En su conocido tratado sobre el Estado, Platón afirmaba que la corrupción de la democracia llevaría a la instauración de un régimen personal en el que el tirano se presentaba como el salvador del pueblo. Al tener suficiente apoyo, se hubiera deshecho de todos sus sostenedores para quedarse con el poder absoluto. En muchos casos, durante el curso de la historia, se ha producido semejante coincidencia, y sinceramente me temo que Grecia sigua el mismo camino.
Esta semana se ha concluido con un verdadero boletín de guerra. Amanecer Dorado sigue sin encontrar ninguna resistencia oficial a su programa criminal. Los neonazis habían advertido, también mediante distribución de panfletos y octavillas en el distrito ateniense del Cerámico (zona cercana a los restos del omónimo cementerio donde en la antigüedad clásica se enterraban los muertos) que tras los inmigrantes era el turno de los homosexuales. Y en pocas horas, las palabras se tradujeron en hechos. Una pareja gay paseaba por la capitalina Plaza Omonia cuando dos sujetos les pararon para cerciorarse de que fuesen personas con distinta orientación sexual. Unos minutos después, los mismos, con porras, les apalearon. Fueron socorridos sólo por un quiosquero de origen paquistaní y una drogadicta. Amanecer Dorado ha anunciado en su sitio web algunas de sus “posiciones ecológicas”: “Esterilización de los enfermos psíquicos y mentales, drogadictos y minusválidos”.
En Iráklio, capital de la isla de Creta, unos cinco jóvenes entre los 15 y los 19 años acuchillaron a cinco personas de origen hindú mientras estaban esperando un autobús. La justicia ha procedido a su detención y han sido denunciados también los padres de los menores por “falta de cuidado”.
Un dueño de un puesto de gasolina fue amenazado por algunos jóvenes en motocicleta (es el típico método de agresión de los simpatizantes/integrantes de Amanecer Dorado). Los neonazis les mandaron despedir inmediatamente a tres inmigrantes que trabajaban en la empresa para que fuesen reemplazados por griegos. En caso contrario, hubieran quemado la gasolinera. El hombre, atemorizado, cumplió con las órdenes.
Se produjo un asesinato en Patras, la tercera ciudad del País, de una maestra jubilada de 80 años. La policía griega emitió un comunicado según el cual los autores fueron dos griegos de veinte y nueve y treinta años de edad. En su sitio web, Amanecer Dorado anunció que los culpables eran “extranjeros” y el periódico neofascista “Στόχος” (pron. Stójos, que significa objetivo en español) consideró que los responsable eran “los clandestinos de mierda”.
El presidente de la comunidad paquistaní en Grecia fue retenido por la policía en la estación del metro de la ateniense Plaza Omonia, sin saber los motivos de esta decisión. El mismo participó en un programa de televisión para relatar el acontecimiento y fue calificado por un diputado de “Amanecer Dorado” como subhumano. Al pedir respeto, el periodista-estrella, Nikos Evangelatos le preguntó: “¿Usted tiene permiso de residencia en Grecia?”
Un informe llevado a cabo por el diario ateniense “To Vima” evidenció que el 50% de los efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado griego han votado Amanecer Dorado. En pocas palabras, un policía sobre dos. La justicia sigue aplazando los procedimientos a su cargo. Por eso se sienten fuertes. Ahora, desafortunadamente, en Grecia hacen lo que quieren.
En Iráklio, capital de la isla de Creta, unos cinco jóvenes entre los 15 y los 19 años acuchillaron a cinco personas de origen hindú mientras estaban esperando un autobús. La justicia ha procedido a su detención y han sido denunciados también los padres de los menores por “falta de cuidado”.
Un dueño de un puesto de gasolina fue amenazado por algunos jóvenes en motocicleta (es el típico método de agresión de los simpatizantes/integrantes de Amanecer Dorado). Los neonazis les mandaron despedir inmediatamente a tres inmigrantes que trabajaban en la empresa para que fuesen reemplazados por griegos. En caso contrario, hubieran quemado la gasolinera. El hombre, atemorizado, cumplió con las órdenes.
Se produjo un asesinato en Patras, la tercera ciudad del País, de una maestra jubilada de 80 años. La policía griega emitió un comunicado según el cual los autores fueron dos griegos de veinte y nueve y treinta años de edad. En su sitio web, Amanecer Dorado anunció que los culpables eran “extranjeros” y el periódico neofascista “Στόχος” (pron. Stójos, que significa objetivo en español) consideró que los responsable eran “los clandestinos de mierda”.
El presidente de la comunidad paquistaní en Grecia fue retenido por la policía en la estación del metro de la ateniense Plaza Omonia, sin saber los motivos de esta decisión. El mismo participó en un programa de televisión para relatar el acontecimiento y fue calificado por un diputado de “Amanecer Dorado” como subhumano. Al pedir respeto, el periodista-estrella, Nikos Evangelatos le preguntó: “¿Usted tiene permiso de residencia en Grecia?”
Un informe llevado a cabo por el diario ateniense “To Vima” evidenció que el 50% de los efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado griego han votado Amanecer Dorado. En pocas palabras, un policía sobre dos. La justicia sigue aplazando los procedimientos a su cargo. Por eso se sienten fuertes. Ahora, desafortunadamente, en Grecia hacen lo que quieren.
http://www.colectivoburbuja.org/index.php/antonio-giovetti/grecia-amanecer-dorado-y-sus-conexiones/