En el año 2010, Francia provocó numerosas críticas cuando apresó a cientos de inmigrantes gitanos que vivían en campamentos ilegales y los envió de regreso a Rumania y Bulgaria.

Las autoridades francesas evacuaron el jueves a varios cientos de gitanos que vivían en campamentos en el norte del país, haciendo temer un retorno a las controvertidas políticas aplicadas durante la presidencia del conservador Nicolas Sarkozy.

Estas evacuaciones, acompañadas por expulsiones de gitanos hacia Rumania por avión, tienen lugar después de que el ministro del Interior del presidente socialista François Hollande, Manuel Valls, manifestó su preocupación por el incremento de los campamentos de gitanos en varias ciudades.

En el año 2010, Francia provocó numerosas críticas cuando apresó a cientos de inmigrantes gitanos que vivían en campamentos ilegales y los envió de regreso a Rumania y Bulgaria, después de que el presidente de derecha Sarkozy anunciara una operación al respecto.

«Para nosotros es inconcebible que la gente sea expulsada sin ser informada a dónde puede ir. Nosotros esperábamos algo mejor después de las palabras del presidente Hollande», dijo Roseline Tiset, de la Liga de los Derechos Humanos.

Tiset dijo que durante la campaña presidencial, a principios de este año, Hollande escribió a grupos defensores de los derechos de los gitanos afirmando que durante su gobierno, «cuando un campamento insalubre es desmantelado, se ofrecen alternativas».

El padre Arthur, un sacerdote que defiende los derechos de los gitanos y que quería bautizar a seis niños gitanos el jueves por la tarde, dijo que se sentía «decepcionado».

Mientras tanto, las autoridades francesas se disponían a enviar a unos 240 gitanos de regreso a Rumania en un vuelo desde la ciudad de Lyon (sudeste), en la mayor expulsión de ese tipo desde que Hollande asumió la presidencia, en mayo pasado.