El poder del ahora o la desprogramación del autómata humano – David Topí

Se aconseja escuchar la música mientras se lee el artículo

Gurdjieff, místico ruso de principios del   siglo pasado, decía siempre a sus alumnos que el cuerpo humano que usamos es   una máquina, cargada de programas de comportamiento automáticos que se   ejecutan sin control, o bajo el control de la mente, haciéndonos a todos,   básicamente, autómatas que navegamos por la vida de forma inconsciente,   dejándonos llevar por los programas y patrones de comportamiento que   activamos, según las necesidades del día a día.

Eckhart Tolle, en el libro “El Poder del Ahora”, contaba como llegó un momento en el que se dijo: “ya no puedo vivir más conmigo mismo”, lo cual le llevó a pensar que tenia que haber dos “Yo’s”, al menos,   para que uno de ellos no pudiera vivir con el otro. Tanto Gurdjieff como   Tolle nos hablan de la misma cosa, la mente/carácter/personalidad que   tenemos, y el alma/conciencia que somos.

Desprogramar el   autómata, potenciar la conciencia

Es todo un ejercicio de voluntad y trabajo   interno, tremendamente intenso, doblegar a la parte automática y autómata de   la simbiosis alma/mente. En casi todos los momentos de nuestra vida, son   estos programas automáticos e inconscientes los que nos gobiernan (incluyo   todos los componentes mentales como el ego, el subconsciente, los patrones de   comportamiento, etc..) Dice Tolle que, realmente, para darnos cuenta de que   existe este control sobre nosotros de la parte autómata, solo tenemos que   enfocarnos en traer la conciencia al momento presente, al ahora.

Gurdjieff y toda su escuela de El Cuarto Camino, como se han   denominado a sus enseñanzas, ponen mucho énfasis en desprogramar al ser   humano de los patrones automáticos de comportamiento para dejar de ser máquinas   reactivas y que la conciencia tome los mandos estando el 100% del tiempo   presente y “consciente” del cuerpo que ocupa, de lo que entra por los cinco   sentidos y de lo que sucede en este instante concreto. El objetivo es   bloquear a la mente y a nuestra personalidad de irse al pasado, o al futuro,   dónde siempre solemos estar, bien recordando cosas o hechos que nos han   sucedido (que he comido ayer o que hice la semana pasada), o bien cosas que   esperamos que sucedan o creemos que sucederán. Mientras estemos con la mente   en ese pasado o en ese futuro, no estamos “presentes”, y, al no estar   “presentes”, el autómata que dirige este cuerpo orgánico que habito está en   control. Mientras que Gurdjieff propone desmontar al autómata, Tolle propone   potenciar la conciencia para que el autómata no tenga poder. Dos caminos para   el mismo objetivo.

Experiméntalo tu   mismo

Incluso mientras escribo este articulo noto la   lucha entre mi autómata y mi conciencia por tener el control. El autómata   está pensando las palabras que voy a usar, las ideas que voy a escribir   dentro de dos párrafos, pero mi conciencia está intentando que note cada   tecla del ordenador que estoy pulsando y que me concentre en el pensamiento   justo que estoy escribiendo en este momento, no en el que voy a escribir un   poco más adelante. Mi conciencia quiere fluir con lo que llegue en cada   instante para que lo escriba, mi mente está pidiendo que planifique lo que   voy a escribir y lo mantenga, para reforzar su presencia con múltiples   intentos de mantenerse fuera del “ahora”. Cuando, continuamente, por el   simple hecho de usar tu poder de voluntad, vuelves una y otra vez al “ahora”,   al presente, bloqueamos un poco más las derivas de irnos a un estado pasado o   futuro, de forma que puedo tener el control sobre mi existencia con un poco   mas de constancia y durante mas tiempo.

El poder del ahora

El estado de estar “presente” es tremendamente   poderoso. En él, no hay problemas ni situaciones a resolver, ni   preocupaciones. Pruébalo. Hazte presente, disóciate del autómata y conviértete   en un observador de ti mismo. Cada instante que te mantienes anclado al   tiempo te arrastra a pensar en todo lo que tenemos que hacer en nuestra vida,   lo que nos espera, las cosas que tenemos que solucionar. Mientras que, por el   contrario, cada instante que estamos en el “ahora” es solo un instante de   experimentar la vida al 100%, y dejar entonces que esta fluya y vaya trayendo   experiencias a las cuales no nos anticipamos, sino que vamos gestionando bajo   la batuta de la conciencia “en presente” a medida que va siendo necesario.

El objetivo es solo uno, que de repente, de   tanto ir y venir de la conciencia a la inconsciencia, es decir, de tanto   recuperar el control sobre nuestra mente automática, perderlo de nuevo,   volver a ejecutar nuestros programas de siempre, volver a desconectarlos y   vuelta a empezar, es que un buen día el ciclo se pare y al haber ejercido   nuestra voluntad constantemente sobre nuestros programas, la conciencia ya no   pierda el control, y se instaure de forma permanente la percepción del   momento “presente” en nosotros, viviendo constantemente y aprovechando el   poder del “ahora”.

un abrazo!
David

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