El antepasado de los ordenadores y lo que es hasta ahora la calculadora científica más compleja de la Antigüedad está ahora expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas con el resto de las piezas que viajaban en un barco que se dirigía hacia Roma entre el 50 y 40 a.C.: Se trata del denominado “Mecanismo de Anticitera”, porque fue encontrado hundido cerca de dicha isla (entre las islas de Citera y Creta) en el mar Egeo.
El naufragio del barco donde se encontraba el mecanismo fue descubierto por casualidad en 1.900 por un pescador de esponjas a 42 metros de profundidad. Entre 1,900 y 1,901 se efectuaron trabajos para su rescate del fondo del mar, ya que se hundió cargado de obras de arte (desde estatuas hasta joyas, piezas de cristal y mármoles esculpidos de los siglos IV – I a.C.). Pero también en una segunda fase en 1.976 con la ayuda del comandante Jacques Yves Cousteau y su legendario barco Calypso.
32 ruedas dentadas
En 1.901, el arqueólogo griego Valerios Staïs, que estudiaba los objetos rescatados, observó que un trozo de lo que parecía roca de dicho naufragio “mostraba un engranaje parecido al de los relojes”. Un examen técnico mostró que se trataba de un complejo mecanismo corroído.
Desde entonces, científicos del mundo entero han estudiado este mecanismo, demostrando que los 82 fragmentos recuperados tienen mas de 30 ruedas y engranajes de bronce dentro de una caja de madera. Su utilización: cálculos matemáticos, astronómicos y mecánicos diseñados en el siglo I a.C.
Sol, luna, eclipses, olimpiadas…
Los investigadores del denominado «Proyecto de Investigación del Mecanismo de Anticitera» afirman que reproduce el movimiento de la luna en el cielo y sus fases durante un mes entero, predice los eclipses, cuenta el tiempo y es de hecho un calendario infinito. En la época fue utilizado para observaciones astronómicas y para la enseñanza de matemáticos y astrólogos.
Y curiosamente, tras los últimos estudios exhaustivos del proyecto con un software especial se han descubierto más inscripciones, llegando a la conclusión de que también podía calcular las fechas de los juegos olímpicos de la época (cada 4 años en distintos puntos de Grecia, siendo los más conocidos los de Olimpia) y varios textos con los nombres de planetas, del zodiaco… y la palabra ISPANIA, la referencia más antigua sobre España del mundo clásico.
Uno de los patrocinadores de esta exposición, “El naufragio de Anticitera: El Barco, el Tesoro, el Mecanismo” (abierta hasta el 28 de abril), es la compañía relojera suiza Hublot, que ha presentado una reconstrucción moderna exacta del mecanismo. Asimismo se exponen otros 377 objetos del naufragio, incluyendo esculturas como el denominado Efebo de Anticitera, joyas, vasijas y objetos de cristal, muchos nunca expuestos al público hasta ahora.
La máquina de un genio
El mecanismo es un portento tecnológico de la antigüedad.
Creado entre el 150 y 100 a.C.
Dimensiones: 33 cm altura, 17 cm ancho, 9 cm de fondo
Textos e inscripciones de más de 2.000 caracteres
Calcula la posición del sol, de la luna y de varios planetas.
Anticipa eclipses.
Calcula fechas ( juegos de Olimpia, Corinto, Delfos, Nemea, Dodoni)
Es un instrumento de navegación.
Es el antepasado del astrolabio, del «planetarium» y del ordenador.
Fabricado en bronce con más de 30 engranajes
El mecanismo de Anticitera se expone en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas