ABIYÁN, Costa de Marfil, feb (IPS) – Organizaciones ambientalistas de Costa de Marfil denuncian que la tala ilegal de madera de la especie Pterocarpus erinaceus lleva a la desertificación de la región norteña y reclaman a las autoridades medidas más firmes contra los responsables, entre los que hay funcionarios del Estado.El alerta siguió a un escándalo por la incautación de 30 contenedores con madera en los dos principales puertos del país, el de San Pedro y el de Abiyán, que salpicó al Ministerio de Agua y Bosques.
El director del Ministerio, Yamani Soro, y su asistente ejecutivo, Maméry Koné, Estuvieron implicados en la operación. Ambos fueron señalados por los responsables del embarque como las personas que facilitaron el transporte de la madera del norte al sur del país.
Soro fue separado del cargo y Koné fue detenido, pero liberado por falta de pruebas. Fuentes cercanas a este último dijeron que fue liberado porque las pruebas en su contra eran contradictorias, es decir que no había cometido ninguna falta.
La policía también interrogó y acusó al capitán Vassiriki Koné, responsable de la inspección de la madera en bruto de San Pedro.
El Pterocarpus erinaceus, que se conoce en el ámbito local como vène, es un componente importante de los bosques que limitan con la sabana de Costa de Marfil, y otras zonas de África occidental.
«Vène representa más de 80 por ciento de la cobertura forestal al norte del paralelo ocho. Es la vegetación que está en las puertas del desierto. Si se destruye, toda la zona quedará expuesta a la sequía y al hambre», alertó Jacob N’Zi, secretario ejecutivo del Grupo Ecológico de Costa de Marfil, con sede en Abiyán.
Desde hace mucho está prohibido cazar en los bosques del norte, así como exportar madera en bruto, a fin de preservar el equilibrio del ecosistema. Pero varios comerciantes, con la complicidad de funcionarios del Ministerio de Agua y Bosques, violan la norma, según N’Zi.
El árbol alcanza una altura de entre 10 y 12 metros y está cubierto con flores de un vívido color amarillo en la estación seca. Sus hojas y sus frutos, con forma de diente de ajo, son un nutritivo alimento para animales, mientras las hojas y la corteza se usan con varios fines medicinales.
También produce una savia roja utilizada como colorante para tela y que también sirve para fijar el nitrógeno, que cuando regresa a la tierra mejora la presencia de nutrientes en suelos pobres.
La especie, que se ha vuelto rara según los científicos, también se utiliza como combustible porque da un carbón de alta calidad.
«En el norte de Costa de Marfil, en peligro de desertificación, la población depende de sus cultivos y del pastoreo para vivir. Si pierden recursos que son clave para su subsistencia, las consecuencias serán dramáticas», dijo a IPS el agrónomo Souleymane Camara, residente de la noroccidental ciudad de Séguéla.
«Un metro cúbico cuesta unos 330.000 francos CFA (equivalente a 600 dólares) en Abiyán y se vende a unos 700.000 francos CFA (1.400 dólares) en países como China», indicó N’Zi.
De las 16 millones de hectáreas boscosas que tenía Costa de Marfil en los años 60, solo quedaban tres millones en 2010, debido a varias décadas de la generalizada tala anárquica, según el Ministerio.
A la luz de los beneficios que genera el comercio ilegal y la continua destrucción de los bosques, los ambientalistas no quedaron satisfechos con la gestión del último escándalo que involucró a funcionarios de la secretaría.
«Las decisiones que se tomaron están lejos de tranquilizarnos», indicó Blaise Gnakala, activista ecologista de Abiyán. «El asunto se atendió a la ligera. La madera confiscada pronto se venderá sin que la verdad salga a la luz», añadió.
«Hay una cadena de responsabilidades y, para nosotros, era la oportunidad de mandar un fuerte mensaje a los que saquean las selvas marfileñas, pero la dejaron pasar», apuntó.
Por su parte, el ministro de Agua y Bosques, Clément Nabo, señaló que se investigará a fondo lo sucedido. La madera confiscada se subastará y lo recaudado regresará al Estado, informó la secretaría.
«Si se permite que el escándalo se disipe se abre el camino a que se sigan diezmando las especies raras de árboles de nuestros bosques», añadió Gnakala.
En 2007, varias organizaciones ambientalistas pidieron al gobierno participar en la gestión de los bosques para prevenir la explotación abusiva. Pero se quejaron de no haber recibido respuesta, al parecer a causa de las distintas crisis que asolaron al país y la lenta preparación para las elecciones presidenciales, realizadas a fines de 2010.
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