El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu, reafirmó hoy el rechazo de Ankara a la política agresiva de Israel pero matizó que esta postura no tiene nada que ver con el antisemitismo.
“Estamos en contra del antisemitismo pero siempre hemos impugnado y seguiremos impugnando la política expansionista de Israel y su actitud agresiva en la región”, afirmó Davutoglu.
El canciller turco respondió así a una carta del Congreso de EEUU que pide al primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, retractarse de una reciente declaración en la que equiparó el sionismo al fascismo, y mejorar las relaciones con Israel.
Erdogan, al intervenir el pasado 28 de febrero en el quinto foro de la Alianza de Civilizaciones, en Viena, manifestó que la islamofobia será calificada inevitablemente de crimen contra la humanidad, tal y como ocurrió con el sionismo, el antisemitismo y el fascismo.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, calificó estas palabras de mentirosas y absurdas.
Este cruce de declaraciones es un testimonio de la profunda crisis en las relaciones de Israel y Turquía, hasta hace algunos años, aliados estratégicos. El distanciamiento se inició después de que Ankara reorientara su política exterior de la integración en Europa a la consolidación de posiciones en el mundo árabe y musulmán.
El enfriamiento alcanzó su clímax en mayo de 2010, cuando una flotilla humanitaria que pretendía romper el bloqueo naval a la Franja de Gaza fue atacada por comandos israelíes, a raíz de lo cual murieron nueve activistas turcos.