Todavía causa estupor recordarlo. Más ahora que lo han vuelto a hacer. Dicen que se despistaron ayer como cuando pusieron su firma en la Declaración trampa que promovía la retención de datos.
Aquella declaración se les presentó a los eurodiputados como una iniciativa para la “defensa de los niños” pero en la práctica defendía el almacenamiento de datos telefónicos, e-mails, SMS y como novedad con respecto a la legislación europea vigente, los términos de búsqueda (Google). Un ardid del Grupo Popular en el que cayeron algunos eurodiputados de otros grupos por “despiste”. Intentaron enmendar el error, eso dijeron, pero ya era tarde.
La eurodiputada sueca Cecilia Wikstrom (ALDE) tuvo al menos el coraje de reconocer que cayó en una trampa de los populares. Ella firmó la Declaración (pdf) contra la pornografía infantil y la pedofilia sin reparar en que ésta “escondía” una propuesta que atentaba doblemente contra la filosofía liberal expresada en otras ocasiones por el Parlamento Europeo manifestándose en contra de la retención de datos.
Juan Fernando López Aguilar y Francisco Sosa Wagner también se “despistaron” entonces. Como ayer.