Reporteros sin Fronteras (RSF) acusó hoy a los Gobiernos de Baréin, Yemen y Siria de querer imponer un «silencio mediático» en sus países mediante el «hostigamiento» a periodistas nacionales y extranjeros, y el cierre de medios de comunicación.
En un comunicado, la organización denunció la actuación del Ejecutivo de Baréin para controlar la información sobre el movimiento de protesta en el país a través del cierre temporal del periódico de la oposición «Al-Wassat», el arresto de blogueros y la intimidación a equipos de periodistas extranjeros.
El diario «Al-Wassat» vio prohibida su difusión en su edición del pasado 3 de abril, acusado de difundir información «falsa y mentirosa» y de atentar contra la imagen y la reputación del país en el extranjero, y tres de sus directivos fueron obligados a dimitir.
En Siria, RSF lamentó que los corresponsales extranjeros sean «tomados como blanco», en referencia a los seis periodistas expulsados en las últimas semanas, entre ellos dos de la agencia de prensa Associated Press.
«Los periodistas que cubren los acontecimientos son observadores y no deben ser considerados como parte activa de las manifestaciones», recordó la organización de defensa de la libertad de prensa.
RSF condenó, asimismo, las amenazas a periodistas yemeníes, entre ellas al ex jefe de información de la radio y televisión del Estado Abdelghani Al-Shamiri, quien fue secuestrado por agentes de la Seguridad Nacional y liberado posteriormente tras las presiones del Sindicato de Periodistas.
Omán y Libia no escaparon de la lupa de la organización con sede en París, que expresó su preocupación por los arrestos de tres periodistas de la cadena de televisión Al Yazira y del reportero omaní Ahmed Al-Shizawi, mientras cubría una concentración de activistas y defensores de los derechos humanos en la ciudad de Sohar.