En una de las legislaciones más ridículas y excesivas de épocas recientes, en Estados Unidos, a partir de este fin de semana será ilegal desbloquear un smartphone para hacerlo funcional con otros compañías o en otros países.
Pocas cosas expresan mejor la decadencia de un sistema moral y de valores, sobre todo a nivel gubernamental, que el grado de absurdo y ridículo que alcanzan las leyes que pretenden regular la vida comunitaria.
En Estados Unidos está por entrar en vigor, este fin de semana, una ley que hace ilegal el desbloqueo por parte de un usuario de su smartphone, una práctica que permite utilizar el dispositivo tanto en otras compañías como en otros países.
De acuerdo con esta legislación, quien practique un desbloqueo sobre su teléfono o el de un tercero, se hará acreedor a una multa de 500 mil dólares y al menos 5 años de prisión para quienes incurran por primera vez en este delito, y 1 millón de dólares de multa y cárcel por más de 10 años para los reincidentes.
Se trata, a todas luces, de una medida excesiva, pero quizá lo verdaderamente preocupante es lo que expresa de fondo, la entidad en la que reside, en términos prácticos, la propiedad de un objeto.
¿A quién le pertenece realmente tu teléfono?, como bien pregunta Derek Khanna en The Atlantic, pues en buena medida esta ley pone de manifiesto cómo los individuos han perdido capacidad de acción y decisión frente a los grandes consorcios, el puñado de compañías que sutilmente, pero siempre con nuestra anuencia tácita o explícita, controlan nuestra vida cotidiana al supuestamente “hacerla posible”.