Referencia: Universidad.Illinois.edu, vía AlphaGalileo, 22 enero 2013
Un nuevo estudio a 152 veteranos de Vietnam con lesiones cerebrales relacionadas con el combate ofrece el primer mapa detallado de las regiones del cerebro que contribuyen a la inteligencia emocional, la capacidad de procesar la información emocional y navegar por el mundo social.
El estudio descubrió una superposición significativa entre la inteligencia general y la inteligencia emocional, tanto en términos conductuales como cerebrales. Los registros más altos en las pruebas de inteligencia general se correspondieron significativamente con un mayor rendimiento en las medidas de inteligencia emocional, y muchas de las mismas regiones cerebrales resultaron ser igual de importantes para ambos.
El estudio fue publicado en la revista Cognitive Social and Affective Neuroscience.
“Este fue un notable grupo de pacientes a estudiar, sobre todo porque nos permitió determinar el grado en el que los daños a las áreas específicas del cerebro estaban relacionadas con el deterioro de aspectos específicos de la inteligencia general y emocional”, explicó el líder del estudio Aron K. Barbey, profesor deneurociencia, psicología y de habla y la audición en el Instituto Beckman de Ciencia y Tecnología Avanzada de la Universidad de Illinois.
Un estudio previo, dirigido por Barbey, mapeó la base neural de la inteligencia general, haciendo un análisis de cómo las lesiones cerebrales concretas (en una muestra más amplia de veteranos de Vietnam) deterioraron el rendimiento de los procesos cognitivos fundamentales en las pruebas realizadas.
En ambos estudios, los investigadores agruparon datos de tomografías computarizadas del cerebro de los participantes, para producir un mapa tridimensional colectivo de la corteza cerebral. Dividieron a este cerebro compuesto en unidades 3-D llamadas voxels. Compararon entonces, las capacidades cognitivas de los pacientes con daños en un voxel particular, o conjunto de voxels, con los de pacientes sin lesiones en dichas regiones del cerebro. Esto permitió identificar áreas del cerebro esenciales con las que determinar habilidades cognitivas, y aquellas que contribuyen de manera más significativa a la inteligencia general, la inteligencia emocional, o ambas.
Hallaron que regiones específicas de la corteza frontal (detrás de la frente) y de la corteza parietal (parte superior del cerebro, cerca de la parte posterior del cráneo) eran importantes para la inteligencia general y emocional. El córtex frontal se sabe que está implicado en la regulación del comportamiento. También procesa los sentimientos de recompensa y desempeña un papel en la atención, la planificación y la memoria. La corteza parietal ayuda a integrar la información sensorial, y contribuye a la coordinación corporal y el procesamiento del lenguaje.
“Históricamente, ha sido pensado que la inteligencia general es distinta de la inteligencia social y emocional”, señaló Barbey. Las medidas más utilizadas para la inteligencia humana se centran en tareas tales como el razonamiento verbal o la capacidad de recordar y manipular la información de manera eficiente.
“La inteligencia, en gran medida, no depende de las habilidades cognitivas básicas, como la atención, la percepción, la memoria y el lenguaje”, añadió; “sino que también depende de la interacción con otras personas. Nosotros somos fundamentalmente seres sociales, y nuestra comprensión no sólo necesita de habilidades cognitivas básicas, sino de aplicar productivamente esas habilidades a las situaciones sociales que son las que nos permiten navegar por el mundo social y comprender a los demás.”
Los nuevos hallazgos ayudarán a los científicos y los clínicos a entender y responder a las lesiones cerebrales de sus pacientes, resaltó Barbey, además, estos resultados son también de amplio interés, ya que demuestran la interdependencia de la inteligencia general y emocional en una mente sana.
El equipo de estudio también incluía a Roberto Colom, de la Universidad Autónoma de Madrid, y a Grafman Jordan, ahora en el Instituto de Rehabilitación de Chicago.
Este estudio se realizó en parte en el Walter Reed Army Medical Center en Washington, DC, con el apoyo del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de los Institutos Nacionales de Salud.
Imagen: L. Brian Stauffer. El profesor de neurociencia Aron Barbey, de la Universidad de Illinois, dirigió un estudio para mapear las regiones cerebrales relacionadas con la inteligencia emocional.
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