El terremoto y posterior tsunami que han arrasado Japón no solo dejan un rastro de nefastas consecuencias humanas, sociales, medioambientales y económicas. La globalización propia de este siglo XXI justifica que cualquier catástrofe natural tenga un impacto directo sobre las inversiones en todo el planeta. La aversión al riesgo, como ocurre ante cualquier tipo de crisis, define a la perfección el estado de ánimo de numerosos inversores en la actualidad. . Desde que se conoció la noticia del seísmo, por ejemplo, los mercados de valores han caído de forma abrupta (incluida la Bolsa española).
Diversas instituciones se han apresurado a hacer previsiones del posible impacto de la catástrofe. Su conclusión es que, probablemente, afectará al crecimiento económico global. Los ahorradores se enfrentan ahora a un escenario de dudas, de más inflación, subida del Euribor, posible incremento de los tipos oficiales… En este contexto, conviene buscar refugios para el ahorro, como la deuda pública más solvente.
Para los más agresivos, no obstante, la Bolsa ofrece ahora oportunidades. Desde el punto de vista más doméstico, conviene informarse bien de los derechos de los usuarios. Todos aquellos que hubieran comprado billetes para viajar a Japón en los próximos días podrán recuperar su coste de manera íntegra.
El mercado que mejor pone de manifiesto la aversión al riesgo desarrollada tras el suceso en Japón es el de renta fija. Los bonos americanos y alemanes, los considerados más líquidos, incrementan sus precios, ya que actúan como activos refugio. Algunos expertos creen que Japón, gran tenedor de bonos americanos, podría verse obligado a vender parte de sus activos, lo que impulsaría los tipos de interés en la economía americana. Una estrategia recomendada por algunos expertos a los inversores con bonos americanos y alemanes es venderlos, para aprovecharse del incremento de sus precios. Para John J. Hardy, estratega de divisas de Saxo Bank, las rentabilidades de los bonos a 30 años en Estados Unidos están en mínimos anuales. Se puede esperar un repunte increíble en los eurobonos que comenzarán a negociar pronto en Europa.
La renta fija se contempla como un buen mercado para refugiar el dinero a la espera de ver claridad en Japón
Respecto a la deuda nipona, desde Banif opinan que el suceso en Japón no va a provocar caídas acusadas en los precios de la deuda soberana nipona, aunque estiman que en el muy corto plazo podrían mantenerse contenidos debido a las inyecciones de liquidez que podría acometer el Banco de Japón (BoJ). Por el momento, el BoJ ha decidido mantener el tipo oficial estable y ha ampliado su inyección de liquidez de urgencia al sistema financiero, hasta la cifra récord de 15 billones de yenes (131.859 millones de euros).
La renta fija se contempla, por tanto, como un buen mercado para refugiar el dinero a la espera de ver claridad en Japón. Los tipos de interés de las próximas emisiones podrían subir si se confirma la subida del precio del dinero que muchos expertos dan por hecha en Europa. Numerosos analistas estiman que el Banco Central Europeo incrementará los tipos de interés oficiales en su próxima reunión de abril. De igual modo, las opciones clásicas bancarias (cuentas y depósitos) son otros buenos escudos, ante la incertidumbre que se cierne en mercados de más riesgo, como la Bolsa. También a estos productos les beneficia una subida de los tipos de interés.
Daños en Bolsa
Las Bolsas, como es habitual ante cualquier catástrofe, han reaccionado a la baja. Los inversores recogen beneficios y se aprovechan de la alta liquidez de este mercado para recuperar su dinero. A corto plazo, ante la incertidumbre económica, lo más recomendable es mantenerse fuera de los mercados de valores, que pueden seguir en caída libre. No obstante, las crisis también generan oportunidades. Algunas casas de análisis ya se han apresurado a definir qué sectores serán los más beneficiados y castigados por la tragedia de Japón.
- Dónde no invertir: las aseguradoras, compañías de automoción y lujo figuran entre las más castigadas. Las primeras estimaciones cifran en 100.000 millones de dólares las indemnizaciones a las que tendrán que hacer frente las aseguradoras. El sector no ha dejado de caer en Bolsa. Sus perspectivas son ahora negativas. Recuperar los beneficios de una catástrofe dura un par de ejercicios. El impacto también será muy negativo para la industria del automóvil, uno de los sectores más presentes en la Bolsa nipona. Algunas compañías han caído en el parqué más de un 15%. Las empresas europeas que suministran componentes también sufren en Bolsa y es mejor abstenerse de entrar en estos sectores. El lujo, muy asociado con Japón, también sufrirá.
- Beneficiados en Bolsa: la catástrofe permite resaltar las bondades de otros sectores, como los de energías renovables, constructoras o siderúrgicas. En DWS Investments, en particular, apuestan por acciones de constructoras, refinerías, acereras, firmas de carbón, gas y energías renovables. Las renovables suben en Bolsa y sus perspectivas son ahora positivas. El rechazo a la energía nuclear favorece a las energías renovables, una alternativa más limpia y sostenible. Además, las labores de reconstrucción de la zona arrasada pueden beneficiar a compañías constructoras y siderúrgicas. Se estima que Japón tendrá que realizar sustanciosas importaciones de carbón y acero para compensar la pérdida de capacidad de generación.
Mercado de materias primas
En el mercado de materias primas, domina la incertidumbre. Japón es el tercer mayor consumidor del mundo y el segundo mayor importador neto. La combinación del seísmo y el tsunami posterior han eliminado casi un 20% de la capacidad de refinería de Japón, lo que puede incrementar su demanda de productos. Desde el Instituto de la Energía de Nueva York opinan que la situación en Japón tiene impacto negativo en los precios del crudo y positivo, en los productos refinados. El desastre natural podría generar otro aumento brusco de la aversión al riesgo en los mercados y una continuación de la corrección en los mercados de materias primas. «Después de China y Estados Unidos, Japón es el tercer mayor consumidor mundial de materias primas y depende de las importaciones», subrayan desde esta institución. Sin embargo, desde el departamento de análisis de Banif tienen una opinión contraria: estiman que aunque los efectos sobre la demanda son todavía ambiguos, el escenario más probable es que las potenciales implicaciones para el sector energético nipón propicien un uso más intensivo del crudo.
Una onza de oro se compra ahora por encima de 1.400 dólares
Lo cierto es que tras conocer el suceso, el petróleo emprendió una racha bajista que le ha llevado a caer desde 115 hasta 108 dólares. De momento, ante la incertidumbre, conviene mantenerse al margen de inversiones relacionadas con el petróleo. Sin embargo, se benefician fondos de inversión que invierten en compañías gasistas y siderúrgicas. El gas se contempla como el gran beneficiado de la crisis nuclear.
Divisas
En materia de divisas, de momento, el ganador es el dólar, ya que actúa como activo refugio. En momentos de crisis, los inversores huyen hacia los instrumentos más líquidos y seguros, características que se dan en el billete verde estadounidense. En Japón, el yen se aprecia por la ingente repatriación de capitales. No obstante, desde el punto de vista de las inversiones, resulta más seguro invertir en dólares. También el franco suizo, considerado una de las monedas más líquidas y solventes, sube con fuerza.
Metales preciosos
La popularidad de los metales preciosos (elevada con las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y el norte de África) se ha intensificado con el devastador terremoto de Japón. Los fondos de inversión especializados en estos activos registran importantes incrementos de inversión, sobre todo, si cuentan con posiciones destacadas en platino, oro y paladio. Una onza de oro se compra ahora por encima de 1.400 dólares.
Repercusión en el turismo
El riesgo de que puedan reproducirse réplicas en la zona afectada ha obligado al Ministerio de Asuntos Sociales a aconsejar a la población española que retrase cualquier viaje no imprescindible que tenga como destino Japón. La página web ministerial ha actualizado las recomendaciones de viaje sobre este país, que pueden consultarse en el apartado «Países y Regiones». El Consejo de Seguridad Nuclear de España también ha optado por solicitar que no se viaje a este destino en las próximas fechas.
Quienes tuvieran previsto volar hacia Japón en los próximos días podrán recuperar el importe íntegro de sus billetes
Por lo que se refiere a los transportes, las principales compañías aéreas europeas y asiáticas han tomado medidas para evitar sobrevolar Tokio y desviarán sus aviones hacia el sur, la parte menos afectada por el terremoto y las radiaciones de la central nuclear. La única aerolínea española que opera con Japón es Iberia, que comparte vuelos con British Airways y aún mantiene sus enlaces con los dos aeropuertos de la capital. Otras compañías como Lufthansa dejarán de volar a Tokio de forma transitoria y desviarán sus vuelos hacia Osaka y Nagoya. Respecto a las repercusiones sobre los usuarios, quienes tuvieran previsto volar hacia Japón en los próximos días, podrán recuperar el importe íntegro de sus billetes.