio del Condestable Iranzo, la iglesia de San Bartolomé, San Andrés, etc. que no estaban explicados según el actual trazado. Volví a las figuras geométricas y a los números. En ellos estaba escondido sin duda el secreto… y la respuesta. Tracé una paralela a las dos líneas extremas del cuadrado que pasaba por el Arco de San Lorenzo, y que recorría además uno de los extremos del Palacio del Condestable, del que hablaremos en su momento porque estuvo en el secreto, e iba a dar en el cerrillo de la ermita del Calvario. Y medí. Comprobé asombrado que efectivamente se trataba de la base del triángulo que coronaba el rectángulo de 12 cuadrados y cuyo vértice se encontraba en la Corona del barrio de San Félix. Además, la línea desde San Ildefonso hasta San Lorenzo marcaba el punto del equinoccio, ya que forma un ángulo de 90 grados con respecto a eje norte-sur. San Bartolomé, en el eje central que atraviesa el altar mayor de la Catedral une en línea recta San Ildefonso y Peñuelas. San Andrés y el barrio que lo rodea, el antiguo barrio judío con nombres de calles tan significativos como el de la Santa Cruz o del Rostro venían a ocupar el centro de la mesa. Hablaremos más delante de su significado último.
Ante mí apareció la Mesa completa dibujada sobre el plano de Jaén y un sin fin de asociaciones que explicaban nombres, imágenes, símbolos, mitos… Tenía situados, pues, cada uno de sus hitos, ahora era necesario ver si coincidían con el orden de las letras y arcanos por mí descubierto en el orden oculto del Tarot y sus correspondientes significados.
Cuarta evidencia y final
Acabaré este capítulo refiriéndome al significado que tiene la desviación de 23 grados de la planta de la Catedral con respecto al eje norte-sur. La cosa no estaba demasiado clara al principio de la investigación. Varias dudas surgían al respecto. Se trataba sin duda del eje principal de todo el sistema, del árbol cósmico que lo atraviesa, pero porqué no seguía el eje norte-sur, como era previsible según el significado dado a cada uno de los puntos cardinales en la ciencia antigua. Un día, después de los numerosos cálculos de líneas y ángulos, y la lectura de libros de astronomía, sin buscarlo, se desveló el misterio, su último significado simbólico, por algo que ya sabía pero no había tenido en cuenta: 23 son los grados de la eclíptica o banda zodiacal que marca el recorrido del sol por el firmamento. 55 son, como dijimos, los grados del ángulo de los solsticios con respecto al mismo eje. Esta cifra como se verá después es harto significativa en el I Ching y en el esquema numérico resultante del Modelo Originario de las Artes y Ciencias Antiguas representado en el orden oculto del Tarot. Todo lo cual me llevó a conocer el significado de la cenefa gótica del Obispo Suárez.
http://www.yayyan.com/yayyan/arte/monum-221-arte-02.htm
En definitiva, se trataba de una representación esquemática y cifrada del Árbol Cósmico que viniendo de Sierra Nevada-Granada, el lugar más alto y, por tanto, más cercano al cielo, el lugar por donde descendía el dios solar en su orto del solsticio de invierno a la tierra, atravesando la ciudad en dirección al Finis Terrae, a Santiago de Compostela, su Casa Nocturna, donde se encuentra con su esposa. De ahí que la iglesia de María Magdalena se halle en el otro extremo de la ciudad marcando el punto del ocaso del sol en el solsticio de verano.
Plano de la Mesa o Trono de Balkis
Los tres monolitos del santuario, sector de Leo, se correspondían con los tres aspectos de la Diosa Madre. El de la Virgen estaba situado en la calle Concepción Vieja, final de Peñuelas. El de la Esposa en la actual iglesia de la Magdalena. El de la viuda en la desaparecida iglesia de San Miguel. A partir de este último el terreno desciende bruscamente hacia el sector de Cáncer, relacionado con el valle profundo, el agua, donde se encontraba el poblado (hoy Marroquíes Bajos). Su figura coincide con Y del signo Leo, más I del signo Virgo, la pata de oca símbolo iniciático relacionado con el culto a la Diosa Madre. Lugar donde se encontraba el dios Sol, con la diosa Luna.
Se aclaraba también porqué la catedral de Jaén está bajo la advocación de la Virgen de la Asunción. Esta se encuentra representada en su puerta Este, mientras en su puerta Oeste está representada la Virgen de la Concepción, lo que significa que la Madre de Dios asciende al Cielo a través del Árbol Cósmico por oriente hacia la salida del sol en su solsticio de invierno (lugar más alto del paisaje y por lo tanto más cercano al cielo) y hace descender, concibe, al dios solar en el Oeste (lugar de la puesta del sol en el solsticio de verano). Lo cual se corresponde con los signos del sector del zodiaco terrestre donde se halla la ciudad de Jaén y su montaña sagrada (Virgo-Leo).
En la simbolización del paisaje Jabalcuz es el cuerpo del escorpión o en otras versiones dragón o lagarto primordial que habita en las raíces del Árbol Cósmico, el lugar donde se pone el sol, sus pinzas son el signo de Libra (según la antigua visión que relata George de Villefranche) son La Peña y la parte posterior del cerro de Santa Catalina
http://eljaina.wordpress.com/2007/05/22/el-enigma-desvelado/
He descubierto recientemente «El enigma desvelado» y me ha parecido que ofrece un contenido extraordinariamente interesante y ambicioso. Gracias por este trabajo y un saludo.
Aprovecho para pedirles la sustitución del enlace roto de «lacasadelarbol» citado en la presente página (https://selenitaconsciente.com/?p=37926), por la siguiente URL:
http://www.lacasadelarbol.es/4Lagarto.pdf