Sara Ege, procedente de la India, fue condenada a la cadena perpetua en Gran Bretaña.

El tribunal la reconoció culpable de haber pegado hasta la muerte a su hijo, de siete años, porque aprendía el Corán demasiado lentamente. Acto seguido, intentó incinerar su cuerpo para ocultar las huellas del delito. Durante la investigación judicial, ella confesó que quería obligar al hijo a aprender el Corán de memoria, lo se considera muy prestigioso entre los musulmanes.

Cuando el niño no conseguía cumplir la tarea, la madre se ponía a pegarle empleando un mortero de madera. Tres meses duraron las torturas. Después de una de las torturas, el niño desmayó en un estado semiconsciente pero siguió citando el Corán hasta morir.

ech/rl

http://spanish.ruvr.ru/2013_01_07/Madre-mata-a-hijo-por-lento-aprendizaje-del-Coran/