El programa original de la embarcación consistía en realizar tres exploraciones petroleras en el mar de Chukchi en la costa de Alaska, pero fue impedido de zarpar a través de un bloqueo realizado en el puerto de Taranaki para su viaje de 6000 millas náuticas por activistas del equipo de Greenpeace en Nueva Zelanda. Ellos abordaron el barco, de nombre “Noble Discoverer” y escalaron la torre de perforación del mismo equipados con suplementos y comida para estar allí por días. En el grupo de activistas, por cierto, está acompañado por Lucy Lawless, conocida por su protagónico en “Xena, La Princesa Guerrera” para asegurarnos que los medios no se mantengan al margen.
Nuestro compañero Campañista de Cambio Climático en Nueva Zelanda, Nathan Argent, señaló que “hemos realizado esta acción para impedir a Shell que pueda perforar el Ártico, donde un derrame de petróleo como resultado de estas maniobras pondría en grave peligro el frágil ecosistema y resultaría imposible de limpiar. Shell debe mantener el barco en puerto”. De lo contrario estamos hablando de arriesgar una catástrofe en Alaska peor que la que tuvo la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México el año 2010.
Lo que ocurre es que Shell es la primera compañía petrolera importante que realiza exploraciones en la zona. Si encuentran petróleo durante los próximos meses, se disparará una suerte de fiebre del oro por el petróleo ártico. Y nos preocupa muy especialmente que el Plan de Respuesta frente a Derrames que Shell presentara sólo tenga estudios teóricos que los respalden, y ninguna prueba empírica concreta. Por el contrario las condiciones extremas del clima y lo remoto de la localización suponen desafíos sin precedentes que hacen de la contención de un derrame una tarea imposible de contención y limpieza. Incluso expertos han señalado que no existen alternativas viables reales hoy para trabajar en dichas zonas si ocurriera un accidente.
Puesto en la balanza el riesgo no tiene sentido: El total estimado de disponibilidad de petróleo de Ártico sólo satisface la demanda actual del líquido por tres años, pero contribuiría de forma significativa a las emisiones de carbón y agrega un importante riesgo a los ecosistemas locales. Numerosos reportes muestras que a través de la implementación de medidas de eficiencia energética y producción de energía limpia, las necesidades globales de energía no requieren que el Ártico sea invadido de esta forma. Las propuestas que hemos elaborado a escala global para fortalecer fuentes limpias, aumentar la eficiencia energética y avanzar en una transcisión que deje atrás los combustibles fósiles es una alternativa real.
Hoy te necesitamos y con urgencia. Apóyanos en pedirle a Shell que no destruya el ártico con sus acciones desde este enlace. Fuera de Chile usa greenpeace.org/savethearctic. Si sólo miles nos ayudan no será suficiente. Necesitamos millones, así que colabora en difundir la página en tus redes, Facebook y Twitter. Te lo vamos a agradecer.
Fuente:http://www.veoverde.com