El 21 de abril de 2005, jueves, a las 48 horas de la elección de Joseph Ratzinger como nuevo papa, me hallaba leyendo el periódico en casa. En esta ocasión, se trataba de El País. Al llegar a la página tercera me detuve en una crónica de Enric González, corresponsal en Roma. En ella se hablaba de los deseos de Benedicto XVI de reunificar a los cristianos. En la parte inferior, a cuatro columnas, Lola Galán, enviada especial a Roma, escribía sobre los problemas de la chimenea de la Capilla Sixtina. El título de la información era el siguiente: “La Capilla Sixtina se llenó de humo debido a un fallo durante la quema de las papeletas”. Pues bien, al leer las horas en las que se registraron las tres fumatas (20.04, 11.52 y 17.50) –necesarias para la elección de Ratzinger–, “algo” que no sé explicar satisfactoriamente me forzó a escribir dichas horas en el margen derecho de la citada página tercera. Y durante casi una hora escribí y escribí e hice toda clase de cálculos. El resultado final fue el siguiente:
200411521750694 RATZINGER
Quedé perplejo.
La suma de los dígitos “2004” era igual a “6” (2 más 0 más 0 más 4= 6).
La suma de los dígitos de “1152” era igual a “9” (1 más 1 más 5 más 2= 9)
En cuanto a “1750”, la suma daba la cifra de “4” (1 más 7 más 5 más 0= 13= 1 más 3= 4).
Como digo, quedé asombrado.
Las horas de las tres fumatas arrojaba el número “694”.
Consulté la Kábala y verifiqué que dicha cifra -694- equivale a la palabra “abdicar”.
¿Quién movía mi mano? ¿Abdicaría Ratzinger? Eso era impensable el 21 de abril de 2005. Pero fui fiel a lo “dictado”. Anoté la totalidad de las operaciones, como es mi costumbre, e intenté averiguar la fecha de dicha renuncia.. Ese “Alguien” mágico e invisible me guió hacia los números centrales de la secuencia: “11-5-2”. ¿La abdicación se produciría el once de mayo o de febrero? Continué consultando la Kábala y descubrí, atónito, que el 11 de febrero (11-2) ocupan la quinta, sexta y octava posiciones, respectivamente, en la citada secuencia numérica. ¿568? La Kábala arrojó un significado igualmente “misterioso” (en esos instantes): “Palabras de amargura. Culto divino”. El “694”, además de equivaler a “abdicar”, tiene el mismo valor numérico que las palabras “religión, mensajero y rodear”.
El “enigma Ratzinger” fue enviado a Rosa Mª Paraíso, responsable de mi página web, el 22 de abril de 2005. Posteriormente fue colgado en la sección de Concurso. Nadie acertó a la hora de descifrar la misteriosa secuencia numérica.
El 11 de febrero (2013), Benedicto XVI anunció su decisión de abdicar.
Y yo recordé, de inmediato, el “mensaje” recibido casi ocho años antes: “El 11 de febrero, palabras de amargura: abdicación”.
Como decía el Maestro, quien tenga oídos, que oiga….
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