El conflicto sirio va dejando vacío el mercado negro de armas delLíbano, según cuentan los propios contrabandistas entrevistados por la prensa occidental. A pesar de recibir el apoyo político de varios gobiernos extranjeros, los rebeldes lamentan que un añodespués del comienzo de los enfrentamientos, les falte armamento.
Durante meses los compradores de armas buscaron armamento para los combatientes sirios en el Líbano, pero según iba creciendo la demanda, caía la oferta del mercado negro. Cuando en Siria empezaron las protestas contra el régimen del presidente Bashar al Assad, “un RPG [un lanzacohetes] costaba 300 dólares, ahora se vende por 800 dólares y casi no se puede encontrar. El mercado negro libanés se ha agotado”, dijo a Los Angeles Times Abu Ismail, un contrabandista de Homs, que ha pedido cambiar su nombre por razones de seguridad.
Aunque el mercado libanés es el más común, una parte del armamento también llega a las manos de los rebeldes desde Turquía, Irak y Jordania. De hecho, algunos expertos y políticos internacionales creen que en el suministro de armamento a la oposición siria están implicados, aunque sea indirectamente, gobiernos extranjeros como el de EE. UU. e Israel. Además, recientemente Arabia Saudita expresó, como ya hizo Qatar, su disposición a «hacer todo lo necesario para ayudar a los opositores», incluyendo «entregarles armas”.
Los rebeldes solo quieren más armas
Mientras la comunidad internacional está barajando todas las variantes posibles para encontrar una salida al conflicto sirio, que ya ha provocado más de 8.000 muertos, algunos milicianos entrevistados confiesan que lo único que necesitan son más armas.
“No queremos intervención ni corredores humanitarios. Lo único que pedimos son armas para poder proteger a la gente”, asegura Abu Sleiman, líder del grupo rebelde Mártires de Tal Kalakh, de la provincia de Homs. “No nos importa de dónde provengan las armas”, añade.
No se conocen todas las fuentes de la financiación que los opositores del régimen reciben, pero algunos confirman que un gran número de sus compatriotas en el extranjero donaron dinero creyendo acercar así el fin del conflicto, según dice Amr al Azm, un activista del Consejo Nacional Sirio. Cuentan, por ejemplo, que el mes pasado, los líderes de la oposición recibieron 100.000 dólares de un empresario sirio residente en Turquía.
Otra prueba de que la militarización de la oposición parece ser un asunto importante para los rebeldes es la creación del Consejo Militar, anunciada por el Ejército Sirio de Liberación (compuesto por desertores sirios y combatientes extranjeros). Su objetivo será precisamente consolidar la fuerza militar de todos los grupos armados antigubernamentales y garantizar su eficacia en una situación muy compleja.
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