El Valle del Indo “El Misterio de Nuestros Ancestros”

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La cultura del valle del Indo fue una civilización de la Edad del Bronce que se desarrolló desde c. 3300 a. C. hasta c. 1300 a. C. en el noroeste del subcontinente indio a lo largo del valle del Indo. Abarcaba cerca de un centenar de asentamientos y dos ciudades importantes: Harappa y Mohenjo-Daro. En conjunto comprendía el área más extensa de todas las civilizaciones antiguas, más de un millón de kilómetros cuadrados, y atravesó varias periodos, siendo su máximo esplendor entre 2600 a. C. y c. 1900 a. C.

Al igual que las civilizaciones de la Mesopotamia y Egipto, dependían de su río. Como el Nilo, el Indo se desbordaba todos los años, inundando extensas zonas y depositando sedimentos fértiles. Este inmenso potencial agrícola fue la base sobre la cual se desarrolló el urbanismo en torno al río Indo.

Con las culturas prehistóricas del valle del Indo se prepara el primer capítulo de la historia de la India. Se trata de un largo periodo prehistórico, probado por testimonios líticos. Por otra parte, se pueden encontrar vestigios prehistóricos hasta el primer milenio a. C., es decir, hasta un tiempo en que la península ya había entrado en la historia. En sentido estricto, las culturas del Indo pertenecen a la prehistoria, ya que solamente han dejado restos arqueológicos, sin documentos literarios. Pero, para apreciar la historia india hace falta tomar en consideración estas culturas urbanas prearias.

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Primeros agricultores ;

Las excavaciones realizadas indican que los primeros agricultores pertenecían al VII milenio a. C., en una región comprendida entre las colinas de Beluchistán y la llanura Indo-Gangética. Esta área presenta tierras altas (especiales para el pastoreo en verano), y ríos permanentes que desaguan en la llanura de Kacchi.

Hacia principios del VI milenio a. C. se construyeron casas de adobe (ladrillos de barro) y fabricaron herramientas de hueso y pedernal pulimentado, hachas pulidas y piedras de amolar. Ejemplares de estas herramientas fueron encontradas en Mehrgarh.

La civilización del Indo :

Con las nuevas excavaciones se ha demostrado que el nombre «culturas del Indo» es demasiado restringido; pero otro nombre como «período de Harappa», es insuficiente para comprender estas culturas en toda la dimensión temporal.
Las complejas sociedades de la llanura de Kacchi fueron el preludio de la colonización final del valle del Indo. En un principio estuvo habitada por grupos de agricultores. Luego comenzaron a aparecer ciudades fortificadas. A esta época se la conoce como «periodo inicial del Indo».

Esta fase formativa culmina en el «periodo desarrollado del Indo» (2700 al 2400 a. C.), cuando la diversidad regional primitiva fue reemplazada por la uniformidad cultural y se creó una única provincia que abarcaba toda la llanura del Indo.
Hacia el 2400 a. C. se había desarrollado una compleja civilización urbana, comparable a la de Egipto y Mesopotamia.

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Agricultura ;

Los principales cultivos alimenticios eran el trigo y la cebada, que se sembraban en primavera, cuando las aguas de la inundación retrocedían y crecían con un mínimo esfuerzo. También cultivaban sésamo, legumbres, dátiles y melones.
En algunos lugares también se cultivaba arroz, pero sólo se convirtió en una planta de cultivo fundamental cuando los asentamientos se extendieron hasta el río Ganges Medio y Bajo, después del 1400 a. C.

Textiles ;

Practicaban la hilanderia y el textil de lana y algodón. Un fragmento de algodón tejido proveniente de Mohenjo-Daro es la prueba más antigua del uso de los textiles de algodón en el mundo antiguo, siendo éste el textil más importante de India en la actualidad.

Ganadería ;

Los hombres de la civilización del Indo criaron una amplia gama de animales domésticos, entre otros, el asno, el buey, el ganado con joroba de la India, el búfalo de río, el elefante, animales que desde entonces se han considerado como elementos típicos del escenario rural indio. Sin embargo desconocían el caballo

Industria ;

Adornaban sus cuerpos con ricos ornamentos de plata, oro, marfil y piedras preciosas. Conocían el cobre, el estaño y el plomo. Utilizaban el cobre para las armas, instrumentos y utensilios. También utilizaban herramientas de bronce (incluso hachas). Para fines domésticos hacían utensilios de barro y de una gran variedad de formas.

Combinaban con la agricultura y la ganadería, la metalurgia y la alfarería. Aprovechando la fuerza de los animales tanto en el transporte como en el arado, cargaban materias primas y bienes destinados al consumo interno y al intercambio comercial.

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Comercio ;

Las ciudades del Indo comercializaban no sólo productos agrícolas, sino con metales, como el oro, plata, plomo y estaño, joyas y piedras semipreciosas (lapislázuli y turquesa), herramientas, utensilios y cerámicas. Sus huellas han aparecido en documentos sumerios y acadios que registraban el comercio de oro, ébano y cornalina con naves que algunos historiadores identificaban como procedentes de esta región.

Durante la fase Harappa, se desarrolla el comercio entendido como un factor importante para la ciudad, que muchos han calificado como importante para el crecimiento del urbanismo y su mantenimiento y otros que creen que no fue tan importante, que no influyó. Es posible que el comercio, que otra fuente de recursos de la misma manera que la agricultura lo era, provocará este crecimiento urbano.

Las causas por las que existiera un comercio exterior eran dos: el buscar materiales que no se encontraban en el propio territorio y los objetos de lujo para la élite que era quien por lo tanto, controlaba este comercio. Las ciudades de la cultura Harappa creaba colonias de explotación de donde extraía los materiales que necesitaba, por muy lejos que estuvieran. Un ejemplo de ellos es Shortugai, un colonia que se encuentra en el norte del actual Afganistán de donde sacaba lapislázuli, cobre y estaño. Además de otras colonias en Baluchistán. El área que participaba del comercio exterior con la zona del valle del Indo era la de la península Arábiga (en concreto la región de Omán, es decir la zona costera), la zona de Mesopotamia y el actual Irán.

Hacia el tercer milenio a. C. este comercio marítimo con el golfo, enlazó la India con Mesopotamia, cuya ruta pudo provocar el intercambio cultural y humano. Carl O. Saver lo cree por la dispersión de plantas domesticadas desde África a Arabia y en el sur de la India a la vez. Muestra del intercambio cultural son las esculturas que son muy parecidas entre Mesopotamia y el Valle del Indo como la representación del mono.

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Las evidencias más claras de este contacto externo es el descubrimiento de artefactos típicamente harappienses en Omán como la cerámica o sellos de bronce. Estos productos entraron en Mesopotamia desde mediados del 2500 hasta el 1300 a. C., pero se sabe que han sido fluctuaciones constantes de productos durante toda la fase harappiense.

De hecho textos mesopotámicos hacen referencias a relaciones comerciales con un territorio que ellos llaman Meluhha y que muchos investigadores creen que hace referencia a la zona del valle del Indo. Además hay evidencias de que ciudadanos harappienses se asentaron en Mesopotamia y que acabaron por aculturizarse.

Por otro lado, se sugiere que el trato comercial entre estos territorios no fue directo sino vía el golfo o a través de Baluchistán, y no directamente entre las ciudades de las dos regiones. Por lo tanto, los pocos habitantes de ciudades de Harappa que vivieran en Mesopotamia no eran representantes de estas ciudades del valle del Indo.
Los mayoría de los productos con los que se comerciaba eran de lujo como por ejemplo:

piedras semipreciosas
metales
sellos
joyería
varias formas de objetos de arte
animales exóticos
productos alimenticios (como el pescado salado o ahumado de Baluchistán)
ropa y diversos productos manufacturados.

Productos manufacturados siempre por el pueblo ya que la élite era, como dije antes, quien controlaba este comercio y se beneficiaba de las mercaderías.
La cerámica del Indo también circuló por toda esta zona del Asia meridional:

cerámica en forma de copas, vajilla común, también algunos tiestos con inscripciones en escritura india (como la de Ras al-Junayz). También cerámica específica de un centro productos como la de Sorath Harappan en Guyarat, que se encuentra en gran cantidad en Saar (actual Baréin). Además se han encontrado jarras en varias ciudades del Indo (así como en el golfo):

Mohenjo Daro, Harappa, Balakot, Dholavira, Miri Qalet, Nausharo y Sotkah Koh. Puede se que sirvieran para transportar el vino hacia el golfo, porque la viticultura formaba parte de la agricultura en auge en esta época. También se importaba plata de Afganistán e Irán, cobre de Khetri en Rayastán, Baluchistán y Arabia, turquesa y jade de Asia central e Irán.

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Cultura ;

Estas civilizaciones construyeron ciudades inteligentemente pensadas y planificadas. Además de los cultivos mencionados anteriormente, desarrollaron su propia escritura, diseñaron joyas y moldearon figuras de terracota o en barro.

Escritura ;

Junto con el comercio, surgió un sistema de escritura con caracteres y signos inscritos en sellos de barro cocido o piedras lisas que no han sido esclarecidos ni descifrados por los especialistas.

Algunos de estos caracteres comparten una gran semejanza con caracteres encontrados en la Isla de Pascua.

El término escritura del Indo —también llamado idioma protoíndico— se refiere a breves secuencias agrupadas de símbolos vinculadas con la cultura del valle del Indo.
Según se estima, dicha civilización de rasgos netamente urbanos floreció buena parte del III milenio (2600 a 2500 a. C.) y se extinguió aproximadamente a mediados del II milenio (1800 a 1500 a. C.). No obstante, debido a nuevas excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo en la región, los límites temporales forzosamente estarán bajo debate considerando el nuevo material de interés que pueda surgir. Los yacimientos proto-históricos más importantes emparentados con la supuesta escritura son, Harappa y Mohenjo-daro.

Por ahora, el conjunto de signos y símbolos que poseían los habitantes de esos centros, no suele aparecer inciso sobre paredes, lápidas de tumbas,estatuillas, tablillas de arcilla, papiro o códigos como en otros tipos conocidos de sistemas de escritura, sino que viene grabado principalmente en lajas —piedras lisas— de forma cuadrada y rectangular, llamados por los peritos «sellos» (seals en inglés). También se ha encontrado sobre otros materiales imperecederos, como por ejemplo en vasijas o fragmentos de vasijas de cerámica, tablillas de cobre, utensilios variados de bronce y sobre varas de marfil y de hueso. Las piedras lisas que llevan inscripciones se destacan por su estilo particular de incisión y su apariencia exquisita.

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Características de la escritura del Valle del Indo ;

Los objetos descubiertos en el curso de los años muestran un número reducido de símbolos en su superficie. El promedio de los signos grabados es de cuatro o cinco. De manera similar, el documento que registra ‘la inscripción’ más larga comprende 17 signos no repetitivos, conocido como M-3146 o 26 signos, i. e., M-494 (Parpola, 1994) Esa conspicua brevedad de signos sobre ‘los sellos’ ha dado origen a hipótesis diferentes respecto a su función. Es posible que contuvieran nombres personales, títulos profesionales, administrativos o de propiedad o bien podían haber servido de documentos de identidad, tarjetas de intercambio, amuletos u objetos votivos.

En muchas lajas aparecen estampadas figuritas de animales identificables como cebúes, búfalos, rinocerontes, tigres,elefantes11 y asimismo ciertas criaturas fantásticas como unicornios o seres tricefálicos. Por algún motivo, no aparecen animales típicos del escenario campestre y salvaje hindú, tales como cobras, pavos reales, vacas lecheras, camellos, monos y asnos. Hasta que no se obtengan más datos sobre esa cultura, no se puede decir con precisión si las lajas servían para catalogar animales y por qué se observa la presencia de determinados animales, mientras se da la ausencia de otros.

Los objetos incisos no vienen acompañados de otro código de símbolos o de otra forma de escritura paralela para que los expertos especulen acerca de textos bilingües.

La dirección de la escritura parece ser de derecha a izquierda.

El número de signos, conforme numerosos autores, puede variar de 50 a más de 500 dependiendo de la manera de identificarlos y contarlos. Con eso se intenta decir que aún hay polémica en cuanto a las ligeras modificaciones o combinaciones de los signos básicos, técnicamente llamados alógrafos.

Hasta el día de hoy se han recuperado más de 4000 artefactos incisos.
Sin embargo, en vista de nuevas evidencias, se espera que las afirmaciones de arriba sean descartables y/o mejorables.

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Características de la escritura del Valle del Indo ;

Los objetos descubiertos en el curso de los años muestran un número reducido de símbolos en su superficie. El promedio de los signos grabados es de cuatro o cinco. De manera similar, el documento que registra ‘la inscripción’ más larga comprende 17 signos no repetitivos, conocido como M-3146 o 26 signos, i. e., M-494 (Parpola, 1994) Esa conspicua brevedad de signos sobre ‘los sellos’ ha dado origen a hipótesis diferentes respecto a su función. Es posible que contuvieran nombres personales, títulos profesionales, administrativos o de propiedad o bien podían haber servido de documentos de identidad, tarjetas de intercambio, amuletos u objetos votivos.

En muchas lajas aparecen estampadas figuritas de animales identificables como cebúes, búfalos, rinocerontes, tigres,elefantes11 y asimismo ciertas criaturas fantásticas como unicornios o seres tricefálicos. Por algún motivo, no aparecen animales típicos del escenario campestre y salvaje hindú, tales como cobras, pavos reales, vacas lecheras, camellos, monos y asnos. Hasta que no se obtengan más datos sobre esa cultura, no se puede decir con precisión si las lajas servían para catalogar animales y por qué se observa la presencia de determinados animales, mientras se da la ausencia de otros.

Los objetos incisos no vienen acompañados de otro código de símbolos o de otra forma de escritura paralela para que los expertos especulen acerca de textos bilingües.

La dirección de la escritura parece ser de derecha a izquierda.

El número de signos, conforme numerosos autores, puede variar de 50 a más de 500 dependiendo de la manera de identificarlos y contarlos. Con eso se intenta decir que aún hay polémica en cuanto a las ligeras modificaciones o combinaciones de los signos básicos, técnicamente llamados alógrafos.

Hasta el día de hoy se han recuperado más de 4000 artefactos incisos.
Sin embargo, en vista de nuevas evidencias, se espera que las afirmaciones de arriba sean descartables y/o mejorables.

Intentos de desciframiento ;

A lo largo de los años se ha intentado numerosas veces (el profesor Gregory Possehl habla de más de 60 intentos, mientras el autor hindú Iravatham Mahadevan menciona más de 100 intentos) descifrar la escritura en cuestión, pero ninguna de las propuestas ha sido recibida con júbilo por la comunidad científica. Las reprensiones ásperas, ligeras o el mero silencio han sido constantes entre los autores respecto a lo propuesto y enunciado.

Algunos de los estudiosos que han abogado primero por un entendimiento y luego por un posible desciframiento han sido:

En 1877, Alexander Cunningham pensó que la escritura era el arquetipo de escritura brahmi usada en la época del emperador Aśoka.

En 1982, S. R. Rao —en su libro The Decipherment of the Indus Script (‘el desciframiento de la escritura del Indo’) — se ofrece a comentar que la lengua de sustrato tiene que ser el sánscrito védico, o sea una forma temprana del sánscrito (que es un idioma indoeuropeo empleada en los textos védicos). Además, opina que muchos de los signos son compuestos y que hay un conjunto básico de signos simples, a partir de los cuales se han formado los compuestos.

En 1932, Flinders Petrie era de la opinión de que la escritura del Indo funcionaba como los jeroglíficos egipcios, aunque no se ofreció a sugerir que los idiomas subyacentes estuvieran genéticamente emparentados.

En 1974, J. V. Kinnier Wilson —en su libro Indo-Sumerian: A New Approach to the Problems of the Indus Script (‘el indo-sumerio: un nuevo acercamiento a los problemas de la escritura del Indo’) — intentó establecer un vínculo entre la cultura del valle del Indo y la civilización sumeria. El autor consideró que ambas culturas eran ramas del mismo tronco étnico, aunque por otro lado se ha confirmado que epigráficamente no hay pruebas de conexión entre ellas. Su metodología se basaba en la comparación de las formas externas de signos de ambas civilizaciones. Esa manera de dilucidar el problema es similar a la de Guillaume de Hevesy, quien vio una semejanza sorprendente entre los símbolos del valle del Indo y los glifos rongo rongo de la Isla de Pascua, alegando su origen común.

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En 1992, Walter Fairservis Jr. —en su libro The Harappan Civilization and its Writing: A Model for the Decipherment of the Indus Script (‘la civilización de Harappa y su escritura: un modelo de desciframiento de la escritura del Indo’) — analizó la forma de los signos y seleccionó palabras procedentes de un idioma drávido para que se adaptaran al icono escogido. Al final, el autor determinó el significado del símbolo particular tomando por referencia el drávido.

Entre las lenguas de la familia drávida, se pueden citar, entre otras, el tamil antiguo, el telugu, el malayam y el kannada.

Yuri Knorozov —uno de los responsables principales del desciframiento de los glifos mayas— y sus colaboradores rusos realizaron un análisis distributivo de los signos y hallaron que la estructura indicaba una lengua de naturaleza sufijante y aglutinativa, como el turco o el japonés de hoy. De ese modo, según ellos, el candidato más probable en ese contexto sería una lengua del tronco drávido.

Otros investigadores de peso que han apostado por el drávido como lengua de sustrato son el profesor finlandés Asko Parpola, que ha editado el corpus de inscripciones en varios tomos, creyendo que los símbolos reflejan una escritura logo-silábica1 y el hindú Iravatham Mahadevan.

Finalmente, hay que decir que si los signos fueran exclusivamente pictogramas o logogramas, existiría la alternativa de que no contuvieran información alguna sobre la lengua hablada por los antiquísimos escribas, ya que no se puede denominar una escritura en el sentido más restringido de la palabra. En un artículo publicado online en 2004, un trío de estudiosos estadounidenses, Steve Farmer, Richard Sproat y Michael Witzel,basado en análisis comparativos, estructurales y de frecuencia de los signos, han favorecido la idea de que la escritura del Indo no estaba asociada a un definido lenguaje oral.

Careciendo, por tanto, de valores fonéticos, tendría un estatus meramente emblemático, lo que por otra parte explicaría la extrema brevedad del material gráfico inciso. Los sellos, según ellos, parecen ser artefactos producidos en masa, destinados a ser utilizados en rituales comunitarios y llevarían encima símbolos religiosos y de sacrificio.

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Estatuillas y sellos ;

En 1946, Sir Mortimer Wheeler descubrió en Harappa cientos de estatuillas de terracota. Estas figuras femeninas eran más estilizadas que las antiguas y abultadas diosas de la fertilidad. En algunas de ellas se encontraron collares e incrustaciones de metales preciosos.

Fueron también descubiertas otras artesanías, tales como reproducciones de carretas en miniatura, tiradas por animales; figura de animales de la región (rinocerontes, tigres, monos, elefantes y búfalos). Estas tablillas, se cree que eran usadas como sellos, se han hallado alrededor del año 2000 de un material terráneo como se ha dicho, fácilmente moldeable y calentado al horno para luego endurecerlo, quedaba después recubierto de un tipo barniz o laca, que representan los animales mencionados anteriormente y una cuarta parte de los mismos, representan a un animal desaparecido con un cuerno curvo, como se puede apreciar en la imagen.

La cantidad de artesanías encontradas, así como los variados diseños, demuestran que esta industria era tan importante para el comercio como la agricultura o la metalurgia.

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Ciudades ;

Los sitios más grandes eran las ciudades de Harappa y Mohenjo-Daro. Su plano consiste en un montículo elevado o ciudadela que dominaba un área residencial más extensa. Las ciudadelas parecen haber contenido edificios de naturaleza religiosa, ceremonial y administrativa, pero no existen restos de ningún palacio. En algunos lugares el trazado de la ciudad es evidente, con huellas de una red regular de calles cruzadas. Los habitantes más pobres moraban en viviendas de una sola habitación. Utilizaban en la construcción ladrillos cocido de un tamaño estándar: 24 × 14 × 7 cm. Las casas individuales tenían baños y excusados que se vaciaban en un receptáculo de cerámica o directamente en el desagüe de la calles.

En el Valle del Indo aparecen las primeras civilizaciones que se organizan rápidamente. Dos de las ciudades más importantes que fueron descubiertas en 1922 son las ciudades de Harappa y de Mohenjo Daro.

En la ciudad de Mohenjo Daro podemos encontrar una ciudad baja donde transcurría la mayor parte de la vida ciudadana y la ciudadela, ubicada al oeste de la ciudad baja, planificada, donde aparecían edificios que se referían al gobierno.

No se destacaba un elemento que se identifique como palacio, estructura de poder unitario que podía hacer suponer que existía algún personaje que dominaba o que controlaba, sino una serie de edificios que tenían que ver con el control político pero que no se destacaban uno del otro, lo que hace suponer que las estructuras de poder en las ciudades del Valle del Indo no eran monárquicas.

De la observación podemos sacar las siguientes conclusiones:Había una planificación general de las ciudades …

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Hay una diferencia de importancia entre calles (calles principales y secundarias) que ordenaban las viviendas.

Las viviendas formaban un sistema cerrado, las casas convivían hacia un patio interior. La relación con las calles era prácticamente nula, y protegía a las partes privadas del ruido de las calles.

Tenían un sistema tecnificado para la producción de materiales constructivos (por ejemplo, ladrillos) que se hacían con lo que le brindaba su entorno.
Contaban con una red de infraestructura: un sistema de red cloacal y canalización para la provisión de agua.

Fue una civilización que no duró mucho tiempo. Comenzó hacia el 2400 a. C. y terminó hacia el 1600 a. C. La causa de su corta duración se debe a invasiones sufridas por otras civilizaciones o por algún tipo de cataclismo que llevaron a su desaparición

Fin de la civilización ;

El colapso de esta civilización pudo obedecer a cambios climáticos, o a una variación del curso del río, alrededor del 1500 a. C.
Los signos del colapso son anteriores a las invasiones del pueblos indoeuropeos procedentes de las estepas, que con gran facilidad se adueñaron de la región gracias a las armas de bronce y los carros de combate.

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http://planetaenigmatico.wordpress.com/2012/10/05/el-valle-de-indo-el-misterio-de-nuestros-ancestros/

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